lunes, 8 de julio de 2019
ESPEJISMO – 09/07/2019
“El paradójico declive de la felicidad femenina” es el título del libro de los economistas Stevenson y Wolfers.
Las “conquistas” feministas, obtenidas desde hace poco más de 30 años, son hoy una realidad en la vida de las mujeres. Pero ellas son más infelices que antes de ese regalo envenenado.
Según el modelo igualitario, las mujeres “liberadas de la era patriarcal”, vivirían en un mundo más respetuoso, gentil y concesivo. Pero, en realidad es un mundo más infeliz para ellas. El igualitarismo prometió un espejismo y trajo la infelicidad.
Se puso de moda que la mujer debía trabajar fuera de su hogar, aunque no hubiera una necesidad apremiante. Y aquellas “atrasadas” que no aceptasen la imposición de esta moda, serían relegadas con la desconsideración general.
La prensa señala desde hace tiempo que las mujeres ganan mejores sueldos, ocupan más cargos públicos y además son ellas las que mandan en los hogares, pero son menos felices que antes.
Es la polémica conclusión a que llegó una investigación de la Universidad de Pennsylvania que comparó los índices de felicidad de hombres y mujeres desde 1975 a 2005 comprobando que el bienestar de ellas ha disminuido, mientras que el de los hombres aumentó. Si en 1970 las mujeres que se declaraban muy felices eran más que los hombres, hoy son más proclives a considerarse no muy felices.
En una encuesta de salud y calidad de vida el 42% de las mujeres dijo que casi siempre pensaba en la casa y la familia mientras estaba en el trabajo. Sólo un 15% de los hombres afirmó lo mismo. Cuando la mujer coge la cartera para salir a trabajar se lleva con ella todas las preocupaciones, los niños, la niñera, la casa, el jardinero, etc.
Esta sobrecarga de preocupaciones ha hecho que sientan mayor tensión física o emocional provocando una deterioración de su salud mental, explica el psicólogo Francisco Aguayo.
Otra encuesta norteamericana del Instituto de la Familia y el Trabajo en 1992 un 57% de las profesionales quería más responsabilidades laborales. El año 2007, ese porcentaje bajó a un 28%. El éxito profesional conlleva responsabilidades que tienen consecuencias importantes, por eso muchas mujeres terminan priorizando a la familia.
La ausencia de la madre en el hogar ha traído, como uno de sus frutos, la decadencia de la familia tradicional y esto constituye uno los mayores factores de depresión e insatisfacción entre las mujeres, afirman los autores.
NACHO ALDAY
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