PERISCOPIO
Blog Contra-Revolucionario
jueves, 17 de enero de 2019
Se celebra un solemne baile en el salón de ceremonias del Ayuntamiento de Viena. Invitados por el alcalde acuden numerosos miembros de la burguesía y aristocracia de la ciudad. Las elegantes damas de la sociedad vienesa, formando una paleta multicolor con sus vestidos de seda rematados con finos volantes de tul y sus discretos tocados, amenizan la severidad de militares, diplomáticos, funcionarios municipales, escritores, aristócratas, hombres de ciencia, magistrados o eclesiásticos.
Por un momento, las conversaciones se han suspendido: acaba de llegar el personaje principal de la noche, el archiduque Leopoldo de Habsburgo-Toscana, al que vemos en el centro de las miradas, vistiendo de azul y con numerosas condecoraciones en el pecho. Justo detrás, el anfitrión, luciendo su imponente collar de regidor.
Saludos, fórmulas de cortesía, modos de ser que de algún modo perviven pero que se van depauperando a lo largo de los tiempos, víctimas de una equiparación gris y vulgar.
La cortesía es una virtud inherente a una sociedad auténticamente fraternal y exige la práctica de tres virtudes: la humildad, que es la verdad, y nos hace ver lo que somos, ni más ni menos, la justicia, dar a cada uno lo suyo, que nos hace tratar a cada uno de forma diferente, y la caridad, que nos hace “ignorar” ciertos defectos del prójimo y tratarlo como si no los tuviera.
Así pues, la gentileza auténtica está basada en el sacrificio. Y consiste en el esfuerzo por agradar a los otros. Humildad, justicia, caridad, virtudes que sólo pueden florecer en la tierra fértil de una sociedad hermanada, por ser armónicamente desigual.
El cuadro del baile en el Ayuntamiento de Viena fue pintado por Wilhelm Gause en 1904. Nacido en Alemania, estudió pintura en Düsseldorf y fue miembro de la asociación de artistas Malkasten, pero en 1879 se trasladó a Viena, destacando como dibujante de témperas e ilustrador de periódicos. Su especialidad eran las representaciones de la vida cotidiana, eventos sociales como bailes o fiestas. Participó en numerosas exposiciones austríacas e internacionales. Sus tres hijas Mini, Grete e Isolde también se dedicaron a la pintura.
Felipe Barandiarán
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