9 de enero de 2010
La jerarquía católica y la familia
ELPAIS
La jerarquía católica y la familia
JOAQUÍN SOLANO PÉREZ - San Fernando, Cádiz - 09/01/2010
Las homilías y exhortos de los obispos en defensa de la familia me recuerdan tiempos en los que la jerarquía de la iglesia católica era el verdadero poder en España imponiendo, con los parabienes del régimen franquista, su dictadura religiosa en lo moral, social y político. Afortunadamente ya no es así. Los españoles tenemos una Constitución que nos hace libres y plurales y no les corresponde a ellos dictar las normas que deben regir nuestra sociedad.
¿Cuál es el ataque a la familia del que se defienden? ¿Acaso si yo me casara con otra persona de mi mismo sexo estoy obligando a alguien a hacer lo mismo? ¿No son ellos los que intentan imponer su visión de la vida a los demás? Lo que subyace en la jerarquía católica es su fundamentalismo, una profunda homofobia y una falsa moral en la sutil intención de volver a relegar a las mujeres al papel sumiso de madre y buena esposa aunque tengan que soportar todas las infamias que sobre ellas se han cometido y que la iglesia nunca condenó.
Su homofobia es patológica. Intentan hacer olvidar la más cruel e infamante práctica pedófila dentro de la iglesia católica, mientras niegan a los homosexuales y lesbianas la capacidad que le presuponen a todos los heterosexuales: la capacidad de amar. Si el amor es dar, compartir, es gozo, compañía, respeto, protección, ¿por qué se empeñan en que los homosexuales y lesbianas no son capaces de ello? ¿No los consideran personas? Muchos cristianos y parte de la estructura de la iglesia no piensan del mismo modo. No forman parte del fundamentalismo de aquellos que desde sus tronos se obstinan en dirigir la vida de creyentes y no creyentes.
No existe ataque a la familia. Sí existe un empeño en la jerarquía católica en condenar, no sólo en el ámbito religioso sino también en el social, cualquier cambio en la estructura familiar que, por supuesto, no afecta a los que quieran seguir con su modelo tradicional.
La jerarquía católica y la familia
JOAQUÍN SOLANO PÉREZ - San Fernando, Cádiz - 09/01/2010
Las homilías y exhortos de los obispos en defensa de la familia me recuerdan tiempos en los que la jerarquía de la iglesia católica era el verdadero poder en España imponiendo, con los parabienes del régimen franquista, su dictadura religiosa en lo moral, social y político. Afortunadamente ya no es así. Los españoles tenemos una Constitución que nos hace libres y plurales y no les corresponde a ellos dictar las normas que deben regir nuestra sociedad.
¿Cuál es el ataque a la familia del que se defienden? ¿Acaso si yo me casara con otra persona de mi mismo sexo estoy obligando a alguien a hacer lo mismo? ¿No son ellos los que intentan imponer su visión de la vida a los demás? Lo que subyace en la jerarquía católica es su fundamentalismo, una profunda homofobia y una falsa moral en la sutil intención de volver a relegar a las mujeres al papel sumiso de madre y buena esposa aunque tengan que soportar todas las infamias que sobre ellas se han cometido y que la iglesia nunca condenó.
Su homofobia es patológica. Intentan hacer olvidar la más cruel e infamante práctica pedófila dentro de la iglesia católica, mientras niegan a los homosexuales y lesbianas la capacidad que le presuponen a todos los heterosexuales: la capacidad de amar. Si el amor es dar, compartir, es gozo, compañía, respeto, protección, ¿por qué se empeñan en que los homosexuales y lesbianas no son capaces de ello? ¿No los consideran personas? Muchos cristianos y parte de la estructura de la iglesia no piensan del mismo modo. No forman parte del fundamentalismo de aquellos que desde sus tronos se obstinan en dirigir la vida de creyentes y no creyentes.
No existe ataque a la familia. Sí existe un empeño en la jerarquía católica en condenar, no sólo en el ámbito religioso sino también en el social, cualquier cambio en la estructura familiar que, por supuesto, no afecta a los que quieran seguir con su modelo tradicional.