12 de marzo de 2012

¿COBARDÍA EN ESPAÑA?

"ABC, Jueves, 18 de marzo de 2004   

OPINIÓN - EDICIÓN IMPRESA – Colaboraciones

¿COBARDÍA EN ESPAÑA?

Por Darío VALCÁRCEL/
  

ALGUNOS medios ponen en duda el valor español frente al terrorismo, como si el presidente in pectore Rodríguez Zapatero no hubiera tomado su decisión hace meses. El mecanismo intoxicador vuelve a ponerse en marcha, quizás con poca eficacia. En España, después del 11-M, nadie ha modificado un milímetro su posición frente al terror. Una mayoría, quizá superior al 90 por ciento de las gentes pensantes, está dispuesta a luchar contra el terror con sacrificio personal (las encuestas deberían explicar en qué grado).

Aznar no ha variado su posición. Cree que hay que apoyar sin fisuras al actual presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y que España, a pesar de las demostraciones de su opinión pública, debe seguir esta vía, personalmente marcada por él. El problema consiste en que Bush encuentra una creciente resistencia en su país. La intervención en Irak es más oscura a medida que el tiempo avanza. Sadam nunca fue un aliado de Al Qaeda; sí los saudíes y paquistaníes, sin embargo aliados de Bush. Posiblemente la división del votante americano en torno a Irak, unida a la débil creación de empleo y a los gigantescos déficit federal y deuda exterior, planteen a Bush un panorama difícil ante el 2 de noviembre. Crece el número de analistas americanos inclinados a pensar que (a) la caótica situación de Irak ha reforzado al terrorismo de Al Qaeda y (b) que Bush no ha sabido explicar una guerra de elección, mientras abandonaba una guerra de necesidad contra el terrorismo. En esta situación, una postura firme y amistosa de la Unión Europea hubiera sido mejor que una Unión parcialmente fragmentada. Pero Aznar había manifestado desde tiempo atrás su escepticismo sobre el proyecto de una Europa unida. Tenía derecho a creerlo así (es un sentimiento compartido en España por una parte de los conservadores más tradicionales), aunque no debió aparentar fidelidad hacia un proyecto en el que no creía. Esta apariencia se salda ahora con un resultado negativo, para el Partido Popular y para España. Pero en sus convicciones íntimas, nadie podrá acusar a Aznar de haber variado un milímetro.

Zapatero ha ganado las elecciones por casi 800.000 votos más que Felipe González en 1982 (600.000 más que Aznar en 2000). Pero Zapatero mantiene desde hace casi un año su criterio sobre las tropas españolas. Si llegara al Gobierno -y ha llegado- las retirará de Irak si permanecen a las órdenes del poder militar americano. Pero no las retirará si por una resolución de su Consejo de Seguridad las Naciones Unidas tomaran la dirección de Irak (en el curso del año actual, quizá). De todos modos, será muy arriesgada para España la operación de retirada, en medio del proceso electoral americano y de la tensión dominante en el país invadido.

Es aventurado insinuar que España se ha vuelto cobarde. Los españoles somos un pueblo con no pocos defectos, pero entre ellos no está la cobardía. En determinadas épocas hemos sido perezosos, altaneros, vanos, soñadores; en otras apegados al duro, al beneficio material. Pero la cobardía no nos ha caracterizado. La raza española es sacrificada, correosa, valerosa. Lo acaba de demostrar por enésima vez. Algunos pensamos que debió invadirse Afganistán y nunca Irak, aunque fuera indispensable eyectar del poder a Sadam. Incluso algunos pensamos que una vez destacada en Diwaniya, la brigada Plus Ultra debería permanecer allí hasta la toma de responsabilidad por la ONU, de modo que la retirada de japoneses, británicos, polacos, españoles, pudiera hacerse conjuntamente. De ahí a montar una campaña sobre el valor de un país después de las pruebas dadas desde el 11-M...".

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