20 de agosto de 2014
Rajoy está dispuesto a aprobar sin el PSOE la elección directa de alcaldes
EL PAIS - FERNANDO GAREA Madrid 20 AGO 2014 - 08:38 CEST1470
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está dispuesto a seguir adelante con la reforma de la ley electoral para modificar el actual sistema de elección de los alcaldes, a pesar del rechazo rotundo del PSOE, según explican diversos dirigentes y miembros de la ejecutiva del PP. Rajoy ha ordenado a responsables de su partido que sigan trabajando para presentar en septiembre esta propuesta dentro de un plan de regeneración democrática o de mejora del funcionamiento de las instituciones, añaden dichas fuentes. Escuchó directamente del nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, en su reunión de La Moncloa en julio el rechazo rotundo del principal partido de la oposición. Entonces no desveló a Sánchez si seguiría adelante, pero ha hecho caso omiso de ese rechazo y ha puesto en marcha la medida y está dispuesto a avanzar para que se aplique ya en las municipales de mayo de 2015.
Fuentes de la dirección del PP aseguran que habrá una ronda de reuniones con todos los grupos para exponerles estas medidas, que incluirán otras novedosas que ya han sido ultimadas, y con disposición para escuchar algunas más. “Retamos al PSOE y a la izquierda a que presente propuestas más democráticas que la nuestra y que garanticen la elección directa por los ciudadanos”, aseguró a este periódico Javier Arenas, vicesecretario de Política Autonómica y Local del PP. No está decidido si la negociación será entre partidos o con el Gobierno y en función de eso y de si hay acuerdo la propuesta se concretará en un proyecto de ley del Ejecutivo o una proposición de ley firmada por varios grupos.
La intención, siempre según fuentes del PP que trabajan en la propuesta concreta, es la de sentarse con el PSOE y buscar un acuerdo global. Algunas medidas como la de establecer por ley que deban abandonar sus cargos públicos los que vayan a sentarse en el banquillo ya están en trámite en el Parlamento y otras como la reforma electoral o la reducción del número de aforados deben ser incluidas en otras.
El PP tiene mayoría suficiente en el Parlamento para sacar adelante estas propuestas, pero nunca antes en democracia se ha cambiado la ley electoral sin acuerdo entre los dos grandes partidos. Lo más parecido ocurrió recientemente cuando María Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha y número dos del PP, aprobó una reforma del Estatuto que afectaba al modelo electoral solo con los votos de su partido y sin consenso, lo que no había sucedido nunca desde 1978 en ninguna comunidad.
Hasta el momento, el PSOE ha rechazado de plano la reforma electoral que planteó Rajoy por primera vez en junio. Por eso, fuentes socialistas explican que pedirán que la reforma de la ley electoral se saque del paquete global de medidas de regeneración, por entender que es ajena al asunto y, además, solo pretende favorecer al PP. Sánchez anunció este martes en Ibiza que en septiembre presentará también “medidas radicales de limpieza democrática”.
Desde que Rajoy hizo pública su propuesta, destacados dirigentes del PP se han pronunciado a favor de seguir adelante en todo caso. El más significativo ha sido el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, que pidió que se apruebe la propuesta aunque sea sin respaldo de los socialistas. También los populares valencianos están presionando a Génova en el mismo sentido. Otros como el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, pidieron que se haga solo si hay consenso. Y destacados dirigentes del PP dan por hecho que Rajoy está decidido a ir hasta el final con su propuesta.
Fuentes populares explican que no hay una fórmula cerrada para modificar la elección de alcaldes y que trabajan en varias opciones que, además, podrían modificarse en la negociación con los otros grupos. Por ejemplo, aseguran que una opción para intentar lograr el apoyo de los socialistas sería establecer una segunda vuelta entre las dos listas más votadas siempre que ninguna haya alcanzado un porcentaje claro que, por ejemplo, podría ser como mínimo del 40%. Si algún partido en primera instancia llegara a ese porcentaje tendría la alcaldía y el control del Ayuntamiento sin necesidad de segunda vuelta. “Que la segunda vuelta no se haga en los despachos”, explica el PP.
Este martes se abrió una pequeña grieta en el rechazo del PSOE a esta reforma, porque el coordinador del Consejo Territorial del PSOE de Andalucía, Juan Pablo Durán, admitió que esa reforma sea estudiada para 2019, es decir, no para las próximas municipales, sino para las siguientes. El PP descarta totalmente esta opción.
Para esta reforma legal y otras que puedan proponerse, el Gobierno dispone del tiempo justo para la tramitación parlamentaria. En la legislatura solo quedan dos periodos de sesiones parlamentarios completos: el que empieza en septiembre y acabará en diciembre y el de enero de a julio de 2015, para que las elecciones generales sean en noviembre. La reforma de la ley electoral deberá pasar por el trámite de informes no vinculantes si se aprueba en Consejo de Ministros y el posterior en el Congreso y el Senado, con tiempo justo de que esté listo antes de las municipales de mayo de 2015 para que entre en vigor.
Después de su reunión con Sánchez, Rajoy siguió defendiendo su propuesta y ni siquiera se dio por enterado del rechazo del PSOE: “Ese tema no está cerrado con el partido socialista”.
El sistema electoral en el Reino Unido, tanto en lo que concierne a las municipales como a las legislativas, es nítidamente mayoritario: el primero que llega, gana; esto es, se impone el candidato más votado, con independencia de que tenga o no mayoría absoluta. En el caso concreto de los comicios locales, los electores deciden entre uno y tres nombres, según las circunscripciones, y el aspirante o aspirantes son elegidos a tenor del número de sufragios obtenidos.
En Alemania no existe una ley única que regule el proceso electoral, ni tampoco hay una ley que impida las alianzas para gobernar en los Ayuntamientos. En 12 estados federados, el regidor es elegido por mayoría absoluta y, si ningún candidato obtiene ese resultado en la primera vuelta, los dos más votados tienen que ir al balotaje (la segunda vuelta), donde les bastará la mayoría simple. En otros cuatro Estados, los alcaldes son elegidos por los Parlamentos locales.
En Francia, las elecciones municipales son una combinación entre los comicios mayoritarios a dos vueltas y los proporcionales. Las listas que logran más del 50% de los votos (con la participación de más del 25% de los inscritos) se hacen con la mitad de los puestos de consejeros municipales, una modalidad denominada “prima mayoritaria”, y el resto se reparte de forma proporcional entre esa misma lista y las siguientes que hayan logrado más del 5%. En caso de no alcanzar ninguna lista la mitad de los votos, lo más frecuente, se celebra una segunda vuelta, en la que pueden mantenerse las que obtienen más del 10% de los sufragios en primera, y pueden fusionarse las que obtienen más del 5%.
En los municipios de Italia de más de 15.000 habitantes los electores pueden votar solo para el alcalde (poniendo la cruz sobre el candidato que prefieran) o también para la asamblea municipal (poniendo la cruz sobre el símbolo de uno o dos partidos). Si ningún candidato alcanza la mitad de los votos más uno, se celebra una segunda ronda entre los dos candidatos más votados.
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