domingo, 21 de abril de 2019
LLAMAS – 22/04/2019
Desde 1830 el nombre de París está asociado al inicio de una nueva era en la que la Virgen María interviene en el mundo a fin de instaurar el Reino de Cristo, esto es, el Reino de María. Allí se apareció con un mensaje trascendental como posteriormente en Lourdes, Fátima, Ámsterdam y Akita. Esto da un simbolismo especial al reciente atentado perpetrado en la catedral de Ella.
En la estampa antigua de la foto vemos la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús y a Nuestra Señora como la vieron llorando en La Salette, un fusilamiento en referencia a la persecución de los católicos, con el fondo de la catedral de Notre Dame en llamas al igual que la cúpula del Vaticano. Las llamas de la primera se parecen mucho a las que hemos visto la semana pasada y las segundas son más que probables, como lo dan a entender diversas predicciones a lo largo de los siglos, dada la apostasía de Roma. Una de ellas, de Bartolomé Holzhauser, dice: “Entrarán en Italia, devastarán Roma, quemarán iglesias y destruirán todo”. Otra, de Bruno Cornachiola, ve “extranjeros invadiendo Italia, musulmanes rociando de gasolina una iglesia y prendiéndole fuego, una multitud de bárbaros corriendo hacia la Basílica de San Pedro matando a todos los que encuentran y al Vaticano en llamas”. Si no las provocan los islamistas, comunistas, tribalistas o modernistas será directamente por “el fuego que caerá del cielo” anunciado por la Señora de todos los Pueblos en Japón en el 56 aniversario del milagro del sol en Fátima. Precisamente en Japón, nación que ya experimentó algo parecido a la caída de fuego del cielo.
El que fue arquitecto de la catedral de París desde el año 2000 al 2013, Benjamín Mouton, declaró que el incendio no pudo comenzar por un cortocircuito y no cree en la posibilidad de accidente o negligencia. Concluye que un fuego de esa intensidad tuvo que ser necesariamente provocado. Un bombero profesional piensa que el acto fue criminal. Los trabajadores niegan la posibilidad de que las obras causasen el incendio entre otras razones por que ya no estaban allí ni se habían realizado ese día trabajos con riesgo. Y testigos afirman haber oído explosiones antes del incendio.
En cuanto a la razón de porqué la Providencia lo permitió resulta evidente una vez que usurpando la identidad de la Santa Iglesia habían transformado la catedral en un templo de la maldita secta bergogliana al servicio de la Revolución para inducir a la condenación eterna de las almas al infierno donde las llamas nunca se extinguen y para la constante ofensa a Dios.
NACHO ALDAY
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