PERISCOPIO
Blog Contra-Revolucionario
domingo, 10 de marzo de 2019
NACHO ALDAY - PARIPÉ – 11/03/2019
El juicio que se celebra en la capital de España contra la rebelión en Cataluña es un paripé ya que a los primeros que se debería juzgar es a los gobernantes de Madrid que durante décadas no sólo han omitido su obligación de hacer cumplir la ley, sino que han estado favoreciendo la desmembración del Estado. Además, mientras se juzga a un puñado de ellos, a los conspiradores no encarcelados se les da total libertad para continuar la sedición y se les subvenciona con miles de millones.
En España estamos acostumbrados a las representaciones teatrales. Basta recordar el atentado perpetrado el 11 de marzo de hace 15 años. Menos los 200 muertos todo fue un teatro, incluido y especialmente el juicio. El relato oficial es mantenido cínicamente contra todas las evidencias hasta hoy, así como mantienen la surrealista versión oficial del intento de “golpe de Estado” del 23 de febrero de 1981. Podríamos hacer una larga lista de estas representaciones escénicas para el gran público.
Lo que la Revolución pretende ahora es la transformación de la Europa de las naciones en la Europa de los pueblos y por eso promueve de todos los modos posibles la ruptura de la unidad nacional. La siembra de esa cizaña va dando sus envenenados frutos. No obstante, el arte de manipular la opinión pública exige no sobrepasar un decalaje excesivo entre lo que se le impone y lo que ella tolera resignadamente. Por tanto, con el juicio en cuestión se trata de hacer un cierto reajuste para poder seguir avanzando en la demolición de España.
¿Y porque se pretende la liquidación de los actuales Estados nacionales? No precisamente por amor a la sociedad orgánica ni a las legítimas particularidades de cada pueblo sino por razones muy diferentes. La existencia de los actuales Estados representa un resto de orden el cual hay disolver para dar paso al tribalismo. También desmembrando los Estados se debilita su capacidad defensiva frente a la invasión islámica en curso, que es el medio elegido por las fuerzas secretas para acabar con la civilización en el continente europeo.
Desaparecida la civilización europea el mundo deja de tener un referente por el cual guiarse, precipitándose más fácilmente en ese mismo tribalismo, cuarta etapa del proceso revolucionario, después del protestantismo, revolución francesa y el comunismo, e indispensable a fin de crear las condiciones para el éxito de la quinta y última etapa, el satanismo.
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