24 de marzo de 2012

Bruselas pone bajo vigilancia a España

Bruselas pone bajo vigilancia a España

Una misión supervisará en Madrid en abril el ajuste que exige la Comisión

El Gobierno asume que España está bajo los focos de los mercados

El ministro de Economía Luis de Guindos junto al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que le gastó una broma en la última reunión del Eurogrupo / YVES HERMAN (REUTERS)
España está de nuevo bajo presión, y ya no solo de los mercados. La Comisión Europea “ha puesto bajo vigilancia a España”, según explicaron fuentes diplomáticas de la Unión. Bruselas tiene previsto enviar nuevas misiones de expertos a Madrid —la próxima llegará a mediados de abril, solo un mes después de la anterior— para analizar las cuentas de todas las administraciones y el precario estado de salud de la economía, tras el notable incumplimiento del déficit en 2011 y el revés del Eurogrupo a las aspiraciones del Ejecutivo de fijar la meta de 2012 en el 5,8% del PIB. Además, los socios europeos de España examinarán cada uno de los próximos pasos del Gobierno en las reuniones del Eurogrupo, el Ecofin y en las cumbres de jefes de Estado, en las que España y sus problemas serán siempre un punto destacado del orden del día, según fuentes europeas.
La prima de riesgo española llevaba varios meses por debajo de la italiana y lejos de los niveles que encendieron las alarmas, con la deuda anestesiada por la multimillonaria barra libre del Banco Central Europeo (BCE). Pero el Gobierno se movió hace unas semanas para conseguir una suavización de los objetivos de déficit —algo que consiguió parcialmente, pero que a su vez hizo saltar chispas con la Comisión y de alguna manera reavivó las sospechas de los mercados— y las tensiones han vuelto, con los inversores inquietos ante la profundidad de la recesión, los efectos de los recortes sobre la economía y las secuelas del pinchazo inmobiliario sobre la banca.
A esa inquietud se suma ahora la vigilancia de Bruselas, que pone a España aun más bajo los focos. La primera piedra de toque llegará pronto. Tras las elecciones en Andalucía y Asturias, los Presupuestos —que a juicio de Bruselas deben incluir nuevos tijeretazos de gasto y más subidas de impuestos— se analizarán con lupa a finales de la próxima semana, en el Ecofin informal de Copenhague. “España ha dejado atrás a Italia y ya está en primera línea de fuego. Las sospechas de los mercados han vuelto y de ahí la necesidad de aumentar la presión política para que el Gobierno español, y las comunidades autónomas, cumplan todo lo prometido, se evite la apertura de procedimientos de sanción y, en última instancia, se impida la puesta en marcha de un nuevo capítulo de la crisis del euro. Para eso, los próximos presupuestos, que se presentan coincidiendo con el Ecofin, serán clave”, explicaron fuentes comunitarias.
España figurará como punto destacado en las reuniones europeas
La mayor vigilancia comprende varios frentes. Además del envío de misiones de expertos a Madrid para monitorizar el déficit, los problemas fiscales españoles acapararán buena parte del protagonismo en la agenda de todos los debates de Ecofines, Eurogrupos y demás cumbres de la UE en los próximos meses: España será uno de los puntos del orden del día de esas reuniones, empezando por la citada de Copenhague. Por último, “Madrid se ha comprometido a proporcionar información al minuto sobre los presupuestos y demás ajustes”, según fuentes europeas. El Gobierno asume que está bajo los focos de los mercados, según fuentes de Moncloa. Una portavoz del Ministerio de Economía, sin embargo, reiteró que Bruselas “tiene garantías de que España cumplirá el objetivo de déficit este año y de que adoptará las medidas necesarias para lograrlo, tal como se recogió en el comunicado del último Eurogrupo”. Los objetivos del Gobierno siguen intactos: cumplir con las nuevas metas de déficit para trasladar ese mensaje al mercado, e intensificar el control de las comunidades para evitar desviaciones, de la misma manera que Bruselas intensifica el control de las cuentas públicas españolas.
Madrid se ha comprometido a dar información al minuto
Las mismas fuentes precisaron que el envío de misiones de expertos de la Comisión Europea a Madrid “es algo periódico y rutinario”. Las nuevas normas de gobernanza económica de la UE prevén que la Comisión pueda someter a “vigilancia reforzada” a cualquiera de los países en caso de que supongan una amenaza para la estabilidad financiera. Varias fuentes europeas, sin embargo, discrepan de la interpretación del Gobierno español y aseguran que las misiones “no son exactamente rutinarias”: “Se trata de aclarar por qué el anterior Gobierno socialista defendió hasta el final que el déficit sería del entorno del 6%, por qué el nuevo Gobierno del PP decía a finales de diciembre que se iría al 8% y por qué al final el déficit fue del 8,5%. Para ello se ha decidido que viajen en esas misiones funcionarios de Eurostat [la agencia estadística europea]. Y se trata también de asegurar que se cumple lo pactado para este año: para eso se estrecha la vigilancia".
La tensión entre el Gobierno y la Comisión ha sido la tónica desde que el presidente Rajoy anunció su intención de incumplir los compromisos de déficit en 2012, unos minutos después de firmar el tratado de austeridad impulsado por Alemania, apelando a la “soberanía nacional”. Y llegó a máximos en el último Eurogrupo, cuando Guindos recibió varias andanadas por ese desafío —del presidente del BCE, Mario Draghi; del comisario Olli Rehn; del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, y de los ministros de Austria y de Holanda— y se vio obligado a aceptar a regañadientes la declaración del Eurogrupo que obliga a España a revocar una decisión del Consejo de Ministros y recortar el déficit del orden de medio punto más de lo que quería, hasta el 5,3% del PIB.
Bruselas cree que hacen falta subidas de impuestos en los Presupuestos
Guindos se resistió hasta el final en esa cita a admitir esa cifra, y pidió incluso la opinión de los servicios jurídicos de la UE para intentar impedir una declaración que obligara por escrito a España. Solo accedió tras consultar por teléfono con Rajoy, según fuentes europeas. Ese 5,3% de déficit, fijado por el Eurogrupo a instancias del BCE y la Comisión, será el punto cardinal de los próximos presupuestos, y obliga a fuertes recortes de gasto y, probablemente, a más subidas de impuestos (pese a las promesas de Rajoy). Y a volver a la carga con el control del déficit de las comunidades, que junto con el desplome de los ingresos explica la parte del león de la desviación del déficit de 2011.
“La mayor vigilancia sobre España es un arma de doble filo”, explicaron fuentes de Bruselas. “Los mercados exigen un mayor control de las comunidades, y por ese lado estrechar el cerco puede ser positivo. Pero exigen también crecimiento, y los fuertes recortes que exige el cumplimiento del déficit van a agudizar la recesión”, según las mismas fuentes. Los mercados, en fin, van a volver a ser el sujeto de muchas informaciones si las primas de riesgo vuelven a entrar en erupción. “Es evidente que Roma ha gestionado mejor los tiempos que Madrid”, explicó ayer Antonio García Pascual, analista de Barclays Capital. “Los hedge funds [fondos de alto riesgo] vuelven a estar cortos con España”, cerró. Traducción bastarda: vienen curvas.

