domingo, 16 de junio de 2019
GUERRAS – 17/06/2019
Apenas unas horas antes del ataque del jueves con explosivos a dos buques petroleros en el estrecho de Ormuz, Irán lanzó un misil tierra-aire contra un dron estadounidense en labores de reconocimiento en la zona. El misil erró y acabó cayendo en el agua. Este dron, está diseñado para vigilancia de larga duración y gran altitud, operado por la Armada norteamericana que observó buques iraníes acercándose a los petroleros antes del ataque. El Pentágono ha difundido un vídeo del dron que mostraba cómo un barco militar iraní retiraba un explosivo que no estalló del petrolero japonés Kokula. Luego el destructor Bainbridge se encontró con el buque de la Guardia Revolucionaria Hendijan pegado al petrolero noruego Altair. El mes pasado, el Pentágono alertó del riesgo de ataques por parte de Irán y el presidente Trump autorizó que el portaaviones Abraham Lincoln se desplazara del Mediterráneo al golfo Pérsico. Aquella decisión provocó la protesta del gobierno español que decidió retirar una fragata del grupo naval que acompaña al portaaviones. La Casa Blanca advirtió de que también sus aliados estaban en peligro en el Golfo, lo cual ahora se ha verificado con los ataques a intereses europeos y japoneses.
Conviene recordar que los diez Mandamientos son la propia ley natural, los puntos fundamentales de todo el orden que debe existir en el mundo. Si el mundo cumple los diez Mandamientos, tendrá paz y prosperidad. Una prosperidad que no significará vicio, sino gloria y encaminará al hombre a la sabiduría y a la nobleza. Si el mundo abandona esos Mandamientos, se pueden establecer tratados e instituciones, se puede jurar la paz y descubrir elementos magníficos de aproximación entre los hombres como por ejemplo las facilidades de comunicación, se puede hacer lo que se quiera, pero el mundo terminará precipitándose en la vorágine de todas las crisis. San Agustín nos enseña que el hombre no es capaz de amar al prójimo si no ama a Dios. Si no ama a Dios, el hombre sólo se ama a sí mismo. Él es capaz de amar al prójimo sólo cuando lo ama por amor de Dios. Quitad el amor de Dios de la Tierra y habréis eliminado todos los Mandamientos, quitad los Mandamientos y la vieja y manoseada expresión latina homo homini lupus se volverá verdadera, el hombre se transformará en un lobo para el hombre. ¡Es inútil hablar de la ONU, ni de paz en el mundo donde el hombre es un lobo para el prójimo! El egoísmo y el neopaganismo servirán, sobre todo, para engendrar las mayores guerras. Por eso entramos en el ciclo trágico de las guerras mundiales: la Primera Guerra, la Segunda y el espectro de la Tercera, que ronda a nuestro alrededor.
FUENTES DIVERSAS A CARGO DE NACHO ALDAY.
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