15 de septiembre de 2015
Usar mucho el ordenador en clase no ayuda al alumno, según la OCDE
el pais - PILAR ÁLVAREZ Madrid 15 SEP 2015 - 13:14 CEST
Mejor uso que abuso. El último informe PISA, que analiza las habilidades digitales de los alumnos, alerta de que utilizar de forma moderada el ordenador en clase ayuda más al aprendizaje que un uso muy frecuente pero sin planificación. En la radiografía por países, España queda por debajo de la media de la OCDE en lectura y resolución de problemas online, que implica saber navegar y buscar fuentes en Internet o elaborar tablas de datos y gráficos desde el ordenador.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) se centra en el último informe PISA en la relación entre ordenadores, alumnos y conocimiento. El estudio compara los resultados en las pruebas que realizaron alumnos de 15 años de 31 países en 2012. Parte de estos exámenes se hicieron desde ordenadores para evaluar habilidades digitales como el uso de los programas, la elección de fuentes e hipervínculos en el examen de lectura o el empleo y elaboración de tablas de datos y gráficos en la prueba de matemáticas.
Entre los países con mejor resultado en lectura digital se encuentran Singapur, Corea del Norte, Hong Kong, Japón o Canadá. España obtiene 466 puntos —frente a 497 de media en la OCDE—. En matemáticas obtiene 475 frente a los 497 de media, con los mismos países a la cabeza. Los resultados son similares también a los que arrojan los exámenes tradicionales (en papel) de la OCDE.
“España tiene un buen nivel de tecnología en las aulas, pero el 5% de los alumnos no sabía siquiera por dónde empezar cuando se enfrentaban a un texto on line; se perdían navegando y pinchaban en el primer vínculo que encontraban”, explica Francesco Avvisati, autor principal del informe. Los alumnos respondieron también a una encuesta sobre sus hábitos con las tecnologías de la información y la comunicación. Los analistas concluyen al cruzar los datos que el uso del ordenador en el colegio no supone una ventaja en sí misma.
El tiempo en clase o la experiencia del docente son más determinantes. “Es bueno que los profesores enseñen a los estudiantes a buscar en Internet de forma inteligente, pero las tecnologías no son útiles si se intenta aprender por ejemplo una lengua haciendo ejercicios repetitivos”, según el autor del trabajo.
El informe destaca su importancia para organizar las prácticas de los alumnos o en el aprendizaje por proyectos. Es decir, son útiles para algunas cosas pero no la clave para todo: “Si un país hace una inversión importante en tecnología sin preguntarse cuáles van a ser los usos, el dinero le servirá de poco”, augura Avvisati.
Catherine L’Ecuyer, autora del libro Educar en la realidad lo resume con otras palabras: “Reducir la brecha digital no es la solución para mejorar los resultados académicos”. Las conclusiones de sus trabajos son similares a las que apunta ahora la OCDE. L’Ecuyer defiende que el uso indiscriminado de las tecnologías “puede suponer un sobreestímulo perjudicial para los alumnos”.
En una edición anterior de esta noticia (y también en la versión de papel) se incluía por error a Corea del Norte en el gráfico de comprensión en lectura digital. En realidad, en la estadística está incluido Corea del Sur.
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