N O V E D A D E S
CONTRA-REVOLUCIONARIAS
lunes, 16 de septiembre de 2019
PROTECCIÓN – 17/09/2019
El rey Abdalá II de Jordania, hermanastro de la princesa Haya, la ha nombrado jefa adjunta de la misión diplomática del país árabe en el Reino Unido en un intento de blindarla durante el inminente proceso judicial sobre la custodia de sus hijos y su separación. La resolución real fue adoptada hace unos días por el monarca a partir de la recomendación de los abogados de la princesa y de las gestiones realizadas por el príncipe Ali, hermano de Haya y su principal apoyo público desde que en junio trascendiera su huida de los Emiratos Árabes. Su nuevo cargo le proporciona inmunidad y protección para ella y sus descendientes para evitar que acabe como Jamal Khashoggi, el periodista crítico con la casa real saudí y que trabajaba para el Washington Post, desaparecido tras entrar en el consulado saudí en Estambul para gestionar unos documentos.
La semana pasada el diario turco Daily Sabah publicó la grabación en obtenida por los servicios de inteligencia turcos. Arranca con una conversación entre dos altos funcionarios saudíes involucrados en el asesinato minutos antes de que Khashoggi entrara en el edificio diplomático. En ella, el alto oficial de la inteligencia saudí Abdulaziz pregunta si ya "ha llegado el animal para ser sacrificado" y si deberían meterlo en una bolsa. El forense Tubaigy le responde que es demasiado alto y pesado y recomienda descuartizarlo para sacarlo del edificio en varias bolsas. "Siempre he trabajado con cadáveres. Sé cortar muy bien, aunque nunca he trabajado con un cuerpo caliente, pero conseguiré hacerlo sin problema. Normalmente me pongo los auriculares y escucho música cuando descuartizo cadáveres. Mientras tanto, bebo café y fumo. Después de desmembrarlo, envolveré las piezas en bolsas de plástico y las sacaré del edificio", afirma el forense. El audio continúa con la entrada del periodista en el consulado y tras haber sido drogado pide que "no le dejen con la boca cerrada" antes de perder el conocimiento. "Tengo asma. No lo hagas, me asfixiarás", fueron sus últimas palabras. Luego es asfixiado con una bolsa de plástico mientras sus captores dudan de si sigue con vida. "¿Está dormido?", pregunta uno. "Está levantado la cabeza", constata otro. "Sigue apretando", "aprieta bien", apremia el primero. Después de un rato comienza a escucharse el sonido de una sierra de autopsia durante media hora, tiempo en el que el forense lo descuartiza. En los días posteriores a su desaparición Riad negó cualquier relación con el asesinato, aunque tres semanas después, cuando las pruebas se acumulaban en su contra, confesó que había muerto por una pelea accidental. Finalmente, el gobierno saudí admitió que el asesinato fue premeditado.
La semana pasada el diario turco Daily Sabah publicó la grabación en obtenida por los servicios de inteligencia turcos. Arranca con una conversación entre dos altos funcionarios saudíes involucrados en el asesinato minutos antes de que Khashoggi entrara en el edificio diplomático. En ella, el alto oficial de la inteligencia saudí Abdulaziz pregunta si ya "ha llegado el animal para ser sacrificado" y si deberían meterlo en una bolsa. El forense Tubaigy le responde que es demasiado alto y pesado y recomienda descuartizarlo para sacarlo del edificio en varias bolsas. "Siempre he trabajado con cadáveres. Sé cortar muy bien, aunque nunca he trabajado con un cuerpo caliente, pero conseguiré hacerlo sin problema. Normalmente me pongo los auriculares y escucho música cuando descuartizo cadáveres. Mientras tanto, bebo café y fumo. Después de desmembrarlo, envolveré las piezas en bolsas de plástico y las sacaré del edificio", afirma el forense. El audio continúa con la entrada del periodista en el consulado y tras haber sido drogado pide que "no le dejen con la boca cerrada" antes de perder el conocimiento. "Tengo asma. No lo hagas, me asfixiarás", fueron sus últimas palabras. Luego es asfixiado con una bolsa de plástico mientras sus captores dudan de si sigue con vida. "¿Está dormido?", pregunta uno. "Está levantado la cabeza", constata otro. "Sigue apretando", "aprieta bien", apremia el primero. Después de un rato comienza a escucharse el sonido de una sierra de autopsia durante media hora, tiempo en el que el forense lo descuartiza. En los días posteriores a su desaparición Riad negó cualquier relación con el asesinato, aunque tres semanas después, cuando las pruebas se acumulaban en su contra, confesó que había muerto por una pelea accidental. Finalmente, el gobierno saudí admitió que el asesinato fue premeditado.
El heredero saudí Salman y el emir Rashid son sátrapas de la misma calaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario