martes, 30 de julio de 2019
INTELIGENCIA – 31/07/2019
Agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil especializados en la lucha contra el terrorismo islamista detenían en la localidad gallega de Viveiro a una musulmana de 45 años que pretendía causar una auténtica masacre nada menos que el día del patrón de España, el Apóstol Santiago, precisamente en Santiago de Compostela. La terrorista había mantenido conversaciones telefónicas que fueron interceptadas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en las cuales manifestaba su intención de inmolarse ese día allí y ya había iniciado la preparación para llevar a cabo el atentado cuando se congrega más gente en la calle, ya que por lo visto estaba intentando alquilar un furgón con esa finalidad, al estilo de lo que hicieron sus colegas en las Ramblas de Barcelona con una furgoneta también alquilada. Por cierto, sería el caso de preguntarse si la tal islamista no es también una vieja conocida de los servicios de inteligencia, al igual que el imán de Ripoll, cabecilla de aquel grupo.
En esta controvertida coyuntura política hubiera sido tan bonito haberse podido hacer la foto en la plaza del Obradoiro todos los líderes políticos juntitos detrás de una pancarta, incluidos comunistas y tribalistas, solidarizándose con las víctimas, en lugar del “bochornoso” espectáculo que dieron ese mismo día en el Congreso de los Diputados…
Además, dadas las “excepcionales circunstancias del desafío terrorista”, podrían incluso los partidos políticos haberse puesto de acuerdo para formar gobierno… como hacían otrora con el terrorismo vasco y las dos Españas enfrentadas, que acababan todos juntos detrás de una misma pancarta. Después de 40 años resultaba demasiado descarado seguir utilizando mano de obra vasca para este tipo de operaciones así que pasaron a emplear personal musulmán, que es fácilmente manipulable como se demostró en el golpe de Estado del 11 de marzo de 2004.
Algo que habla a favor de esta hipótesis es el cuidado del ministerio de Interior de no informar sobre el hecho y más concluyente aún el silencio cómplice de la prensa del sistema. Basta imaginarse la incómoda situación que se crearía si salta esta cuestión al debate público y la terrorista, que no la han podido matar como a los moritos de 2004 y 2017, se pone a cantar… la tendrían que “suicidar”, con las sospechas que eso levantaría.
https://latribunadeespana.com/opinion/intento-de-masacre-terrorista-musulmana-en-santiago-y-la-prensa-del-sistema-calla
NACHO ALDAY
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