Los sindicatos han respondido a Rajoy, que el domingo anunció más recortes "hasta el fin de la legislatura", con una advertencia: las movilizaciones contra la reforma laboral no pararán. "El 29 no es el final, no es el final el Primero de Mayo, saldremos a las calles para que les moleste, para que esto cambie", ha asegurado el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, tras la marcha del Primero de Mayo en Madrid justo después de que su homólogo de UGT, Cándido Méndez, denunciara una reforma que "lleva a las condiciones laborales de China".
Las políticas de recortes del Gobierno han revitalizado las protestas de los sindicatos en este Primero de Mayo, la quinta movilización sindical tras la aprobación de la reforma laboral. Desde que
Mariano Rajoy está en La Moncloa, la relación del Gobierno con UGT y CC OO ha cambiado y hoy, además de rechazar la reforma laboral, las centrales están reivindicando también el derecho a manifestarse contra "la ley del silencio" que, aseguran, quiere imponer el Ejecutivo. Tanto José Luis Rodríguez Zapatero como José María Aznar, llevaron adelante
reformas laborales sin acuerdo con los agentes sociales, pero estos al menos conocían su contenido antes de que se aprobara.
Por esta razón, los sindicatos creen que había "motivos más que suficientes para manifestarse este Primero de mayo". Lo ha afirmado
Ignacio Fernández Toxo, líder de CC OO, en la cabecera de la manifestación de Madrid, antes de apuntar que es muy probable que se superen los seis millones de parados. "La EPA es sobradamente elocuente", ha agregado. Méndez, secretario general de UGT, también ha aludido al descrédito de los sindicatos: "Se descalifica a las organizaciones sindicales pero el objetivo es el deterioro de los derechos laborales". "Rajoy quiere imponer el mandato de la señora Thatcher" y "demoler los servicios públicos", ha alegado el líder de UGT en una marcha con alrededor de 100.000 manifestantes, según cálculos de los sindicatos, al igual que en Barcelona. A la convocatoria de Madrid también han acudido la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, el responsable de la Fundación Ideas y exministro de Trabajo, Jesús Caldera, y el también extitular de ese Departamento Valeriano Gómez.
La polarización entre el PP y las centrales ha llegado a tal punto que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, calificara de "gamberrada" y "algaradas callejeras" las movilizaciones. Los dirigentes sindicales de la capital, Javier López (CC OO)y José Ricardo Martínez (UGT), por su parte, se han mostrado muy duros esta mañana con la dirigente popular. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha señalado desde la romería de la Virgen del Valle en Toledo que el Gobierno está trabajando "mucho" para "intentar y conseguir" que se creen puestos de trabajo.
Desde Valencia, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, ha pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que recupere el diálogo social. "Están realmente en riesgo los derechos conseguidos en los últimos 30 años, en el que está realmente en riesgo el diálogo social", ha afirmado. En más de una ocasión, Méndez ha contado con amargura cómo el 10 de febrero apenas conoció por teléfono unos detalles del decreto que iba a aprobar el Consejo de Ministros la misma mañana. Tres días después, él y el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, se reunieron con la ministra de Empleo. Fátima Báñez les dijo que en
la reforma laboral solo habría cambios técnicos. No se han vuelto a ver hasta semanas después de la huelga general. También por esta razón
Cayo Lara, coordinador de IU, ha solicitado esta mañana a Rajoy una reunión urgente para desarrollar un "gran acuerdo nacional" entre los sindicatos, partidos políticos y fuerzas sociales para luchar contra el paro y fijar una política de "empleo real" como "única" hoja de ruta del futuro.
En este contexto, y dos días después de una convocatoria contra los recortes en sanidad y educación que registró un éxito moderado, los representantes de los trabajadores se enfrentaban a un reto sin precedentes en la historia reciente. Más allá del mayor o menor papel de interlocución que el Gobierno de Rajoy quiera darles, los problemas de los sindicatos en la sociedad española superan este punto. Por un lado está la reforma laboral y los recortes a las subvenciones (un 33% en los Presupuestos). Y por otro, el deterioro de su imagen social que se refleja en las últimas encuestas.
Ante este panorama, el secretario general de UGT había defendido esta mañana, antes de la manifestación, el derecho a la protesta. "Más allá de las frustraciones [en referencia a la convocatoria del domingo], lo importante es resaltar es que nosotros vamos a seguir ofreciendo el cauce para el derecho de manifestación y movilización. No vamos a consentir que el Gobierno quiera imponer la ley del silencio y que incluso pretenda incomunicarnos". ha advertido.
Toxo también se había dirigido al Ejecutivo desde RNE al denunciar que "como ellos empiezan a caer en la cuenta de que la ciudadanía probablemente ha llegado al límite de la capacidad de aguantar, ahora se recurre a la utilización de la autoridad, y no me refiero a la autoridad política y moral, sino a la represión".
Cerca de 80 manifestaciones han recorrido a partir de las once de la mañana las calles de unas 60 ciudades. En Madrid, donde se ha blindado la puerta del Sol por temor a una posible acampada del Movimiento 15-M, los manifestantes han desfilado entre la plaza Cánovas del Castillo, el paseo del Prado, la plaza de Cibeles, la calle de Alcalá y Sol.
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