lunes, 19 de agosto de 2019
DORNELLES – 20/08/2019
Al igual que el sacerdote italiano Minutella, otro miembro de la secta de los bergoglianos, el brasileño Dornelles, la abandona públicamente.
"Doctor en Derecho Canónico y Derecho Civil por la Pontificia Universidad Lateranense" de Roma, acusa formalmente de herejía y cisma al chamán de la antiglesia instalada en el Vaticano.
Fue "Juez Eclesiástico" durante 15 años en la "diócesis" de Porto Alegre, profesor en la "Pontificia Universidad Católica" y en el "Instituto Superior de Derecho Canónico" de Río de Janeiro.
Debido a su posición con respecto al que califica de antipapa, se vio obligado a renunciar a su puesto en Porto Alegre, donde sirvió como sacerdote durante 30 años, cosa que otros no hacen para no perder el sillón y los garbanzos, o simplemente por abulia e indiferencia.
Ha fundado recientemente la Comunidad Kyria y transmite diariamente el rezo del oficio y la misa tridentina a través de Internet.
El Santo Padre Pío IX decía que aun cuando los hijos del siglo sean más hábiles que los hijos de la luz, sus ardides y sus engaños tendrían, sin duda, menos éxito si un gran número entre aquellos que se llaman católicos, no contemporizasen con ellos.
Sí, infelizmente, hay quienes parecen querer caminar de acuerdo con nuestros enemigos y se esfuerzan por establecer una alianza entre la luz y las tinieblas, un acuerdo entre la justicia y la iniquidad por medio de esas doctrinas que llaman estratégicas o políticas, las cuales, apoyándose sobre los más perniciosos principios, quieren justificar su omisión cuando es hora de hablar e impulsan a las almas al respeto, o al menos a la tolerancia, de las personas más inicuas. Como si no estuviese escrito que nadie puede servir a dos señores.
Ellos son ciertamente mucho más peligrosos y más funestos que los enemigos declarados, no sólo porque los secundan en sus esfuerzos, tal vez, sin percibirlo, como también porque, manteniéndose en el extremo límite de las opiniones condenadas, toman una apariencia de integridad y de doctrina irreprochable, incitando a los imprudentes, amigos de conciliaciones y engañando a las personas honestas, que se rebelarían contra el error declarado. Por eso, ellos dividen los espíritus y debilitan las fuerzas que sería necesario reunir contra el enemigo.
NACHO ALDAY
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