N O V E D A D E S
CONTRA-REVOLUCIONARIAS
martes, 22 de octubre de 2019
ENTRONIZACIÓN – 23/10/2019
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Luciendo un tocado tradicional y una túnica anaranjada exclusiva para los emperadores, cuyo diseño data del siglo IX, Naruhito se convierte a sus 59 años en el soberano número 126 de la monarquía nipona, que se enorgullece de ser la más antigua del mundo por su milenaria historia. En el trono adyacente, algo más pequeño, le observaba su esposa, la Emperatriz Masako, también ataviada al modo tradicional con un quimono clásico y el pelo recogido a la antigua usanza. Pero no asistieron los Emperadores Eméritos que dejaron todo el protagonismo a sus sucesores.
Mientras los demás miembros de la Familia Imperial desfilaron lentamente envueltos en ropajes tradicionales para realzar la majestuosidad de la ocasión, los asistentes de la vida política y social vestían frac, la etiqueta habitual de estas ceremonias. De tal guisa, el primer ministro nipón pronunció unas palabras de reconocimiento al Emperador, antes de dedicarle tres aclamaciones inclinándose y extendiendo los brazos al cielo.
En poco más de media hora, con la mayor parte del tiempo en silencio solo roto por la lluvia, concluía el equivalente a una coronación en las monarquías occidentales. Desde los salones contiguos, alrededor del patio central, engalanados miembros de casas reales y dirigentes de otros países no se perdían detalle entre sonrisas y cuchicheos alegres. Entre los invitados se encontraban los Reyes de España, Holanda, Bélgica, Gustavo de Suecia con la princesa Victoria, el príncipe Carlos de Inglaterra, los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, el príncipe Haakon de Noruega, Alberto de Mónaco, los reyes de Bután, Malasia, Swazilandia, Camboya o Tonga, así como el presidente de Brasil Bolsonaro y el de la India Nath.
Aunque los Emperadores tenían previsto desfilar en descapotable por el centro de Tokio para saludar a sus súbditos, lo han aplazado hasta el 10 de noviembre en señal de duelo por los 80 muertos del tifón Hagibis, que sacudió al país hace dos semanas. Al anochecer, Naruhito y Masako ofrecieron un banquete de gala a sus invitados como colofón al largo ritual de tradiciones en que ha consistido este relevo imperial.
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