7 de marzo de 2017
ASI INTIMIDA PODEMOS A LA PRENSA
Insultos
por teléfono y una legión de ‘trolls’ en la red
Algunos de los periodistas denunciantes describen
los ataques recibidos desde la dirección de Podemos
Pablo
Iglesias, rodeado de periodistas. En el vídeo, la portavoz de Podemos, Irene
Montero. ZIPI ATLAS / EFE
“Acosados”. “Presionados”. Bajo “un estado de miedo”. Así se sienten la decena de periodistas a
los que la Asociación de Prensa de Madrid (APM) amparó ayer con un comunicado
en el que exige a Podemos que acabe “de una vez por todas la campaña
sistematizada de acoso personal y en redes” contra periodistas de distintos
medios y todo tipo de soportes.
EL PAÍS ha constatado la existencia de
mensajes insultantes —expresiones como “o eres tonto...” o “de donde no hay no
se puede sacar”— y otros amenazantes enviados a periodistas por personas de la
máxima confianza de Pablo Iglesias. Esas presiones se han repetido en tensas
conversaciones en las que, según los afectados, ha habido insultos incluso más
graves e intimidaciones —“Como escribas esto, te voy a destruir”— de las que no
hay registro al haber sido supuestamente pronunciadas cara a cara.
Aunque Podemos niega cualquier tipo de
presión, distintos afectados accedieron ayer a repasar los capítulos más
conflictivos de su experiencia bajo la condición de que se preserve su
anonimato. Por esa misma razón pidieron que no se reproduzcan los mensajes que
han trasladado a la APM. Esta asociación confirma su existencia y origen.
“Asumo que todas las profesiones tienen sus
dificultades, pero escribir sobre Podemos te exige ser un héroe cada día”,
afirma un periodista. “Evidentemente que está en juego la libertad de prensa,
pero eso conlleva una erosión en lo personal terrible, porque estás afrontando
un bullyingy unas amenazas y un acoso terribles a diario”, sigue en referencia a
las conversaciones que mantiene con los dirigentes del partido o a la mención
explícita que se hace de su medio en los tuits de las caras visibles de la
formación. “A largo plazo lo que están intentando hacer es deslegitimar al
periodismo para que cualquier crítica sobre ellos sea ilegítima”.
El comunicado de la APM es un punto de
inflexión en un desencuentro que abandonó ya hace tiempo la esfera de lo
privado para entrar en el escenario de lo público. En 2016, Iglesias señaló durante una conferencia a un periodista y le acusó de
escribir noticias “que no tienen por qué ser verdad”. En la cena de la Asociación de
Periodistas Parlamentarios (APP) de ese año, el líder de Podemos trasladó sus críticas a dos informadores con decenas de periodistas y
políticos como testigos de sus aspavientos.
Finalmente, el partido remató 2016 con una estrategia que repite en 2017.
Primero, atacar las informaciones de los medios movilizando a sus seguidores en
las redes sociales con la etiqueta #lamaquinadelfango. Segundo, señalar, en
ocasiones, los nombres y apellidos de los periodistas criticados a través de
artículos, entradas en blogs y tuits.
¿La consecuencia? “A veces no tuiteo las
informaciones que sé que pueden generar una mayor contestación de los
seguidores del partido hacia mí”, reconoce un periodista como resumen de las
presiones que sufre en Twitter. “Y cuando has vivido 15 como esas, a la
siguiente te piensas si merece la pena hacer el tema”, completa otro.
Inmediatamente después de la publicación de
los tuits, los informadores son objeto de insultos en Internet por parte de
usuarios de redes sociales que habitualmente tuitean contenidos de Podemos, o
de bulos que propagan falsedades sobre su trayectoria profesional y personal.
Incluso estos periodistas han llegado a ver mensajes con emoticonos que
aparecen con una pistola.
Podemos niega cualquier vínculo y asegura que no
tiene ninguna relación con esos casos. El partido recuerda en un argumentario
al que ha accedido este diario que no puede responsabilizarse de lo que hagan
sus seguidores o perfiles anónimos en las redes sociales; que defiende la
libertad de expresión (“no la libertad de difamación”); y que “es rotundamente
falso que desde Podemos se ejerza ningún tipo de amedrentamiento o amenaza”.
“Mensajes directos de Iglesias y su entorno
no he recibido”, cuenta un periodista que sigue a Podemos desde sus inicios.
“Sí he detectado que ellos lo que hacen es ridiculizar nuestro trabajo con
algún comentario público, o alguna pulla con sorna en las redes, lo que alienta
a su ejército de trolls [personas que bombardean con críticas a alguien en Internet], que se
dirigen a ti y te hostigan”, añade. “En comparecencias públicas tratan de poner
al periodista en una posición incómoda con bromas”, sigue este informador, que
recuerda que hay compañeros a los que se excluye de encuentros informales con
la prensa y que en una ocasión miembros de una candidatura de Podemos llegaron
a abuchear una pregunta. Y subraya: “El núcleo duro del partido actúa así, pero
luego hay muchas excepciones”.
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