15 de mayo de 2012
Los países del Golfo advierten a Irán de que no se inmiscuya en Bahréin
EL PAIS - ÁNGELES ESPINOSA Dubái 14 MAY 2012 - 20:00 CET1
Los planes de unión de las seis monarquías de la península Arábiga van para largo. “Llevará tiempo establecer los detalles”, ha reconocido el ministro saudí de Exteriores, el príncipe Saud al Faisal, al concluir la 14ª cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en Riad. No obstante, el veterano ministro advirtió a Irán de que no se inmiscuya en las relaciones de su país con Bahréin, cuyo rey ha mostrado especial interés en una mayor integración entre ambos para protegerse de la revuelta popular que amenaza su poder.
“Irán no tiene nada que ver con lo que sucede entre los dos países, incluso si evoluciona hacia una unión”, ha declarado el príncipe Saud en una conferencia de prensa transmitida por la televisión local.
Con anterioridad el Parlamento iraní había difundido un comunicado criticando los planes de unión entre Arabia Saudí y Bahréin expresados por varios portavoces de esa pequeña isla-Estado.
“Arabia Saudí y el dirigente de Bahréin saben sin ninguna duda que esas medidas imprudentes harán que el pueblo bahreiní se una aún más contra los ocupantes”, afirma el texto firmado por 190 de los 290 diputados iraníes. Teherán ha criticado repetidamente el envío de fuerzas saudíes a Bahréin el año pasado para respaldar a la monarquía suní de los Al Khalifa frente a las protestas de la comunidad chií (que suma dos tercios de la población). Los medios iraníes nunca han informado sin embargo de que esas tropas se retiraron tres meses después.
Riad y Manama, por su parte, acusan a Irán, el gran faro de los chiíes desde la revolución de 1979, de alentar las protestas de esa comunidad tanto en Bahréin como en la Provincia Oriental de Arabia Saudí. Esa preocupación ha añadido urgencia a la tradicional rivalidad entre las dos grandes potencias regionales. Además, el riesgo de que el programa nuclear iraní desate un conflicto armado en la zona les ha llevado a debatir una mayor integración militar y coordinación política que en caso necesario les permita hacer frente a su vecino persa.
“Vamos a continuar estudiando el asunto”, ha asegurado el ministro saudí de Exteriores. Sus palabras indican que el resto de los miembros del CCG (que incluye además a Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán) no están tan entusiasmados con la propuesta. De hecho, el presidente de Emiratos, el jeque Khalifa, delegó su representación en su vicepresidente, el jeque Mohamed, y la prensa local se limitaba a hablar de una mayor cooperación sin ir más lejos.
El retraso supone no obstante un jarro de agua fría para el rey Hamad de Bahréin que ha dejado claro su interés en esa unión con el grande de la península Arábiga, incluso si no todos los miembros del CCG se adhieren a ella.
“Esperamos hoy el establecimiento de la Unión del Golfo”, declaró el monarca a su llegada a Riad, citado por la agencia oficial saudí, SPA.
Sin embargo, en Manama, los principales líderes de la oposición chií expresaron su malestar con una medida que interpretan destinada a cerrarles las puertas a una mayor participación política. El jefe del Wefaq, el jeque Ali Salman, ha exigido que el proyecto de unión sea sometido a un referéndum previo.
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