4 de octubre de 2014
Rajoy afirma que la solución para Cataluña pasa por la “ley y el diálogo”
el pais - CARLOS E. CUÉ Guadalajara 4 OCT 2014 - 13:12 CEST283
Mariano Rajoy tiene mucha presión para que, además de la batalla jurídica con la Generalitat, baje a la arena para dar la batalla política contra los argumentos del independentismo. Hoy lo ha hecho en Guadalajara, en el cierre de una reunión de los diputados y senadores del PP, con un mensaje a los catalanes para convencerles de que dentro de España están mucho mejor que fuera y para ofrecer una salida al problema: "Ley y diálogo", esto es negociación pero siempre que se acate la Constitución y Artur Mas se olvide del referéndum soberanista.
“Quiero que sigamos juntos por lo que nos une, porque España es un país del que podemos sentirnos orgullosos, el cuarto del mundo con mas crecimiento de renta per cápida en los últimos 50 años. Quiero que sigamos juntos y la inmensa mayoría también. Por lo que nos ha unido durante muchos siglos, por lo que nos une, por las relaciones afectivas, familiares y comerciales”, ha explicado el presidente.
“No queremos que una parte de los españoles se vayan de Europa”, ha insistido para recuperar la idea que más daño hace al independentismo, según el análisis del Gobierno. También ha aprovechado para reivindicar España y criticar incluso a Podemos por su defensa de modelos de países latinoamericanos. “Somos uno de los países mejores del mundo. Algunos tienen como modelo países que no tienen sanidad pública ni estado del bienestar”.
Y ahí ha llegado el mensaje en el estilo de la campaña contra la independencia escocesa que tenía el lema de better together (mejor juntos”. “Separados somos menos, menos prósperos, menos fuertes, menos influyentes. Juntos abrazamos nuestra historia, la reconocemos, ganamos todos, nos superamos. Más gente, mas bienestar, más fuertes, más influyentes”, ha clamado Rajoy entre aplausos de los suyos.
Rajoy está siendo muy criticado, con acusaciones de inmovilista, por apelar solo a la ley. El presidente ha hecho una defensa encendida de la Constitución y del respeto a la ley, como es habitual, pero además ha apostado por el diálogo. “Ley y diálogo es la salida a la situación. Creo que la política es el arte del diálogo, que es lo contrario de la imposición, monólogo y hecho consumados, que es lo que ha pasado aquí, cuando se anunció un referéndum sin avisar. Y luego se pretende que le demos viabilidad legal”. “Creo en el diálogo para avanzar hacia un punto de encuentro”, ha insistido el presidente. “Sólo hay una condición. Que ese diálogo se abra dentro de la ley”. El presidente ha repetido la palabra diálogo insistentemente, algo poco habitual en el PP.
El presidente ha reivindicado la Constitución como “una operación política gigantesca, de las más importantes del mundo, que hizo pasar a un país de un régimen autoritario a una democracia parlamentaria y que cambió el modelo de estado de un régimen centralista al estado de las autonomías. La Constitución supone democracia, libertad, igualdad, derechos fundamentales, poder votar, entrar en Europa”.
“Un gobernante no puede hacer lo que quiera. Las normas de convivencia se pueden cambiar pero con acuerdo de todos, porque esto es la democracia. Se pretende privar al resto de los españoles del derecho a opinar sobre lo que es su país”, ha insistido al hablar de nuevo de Cataluña.
Ahí ha llegado también la crítica a Pedro Sánchez, a quien poco antes la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, habían criticado con dureza por su “falta de sentido de Estado”. Rajoy, sin citarlo, dijo sobre su propuesta de reforma de la Constitución: “En momentos de dificultad no son buenas las ocurrencias, no es momento de sacarse conejos de la chistera. Si alguien quiere hacer reformas, si creen que todo se arregla modificando cuatro artículos de la Constitución, que nos digan lo que quieren cambiar. Pido prudencia, responsabilidad, en muchos temas la están teniendo pero en otros la estamos esperando”.
Esta idea de los “conejos en la chistera” no es nueva en Rajoy. Ya la usó hace 14, en 2000, siendo vicepresidente del Gobierno, cuando José Luis Rodríguez Zapatero propuso el pacto antiterrorista. Después este acuerdo se acabó firmando entre Aznar, Zapatero y Javier Arenas, y el PP siempre lo ha reivindicado como una operación política muy eficaz.
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