7 de septiembre de 2009

Batalla campal en Pozuelo al atacar un millar de jóvenes a la Policía en las fiestas

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Lunes, 7 de Septiembre de 2009

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Batalla campal en Pozuelo al atacar un millar de jóvenes a la Policía en las fiestas

Uno de los coches patrulla con los cristales reventados por las piedras y botellas que lanzaron los alborotadores |

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Alcalde de Pozuelo: «Ha sido un ataque de locura colectiva que no sé a qué atribuir»
La trifulca, en la red
Reflexión sobre el botellón, por Félix Madero
M. J. ÁLVAREZ | MADRID
Una auténtica batalla campal se desató desde las dos, hasta las seis de la madrugada de ayer por las calles de Pozuelo de Alarcón (81.365 habitantes) cercanas al Camino de las Huertas y la plaza de toros, donde se celebraba un macrobotellón. Los protagonistas, cerca de un millar de jóvenes, arremetieron contra los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) -antidisturbios- y municipales, que formaban parte del dispositivo encargado de velar por la tranquilidad de las fiestas.
Durante esas cuatro horas, los jóvenes atacaron a los funcionarios, a los que arrojaron botellas, palos y piedras, por lo que tuvieron que intervenir para dispersarles. Un grupo arrinconó a siete antidisturbios en un parque. Provocaron graves daños en vehículos y mobiliario urbano.
Una pelea fue el detonante de los altercados, unida a la ingesta masiva de alcohol y a la hora límite marcada para el fin del botellón (las tres de la madrugada), indicaron fuentes de la Jefatura Superior. La fiesta había congregado a entre tres mil y cuatro mil personas, diseminadas por parques de la zona (Pradillo, la Salud, Minas...).
Los incidentes ocasionaron heridas a diez agentes (dos de ellos de carácter grave). Una docena de vehículos policiales resultaron dañados e, incluso, uno de ellos quedó calcinado. También resultaron afectados, al menos, otros cuatro vehículos privados. Por todo ello, 20 personas (siete menores) fueron detenidas acusadas de desórdenes públicos, atentado contra agentes de la autoridad e importantes daños en el mobiliario urbano.
El origen, una pelea
La monumental trifulca tuvo su punto álgido a las cuatro y media, cuando unos 200 incontrolados intentaron asaltar la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, saltando la valla perimetral. No lo lograron, si bien arrancaron un trozo de verja.
Todo comenzó sobre las dos y cuarto, cuando un joven acudió a un furgón de los antidisturbios a pedir ayuda. Sangraba mucho porque un botellazo en el transcurso de una pelea le había provocado heridas en la cabeza. Este hecho ocurrió cerca de la plaza de toros, donde se ha instalado este año la zona de juegos infantiles. Estaba grave y, cuando acudió la ambulancia para llevarle hasta el hospital, se desató la espiral de violencia.
Un nutrido grupo de participantes en el botellón empezó a lanzar a los agentes y a los vehículos de la UIP una lluvia de botellas y piedras, con el peligro que ello suponía. Los choques no cesaban y la situación empeoraba a medida que se acercaba la hora tope para beber. Los antidisturbios llegaron a avisar por megafonía y con señales luminosas a los jóvenes, indicándoles que intervendrían de no deponer su violenta actitud. Así lo hicieron, lanzando pelotas de goma al aire. Ni por esas. Sin embargo, la superioridad numérica de los alborotadores, y el hecho de que comenzaran a destrozar mobiliario urbano, obligó a los agentes a pedir refuerzos.
«Frente común»
Mientras la trifulca seguía, con barricadas incluidas y contenedores quemados en mitad de la calzada, llegaron más efectivos. Eran las tres y media de la madrugada. La batalla campal se había adueñado ya de las calles aledañas a la plaza de toros y continuó hasta que la Policía logró disolver a los violentos.
«Fue inenarrable. Todos hicieron frente común contra los agentes. Arrancaron de cuajo señales de tráfico, bolardos, tapas de alcantarillado y rompieron cristales de marquesinas de autobuses», explicaba un policía local. Entre los chavales del pueblo se repartían los culpables. «Los que comenzaron la movida fueron los antisistema. Luego se sumaron los nazis y gente que no sabe beber y se montó la mundial». Desde la Delegación de Gobierno se aseguró que no se ha identificado a nadie relacionado con bandas.