19 de septiembre de 2019
El centrista Gantz rechaza la oferta de gran coalición con la derecha de Netanyahu
El
centrista Gantz rechaza la oferta de gran coalición con la derecha de Netanyahu
El líder opositor aventaja al primer ministro y a
sus aliados, aunque sin sumar una mayoría de centro-izquierda
Ampliar fotoBenjamín Netanyahu
(izquierda), junto al presidente israelí, Reuven Rivlin, y al general Benny
Gantz, el 19 de septiembre de 2019 en Jerusalén. ABIR SULTAN EFE
Corresponsal en Oriente
Próximo
Benjamín Netanyahu empieza a maniobrar
para conservar el poder tras haber perdido la mayoría en las elecciones del
martes en Israel. En un vuelco estratégico, el primer ministro propuso el
jueves a su rival, el centrista Benny Gantz,, la formación de un
Gobierno de gran coalición a cuyo frente ambos se alternarían. El exgeneral
Gantz rechazó la oferta, que incluía a las tres fuerzas de la derecha aliadas
con el Likud de Netanyahu, y como líder más votado con la alianza Azul y Blanco
se postuló para dirigir un “Gabinete de unidad liberal”.
El primer ministro había
pactado ya con las fuerzas conservadoras negociar conjuntamente un Ejecutivo de
concentración con Gantz para superar el bloqueo entre los dos grandes sectores
de partidos de la Kneset (Parlamento de 120 escaños). Las dos formaciones de los
ultraortodoxos —Shas (nueve escaños) y Unión de la Torá y el Judaísmo (ocho)— y
la agrupación de ultraderecha Yamina (siete) suman junto a los 31 de Likud un
bloque conservador de 55 diputados.
Con el 98% de los votos
escrutados —a falta del recuento de los sufragios en el exterior—, Azul y
Blanco superaba, con 33 escaños, al Likud y encabezaba un bloque de
centro-izquierda de 57 diputados. En ese arco opositor se incluyen los 13
escaños de Lista Conjunta de partidos árabes, los seis del laborismo y los
cinco de la pacifista Unión Democrática.
Con siete parlamentarios,
el partido laico conservador Israel Nuestra Casa, del exministro de Defensa
Avigdor Lieberman, permanece al margen de ambos bloques. Lieberman defiende un
Gobierno de unidad nacional “liberal” sin la participación de los
ultrarreligiosos.
“A mi pesar, los datos
electorales muestran que el Gabinete de coalición de derechas que defendí
durante la campaña es imposible”, reconoció Netanyahu en una declaración
grabada en vídeo. “Benny [Gantz], la nación espera que ambos demostremos
responsabilidad y cooperación”, aseveró, “pues no podemos tener unas terceras
elecciones”. Las legislativas del martes fueron la segunda vuelta de los
comicios celebrados en abril, cuyos resultados no concluyentes bloquearon la
formación de Gobierno.
·
Cartel electoral de Avigdor Lieberman en las calles
de Tel Aviv. AFPLa rebelión de los laicos castiga a la gran derecha de
Israel
Al reconocer por primer
vez que no va a poder formar un Ejecutivo conservador, Netanyahu trata de
resucitar la fórmula de gran coalición rotativa que ya tuvo un precedente en
Israel. En un acto de homenaje al fallecido presidente Simón Peres, el primer ministro
recordó que el dirigente laborista alcanzó un acuerdo con el derechista Isaac
Shamir para conformar un Gabinete de unidad y alternarse en el cargo de primer
ministro entre 1984 y 1988.
Los líderes del Likud y
de Azul y Blanco se encontraron por primera vez después de los comicios en ese
mismo acto, donde se saludaron en presencia del presidente de Israel, Reuven
Rivlin. “He oído alto y claro voces que llaman a un Gobierno de unidad estable
y de amplia base”, afirmó el mandatario ante ambos dirigentes.
Gantz, el exjefe del
Ejército que libró hace cinco años una guerra en Gaza, no respondió de
inmediato a la oferta de Netanyahu. Pocas horas después se reivindicó en la
sede de su partido en Tel Aviv para liderar una gran coalición. “Escucharemos a
todos, pero no aceptamos imposiciones”, advirtió, “tenemos más diputados y
ellos no tienen mayoría”.
Durante la campaña
electoral, el cabeza de lista de Azul y Blanco no descartó pactar con el Likud
en caso necesario, aunque vetó la presencia de Netanyahu, quien dentro de dos
semanas debe comparecer ante el fiscal general por tres casos de corrupción
investigados durante sus 10 años de mandatos consecutivos. El también exjefe
del Ejército Moshe Yaalon, su socio en la alianza de centro, fue tajante al
rechazar a “una coalición dirigida por Netanyahu”.
El líder del Likud
declaró sentirse “decepcionado” por el rechazo de Gantz a su propuesta, pero
mantuvo la invitación al diálogo. Frente a un estratega castrense sin
experiencia de poder a los 60 años, el primer ministro es un consumado táctico
que ha batido el récord de permanencia al frente del Gobierno a punto de
cumplir los 70. Gantz consideró que el plan de Netanyahu de sentarse a negociar
en nombre de toda la derecha solo era una “maniobra” para relegar a Azul y Blanco,
pese a haber obtenido mejores resultados en las urnas.
La amenaza de otra repetición de los comicios
El presidente Reuven
Rivlin, un antiguo rival de Netanyahu en el seno del Likud, tiene previsto
comenzar el domingo las consultas con los partidos. Puede encargar la formación
de Gabinete al centrista Gantz si se confirma como líder de la fuerza más
votada. O trasladar el mandato al primer ministro en funciones, si considera
que tiene más posibilidades de forjar una coalición con mayoría en la Kneset.
Si Lieberman —que fue el
primero en intuir el inicio de una nueva campaña electoral en el gesto del
líder del Likud— no se decanta por ninguno de los dos bloques enfrentados ni se
produce un acuerdo de unidad nacional, el veterano Rivlin puede que dentro de
dos meses no tenga más remedio que convocar a los israelíes a las terceras
legislativas en menos de un año.
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