6 de octubre de 2012
Santamaría reivindica la democracia y la ‘marca España’ frente a la presión
Las encuestas detectan un enorme desgaste del Gobierno y de la política en general. En una sola semana se han producido tres manifestaciones muy cerca del Congreso. Y el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha abierto una gran polémica al hablar en un auto de la “consabida decadencia de la clase política”. Ante esta tesitura, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, evitó este viernes responder directamente al juez pero sí hizo una reivindicación del Congreso, de la democracia y de la marca España, también ante las palabras de Mitt Romney, candidato republicano a la presidencia de EE UU, que le espetó a Barack Obama: “Yo no quiero seguir el camino de España”.
Sáenz de Santamaría evitó polemizar con Pedraz y esquivó hasta cuatro preguntas sobre la decadencia de la clase política apelando a que ella, como portavoz del Gobierno, debe cuidar mucho sus palabras y evitar opiniones personales. Pero al ser preguntada por las cargas policiales en el Congreso, defendió sin matices la actuación de la policía —pese a que Interior va a investigar las cargas en los andenes de la estación de Atocha— y revindicó la democracia en un país como España, recordó, que viene de una dictadura.
“El Gobierno respalda la actuación de la policía, son servidores públicos que trabajan, algunos con riesgo para su vida como se vio, para proteger el Congreso de los Diputados no porque allí trabajen diputados, sino porque es la sede de la soberanía popular, es decir de la democracia”, arrancó la vicepresidenta.
“A veces se nos olvida que en España no siempre hemos disfrutado de democracia. Hubo mucha gente que tuvo que trabajar mucho y padecer mucho para que la democracia fuera una realidad. La democracia es el mejor sistema político aunque sea perfeccionable. Y siempre deben evitarse las generalizaciones”, remató.
La vicepresidenta también estaba muy molesta, como todo el Gobierno, por las palabras de Romney. No es la primera vez que un líder teóricamente cercano al PP le juega una mala pasada a Rajoy y utiliza a España, despectivamente, en su campaña electoral. Ya sucedió con Nicolás Sarkozy. El jefe del Ejecutivo nunca se animó a criticar abiertamente a su aliado francés, al que en el pasado había citado como modelo de lo que él quería hacer en España. Pero el malestar del Ejecutivo era muy evidente. Caído Sarkozy, Rajoy parece entenderse incluso mejor con el socialista François Hollande, un hombre de perfil más similar al suyo. Con Romney parece suceder algo similar.
Rajoy no tiene prácticamente ninguna relación con Obama. Aunque han hablado por teléfono en alguna ocasión, aún no ha habido reunión oficial entre ambos. Pero el Gobierno de Rajoy sí se ha apoyado varias veces en la presión que Obama ejerce sobre Angela Merkel para que sea menos dura en la política de austeridad que impone a los países del sur. El presidente de EE UU ha mostrado en varias ocasiones su solidaridad con España por los duros recortes que afronta. Romney va en la línea contraria, y Sáenz de Santamaría mostró su indignación, tanto que parece que el Ejecutivo está mucho más cómodo con Obama, del Partido Demócrata.
“En las palabras del candidato republicano veo mucho desconocimiento de la realidad y sobre todo de las potencialidades de España. Marca España no es la marca del Gobierno de España, es la marca de un país que hizo una transición ejemplar, uno de los países del mundo que más ha crecido en los últimos 50 años, que ha conseguido crear muchos puestos de trabajo, que tiene empresas de las mejores del mundo, líderes en muchos sectores. Este es un país demasiado grande y debiera ser mejor conocido por algunos”, se animó la vicepresidenta. Y ahí incluso se lanzó a reivindicar el modelo español, o europeo, con su política social, frente al de EE UU que reivindica Romney, esto es con más recortes: “Trataremos de explicárselo [a Romney]. Este país volverá a superar momentos difíciles, ahí tenemos poco que envidiar a otros pueblos, incluido el americano. Aquí tenemos mucha capacidad, muchas ganas de trabajar, se han hecho muchos esfuerzos, hemos recortado en estos años el diferencial de renta per cápita con el modelo americano. Y por cierto, nos sentimos también muy orgullosos de nuestro Estado de bienestar”.
Como cada viernes, Sáenz de Santamaría esquivó en la conferencia de prensa las preguntas de “eso que ustedes llaman rescate”, e insistió en que siguen sin conocer todos los detalles necesarios para tomar una decisión.
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