domingo, 23 de junio de 2019
FILADELFIA – 24/06/2019
Una potente explosión ocurrió el viernes, poco después de las cuatro de la madrugada, en una refinería que produce 335.000 barriles de petróleo al día, situada en Filadelfia, es decir entre Washington y Nueva York.
A primera vista parecería un simple accidente, muy aparatoso, pero mero accidente fortuito. Lo que pasa es que se produce en medio de la escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán y las casualidades en política no suelen ser tales.
Después de los repetidos ataques a petroleros en el estrecho de Ormuz, del derribo del avión no tripulado y cuando el presidente Trump amagaba con un bombardeo a objetivos iraníes. A continuación, él declara que, en una guerra con Estados Unidos, Irán enfrentaría una destrucción sin precedentes, lo cual apunta a un bombardeo nuclear. El aviso está dado y durante las últimas semanas envió importantes refuerzos militares a la zona. Por su parte el Departamento de Seguridad Nacional emitió una advertencia de que Irán ha aumentado sus actividades cibernéticas contra industrias críticas, en particular energéticas y que tienen potencial de interrumpir o destruir sus sistemas.
Resulta que en las apariciones de Lourdes Ella anunció el lanzamiento de una bomba de “gran potencia” en una ciudad de Persia. Es como se llamaba Irán en la época y la bomba en cuestión parece una clara alusión a una bomba nuclear, que aún no había sido inventada.
Evidentemente el problema de Irán al igual que el de Venezuela y tantos otros países es que Rusia está detrás de ellos utilizándolos como cabezas de turcos. No podemos olvidar que según los planes de las Fuerzas Secretas es necesario provocar una tercera Guerra Mundial para poder imponer el Nuevo Orden Mundial controlado por ellas.
También hay que tener en cuenta que la guerra actual es principalmente de espíritus, es decir de la gente de buen espíritu contra los de mal espíritu, ambos mezclados en todas las naciones, de ahí la confusión y el caos imperante a nivel mundial.
Por tanto, no es de extrañar que agentes del mal espíritu en Estados Unidos viendo la trayectoria de los acontecimientos decidan atacar un lugar tan simbólico como una refinería de petróleo entre Washington y Nueva York.
NACHO ALDAY 
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