19 de junio de 2020

El paladín de Isabel la Católica en Estados Unidos

El paladín de Isabel la Católica en Estados Unidos

El hispanófilo estadounidense John Paul Paine quiso colocar una estatua de la reina española en el Capitolio y reivindicó su figura como «Madrina de América»

Washington DC (Estados Unidos), 1966. John Paul Paine promotor de la idea de colocar una estatua de Isabel la Católica en la rotonda del Capitolio de Washington, junto al congresista norteamericano James Fulton, autor de dos proyectos de ley para honrar en los Estados Unidos a la Reina patrocinadora del descubrimiento.+ info
Washington DC (Estados Unidos), 1966. John Paul Paine promotor de la idea de colocar una estatua de Isabel la Católica en la rotonda del Capitolio de Washington, junto al congresista norteamericano James Fulton, autor de dos proyectos de ley para honrar en los Estados Unidos a la Reina patrocinadora del descubrimiento.
Actualizado: ABC 

John Paul Paine tenía solo 26 años cuando emprendió su particular lucha en defensa de la memoria de Isabel la Católica. Este joven estadounidense quería que se colocara una estatua a la Reina española en la Rotonda del Capitolio de Washington. «Allí están los presidentes de los Estados Unidos y, por excepción, el general Lafayette. ¿No estaría más justificada la presencia de la Reina española que la del ilustre soldado francés?», defendía.
En una carta publicada en julio de 1957 en el New York Herald Tribune, que reprodujo ABC, explicó que buscaba «el reconocimiento oficial de Isabel, Reina de España, que fue la impulsora del envío de Colón al Nuevo Mundo. Pues Su Majestad dijo que si no había bastante dinero en el Tesoro español ella daría sus joyas reales para hacer posible el viaje de Colón. Los tres barcos eran españoles, el viaje se inició en España y, sin embargo, todavía hay muchas personas, compatriotas míos, que aún creen que los italianos descubrieron América».

John Paul Paine ante la estatua de Colón y la Reina Isabel de Granada+ info
John Paul Paine ante la estatua de Colón y la Reina Isabel de Granada
A partir de entonces comenzó a moverse en todas las esferas en busca de apoyo, como hiciera el gran navegante para llevar a cabo su empresa cinco siglos atrás. «En las escuelas americanas se habla siempre de la hazaña de Colón como si fuera exclusivamente obra de Italia. La fiesta del 12 de octubre -el «Columbus Day»- tiene una marcada significación italiana. Claro que en ello juega mucho la política. Los votos italianos pueden pesar en las próximas elecciones de noviembre. Y no interesa deshacer el equívoco», comentó al periodista Andrés Travesi durante su estancia en Madrid.
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En unos meses había logrado el apoyo de ilustres personalidades de la política, como el senador Russell, por Georgia, o el senador Johnson, jefe de la mayoría demócrata en la Cámara Alta. También en Pensilvania, su estado, y en Pittsburgh la idea había sido bien recibida. «Creen que, reivindicando para España la gesta del Descubrimiento, se sirve a la fidelidad histórica, tan maltratada en este caso desde las escuelas primarias hasta las de grado superior, y a la amistad entre España y Estados Unidos», decía.
Hasta la columnista Mary Van Rensselaer Thayer había escrito un artículo en The Washington Post titulado «Después de quinientos años, Isabel va a ser conocida».
En respuesta a una carta de Paine, el presidente Eisenhower le había hecho saber que había indicado al jefe del Departamento de Correos la conveniencia de emitir sellos conmemorativos con la efigie de Isabel la Católica. «El presidente Eisenhower habla de la Reina española como de una campeona de las libertades de los pueblos, como lo demuestran las humanitarias leyes dictadas para gobernar a los indios», subrayó a Travesi.
Años después el periodista de ABC recordaría a este norteamericano, descendiente de ingleses y polacos, al que muchos tacharon de visionario en su país. Lyndon B. Johnson era entonces presidente y también mostraba «gran entusiasmo» por el proyecto de rendir homenaje a Isabel la Católica en el Capitolio, según Paine. En octubre de 1963 el miembro de la Cámara de Representantes por Pennsylvania James Fulton había llevado la iniciativa. La estatua sería un obsequio de España a los Estados Unidos.
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En 1967, un buen número de ciudades de Estados Unidos como Filadelfia, Pittsburg, Houston, San Luis o Baltimore, proclamaron el 22 de abril «Día de la Reina Isabel» y en el Congreso una resolución conjunta autorizaba al presidente a dedicar ese día de cada año a Isabel la Católica. Ante el edificio de la Organización de Estados Americanos, a escasos metros de la Casa Blanca, se colocó una estatua de Isabel la Católica, obra de José Luis Sánchez, donada por España en 1966.
El hispanófilo John Paul Paine se estaría lamentando en estos días al contemplar la furia desatada contra Cristóbal Colón en Estados Unidos y al saber que los demócratas van a retirar la estatua de mármol que muestra al navegante pidiendo financiación a Isabel la Católica para su viaje a América que llevaba en el Capitolio de California desde 1883.

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