PERISCOPIO
Blog Contra-Revolucionario
lunes, 22 de abril de 2019
REPAGANIZACIÓN – 23/04/2019
Pilatos, el pretor orgulloso no venció. El sibarita escéptico que, en una mezcla de ansiedad e indiferencia, parecía haber buscado la verdad infructuosamente, fue estrepitosamente vencido por la víctima humilde, que regó con sangre sus propias doctrinas, y sustituyó el sistema de duda y negación de Pilatos por un sistema de afirmación y construcción que, durante tantos siglos, la humanidad civilizada admiró. La Iglesia recordó durante siglos a los pueblos en las catedrales góticas su grito de insensatez y desesperación como el de una civilización a punto de naufragar. Su “¿qué es la verdad?”, pronunciado en la agonía de la civilización romana, equivale al “¡Venciste, Galileo!” que Juliano el Apóstata legó al mundo al morir, como un último estertor de un corazón revolucionario. Ambos son gritos de rebelión y desesperación ante la victoria de la Verdad que germinará.
Pero el grito de Pilatos no fue proferido sin eco y hoy, nuevamente, repercute en nuestra sociedad repaganizada, en nuestro mundo vuelto a los horrores de un cientifismo desenfrenado, casi exclusivamente formado por doctrinas fracasadas y sofismas científicos. Por causa de esta repaganización hay tantos derrotados, tantos individuos que consideran la verdad como una pompa de jabón que, en el momento de cogerla con la mano para examinarla, desaparece. Debido a la rebelión de la propia razón contra la Revelación, que la lógica nos obliga a aceptar. Debido, principalmente, al orgullo y al desorden de los sentidos, rebeldes a todo freno, a toda ley.
Si la inteligencia es incapaz de descubrir cualquier verdad, es necesario confesar que ella está bajo sospecha, incluso para afirmar la relatividad de todo conocimiento. Decir que la verdad puede ser la suma de unos cuantos conceptos contradictorios, como algunos pretenden, es un insulto al sentido común. Si así fuese, cuando una persona afirmase que una joya está en un cuarto y otra persona que no está, se podría obtener la verdad sumando ambas opiniones.
El neopaganismo de nuestra época se infiltró en la ciencia de tal manera que el sentido común está oscurecido y los conocimientos más elementales son negados con altivez por personas de innegable renombre y valor intelectual.
Los filósofos del siglo XVIII negaron la fe católica en nombre de la razón, cuyo culto la Revolución Francesa quiso establecer. La evolución del mismo movimiento revolucionario hizo que se terminase negando la propia razón y que apenas queden escombros, que es lo que vemos casi por todas partes.
EXTRACTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA AUTORIA DE NACHO ALDAY SIN REVISION DEL AUTOR.
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