13 de febrero de 2017
El Rey defiende que el español «es un activo tan estratégico como los recursos naturales»
El Rey ha afirmado este lunes que «nuestra lengua constituye un inmenso tesoro cultural, pero también una extraordinaria fuente de riqueza económica» y ha agregado que el idioma es «un activo tan estratégico para la economía de un país como pueden ser los recursos naturales».
Don Felipe ha hecho estas afirmaciones en la clausura del proyecto «El valor económico del español», realizado por la Fundación Telefónica, según el cual nuestro idioma genera 164.000 millones de euros al año (el 16 por ciento del PIB), y 3,5 millones de empleos.
Según explicó el Rey, el español «goza de muy buena salud y ha llegado al siglo XXI fortalecido» porque «ha superado con éxito tres grandes desafíos: sobrevivir al paso del tiempo, rebasar las limitaciones geográficas y mantener su unidad dentro de la diversidad».
A diferencia de lo que ocurrió con el latín, que se escindió en diferentes lenguas, «el español se caracteriza por su notable unidad», afirmó el Rey. Unidad, agregó, «dentro de una diversidad que se ve favorecida por la participación de los distintos países hispanohablantes en la conformación de las normas que afectan a nuestro común idioma».
Añadió que con los 567 millones de personas que hablan español en todo el mundo (serán 750 millones en 2050), el idioma «goza de muy buena salud», y destacó que esta «materia prima» está dotada de una virtud indudable: «cuanto más se usa y comparte, más crece en cantidad y más aumenta su valor económico».
También subrayó el Rey la importancia del español en la «gran revolución digital» en la que estamos inmersos. «Las personas se comunican como nunca antes en la historia» y «un porcentaje muy importante de estos mensajes se realiza en español». De esta manera, incidió, el español es «una seña de identidad colectiva», pero también «una fuente de riqueza material de primer orden».
En el acto también intervino el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien recordó que «el español se convirtió en América en aquello que los incas soñaban con el quechua, el idioma general». El escritor recordó que «nadie planeó ni adivinó que aquel idioma» nacido en Castilla tendría «esa soberbia trayectoria» y recordó su enorme «fuerza expansiva». «No nos durmamos sobre los laureles», advirtió el escritor, e instó a impulsar la lengua: «Nos toca ahora hacer algo por ella: nos toca cuidarla, promoverla y defenderla. Sin ella, nuestra vida habría sido más triste, más provinciana y más claustral».
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario