25 de febrero de 2012
Los obispos instan a la banda terrorista a "arrepentirse y pedir perdón"
Los obispos de Bilbao, Mario Iceta; de San Sebastián, José Ignacio Munilla; y de Vitoria, Miguel Asurmendi, han hecho un llamamiento conjunto a ETA a que muestre “un arrepentimiento verdadero” por medio de una petición “sincera” de perdón a las víctimas. A estas últimas les han animado a “conceder ese perdón sanador y liberador que, sin anular las exigencias de la justicia, la supera”. Este es el punto más relevante de la homilia conjunta preparada por los tres prelados con motivo de la jornada de oración por la reconciliación, convocada para hoy bajo el lema “Busca la paz y corre tras ella. Zorionekoak bakegileak”.
Las posiciones dispares de la Iglesia vasca sobre cómo abordar la reconciliación en Euskadi en el escenario del final de ETA les han impedido, por el momento, la elaboración de una pastoral común, que han sustituido por esta homilía conjunta. Munilla la ha leído este mediodía en San Sebastián, mientras que Iceta y Asurmendi lo harán esta tarde en sus respectivas diócesis.
Los prelados aseguran en su texto, lleno de referencias bíblicas, que la Iglesia quiere “renovar su compromiso de ser servidora de la reconciliación”. El anuncio por parte de ETA del cese definitivo de la violencia, agregan, “ha sido acogido por todos nosotros y por la sociedad con satisfacción y esperanza, pero continuamos deseando y demandando su definitiva desaparición”.
La homilía destaca la memoria
de las víctimas como
un “elemento ineludible” para la reconciliación social
A su juicio, tras el cese del terrorismo, “los senderos de la verdad y de la justicia constituyen el itinerario para una reconstrucción moral y social que garantice una convivencia en paz”. En este sentido, “el arrepentimiento y el perdón son necesarios”, defienden.
Los prelados piden que “quienes han dañado y ofendido al prójimo sientan su llamada al arrepentimiento verdadero y a la petición sincera de perdón”. “El perdón pedido y otorgado libera el corazón humano y nos hace semejantes a nuestro Padre misericordioso”, insisten.
La homilía también destaca que la memoria de las víctimas y el acompañamiento de sus familias constituyen “elementos ineludibles” para la reconciliación social. “La paz procede originariamente de Dios, pero precisa de nuestra colaboración para que fructifique", consideran.
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