26 de junio de 2015
Las críticas de Iglesias a IU abren un cisma en la izquierda
La brecha entre Podemos e IU parece insalvable. Las críticas vertidas por Pablo Iglesias demuestran que el líder del nuevo partido quiere mirar a la federación de Cayo Lara y Alberto Garzón exclusivamente como adversario electoral. No contempla opciones de entendimiento para las generales. Ninguna. A pesar de que Alberto Garzón, candidato de IU, siga buscando un acuerdo, las dos fuerzas están a punto de entrar en una nueva fase que polarizará el debate en la izquierda.
Iglesias afirmaba incluso antes del nacimiento de Podemos que la estrategia política de Izquierda Unida no se ajustaba al contexto actual y se atribuía a sí mismo "un estilo muy diferente al de la izquierda tradicional". El politólogo defiende un discurso "de mayorías" y quiere ocupar la centralidad del espacio político. A pesar de haber buscado un entendimiento con la coalición, de la que fue asesor, antes de las europeas de 2014, el líder del nuevo partido ha endurecido en los últimos meses el discurso contra muchos de esos dirigentes que califica de "viejos izquierdistas". Tras las autonómicas y municipales del pasado mayo, mientras Garzón sigue llamando a la puerta de Podemos, las desavenencias parecen ya insalvables. Iglesias rechazó alianzas electorales con IU y, aunque invitó a su candidato a La Moncloa a entrar en su partido, lanzó unas críticas que abrieron una bronca no solo entre las dos fuerzas, sino entre muchos de sus simpatizantes.
"Sois unos cenizos. No quiero que cenizos políticos, que en 25 años han sido incapaces de hacer nada, no quiero que dirigentes políticos de Izquierda Unida, y yo trabajé para ellos, que son incapaces de leer la situación política del país, se acerquen a nosotros", afirmó Iglesias esta semana en una entrevista en Público, realizada antes de su cita con Garzón el pasado miércoles, en la que dejaba claro que no había opción para alcanzar un pacto. "Ninguna. Cero. Fin de la cita. Cero. No hay manera de poner otro titular". Iglesias ha asegurado hoy desde Barcelona que se arrepiente del tono de esa entrevista: "Pido disculpas a todos los que haya podido ofender con ese lenguaje duro", ha declarado a La Sexta.
El líder de Podemos afirmó anoche en la cadena Ser, durante su viaje a Cataluña, que "hay dirigentes de izquierda en este país que no han entendido nada, que no han querido aspirar a más del 10%, que han puesto por delante los símbolos a la posibilidad de crear una mayoría social". En cualquier caso, intentó dejar claro que no pretendía descalificar a IU "en su conjunto". Iglesias invitó a Garzón a sumarse a su partido, pero este lo rechazó sin matices: "Mi proyecto es IU".
Las relaciones entre Podemos e IU han precipitado estos días, entre otras razones, porque la dirección del partido de Iglesias no quiere renunciar a su marca y siglas en las próximas elecciones generales. Admite excepciones en territorios con ecosistemas políticos que sus dirigentes consideran menos favorables, como Cataluña, Comunidad Valenciana o Galicia. Allí Iglesias negocia con un ICV una candidatura conjunta para las autonómicas del 27-S, en la que Podemos podría perder su nombre en la papeleta.
En febrero, en un mitin de apoyo a Luis Alegre en Madrid, el líder de Podemos aclaró que su proyecto e idea de partido difieren con la filosofía de IU. "Se vive muy cómodo en el 12% siendo un partido bisagra del PSOE, siendo fiel a tus principios sabiendo que vas a ser minoritario", enfatizó en referencia a IU, antes de proclamar: "Nosotros queremos ganar porque solo se echa a los déspotas ganando y eso implica un estilo de política que representa Claro que Podemos".
En noviembre pasado, en una entrevista con EL PAÍS, el líder de IU reconocía que había un "tsunami electoral que se llama Podemos" y que su llegada estaba afectando a las demás fuerzas. Y a pesar de que aseguró que "la calle no entendería que IU y Podemos no se unieran", también hizo matizaciones: "No ha inventado nada nuevo, ha cogido muchos elementos programáticos que tenían IU y otros partidos, y eso es una buena noticia. Tienen también una estrategia de calculada ambigüedad ideológica, muy medida, que no puedo compartir porque creo que hay que defender los principios por encima de todo".
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