PERISCOPIO
08/07/2017
NACHO ALDAY - HUGO DE HABSBURGO
Hugo de Habsburgo, sobrino del Archiduque
Otto, cambió su trabajo como profesor de química y zoología en Estados Unidos
para instalarse como un ermitaño en un pueblo deshabitado de la provincia de
Zaragoza llamado Pardos.
Explicó que se encontraba muy vacío con su
vida anterior y necesitaba meditar, buscar en su interior. No echaba de menos nada
de su vida anterior y estaba feliz con lo que tenía. Pasaba el año con poco
dinero porque cultivaba sus propias hortalizas, bebía la leche de su cabra y
con eso tenía suficiente. Su vida cotidiana transcurría muy tranquila. Se
levantaba a las cinco y media para ver las estrellas, ordeñar la cabra,
desayunar e ir a la fuente a por agua. De las diez a las catorce lecturas,
después de comer meditar sentado en unas rocas y escribir un tratado sobre
serpientes que esperaba publicar algún día. No tenía tiempo para aburrirse pues
con sólo mirar una flor y disfrutar de ese momento ya estaba entretenido. Los
Habsburgo siempre han sido muy espartanos, como Carlos I, que abandonó su
Imperio para retirarse a un monasterio y él seguía su ejemplo.
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