“¿Van ustedes a pedir ayudas al fondo de rescate?”

LUCÍA ABELLÁN / CLAUDI PÉREZ
El nerviosismo en Bruselas coincide con un aluvión de publicaciones en la prensa anglosajona y de informes de la banca de inversión que sitúan a España, de nuevo, como el gran riesgo global. La discusión a puerta cerrada en el último Eurogrupo fue la penúltima ocasión de constatar los recelos que despierta España: “¿Van a pedir ustedes ayudas al fondo de rescate?”, le espetó hasta en dos ocasiones a Luis de Guindos la ministra austriaca de Finanzas, Maria Fekter, informan fuentes europeas. Austria afirmó que España tiene unas necesidades de financiación de 435.000 millones entre 2012 y 2013. Guindos replicó que no va a hacer falta acudir a las ayudas, y que las necesidades netas se limitan a 160.000 millones. Economía cuenta con que el Tesoro ha cargado el granero de liquidez; además, la banca española ha cubierto (con la inestimable ayuda del BCE) los vencimientos de 2012 y buena parte de 2013.
Esas cifras son superiores a las que se pueden extraer tomando como base los datos del Tesoro. Las necesidades de financiación de un Estado se calculan sumando las nuevas emisiones (que a grandes rasgos coinciden con el déficit de caja previsto) y los vencimientos de deuda. Con los datos de 2012 y 2013, las necesidades de financiación globales (Administración central, comunidades y Ayuntamientos) no excederían los 300.000 millones de euros y, en términos netos, rondarían los 90.000. En esas cifras faltan los vencimientos de las comunidades, y el colchón de liquidez que acumula el Tesoro, que hace unos meses era de unos 30.000 millones.
El horizonte no está despejado, pese a que Bruselas contaba con que el tratado que consagra la austeridad y el acuerdo de Grecia con sus acreedores iban a traer la estabilidad a los mercados. Hay dos grandes incógnitas: el presupuesto español y el acuerdo para elevar la potencia del cortafuegos e impedir así que un eventual contagio pueda llevarse por delante a Italia y España (o viceversa). Ambas se resolverán la semana próxima: la Comisión recomienda reforzar la capacidad del fondo de rescate de 500.000 a 940.000 millones, y confía en que los socios, pese al rechazo de Alemania, tomen una decisión definitiva el próximo viernes en Copenhague, informa Efe. España, uno de los potenciales destinatarios de ese dinero, opta a la presidencia del fondo de rescate, según informó la cadena SER. Con el sillón del BCE casi perdido y las dificultades para presidir el Eurogrupo —el ministro alemán Wolfgang Schäuble sube con fuerza en las quinielas—, ese puesto podría satisfacer al Ejecutivo.

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