10 de julio de 2017
Los Reyes visitan un Reino Unido donde triunfa lo español
El balance comercial es favorable en 7.968 millones y nuestras multinacionales son omnipresentes en banca, moda, telefonía, aeropuertos y alimentación
La chispa creativa del pop inglés que maravilló al mundo en el siglo XX ha menguado mucho, pero aun así a veces surgen sorpresas. Una de ellas son los Sleaford Mods, un dúo ceñudo, lenguaraz y norteño, salido de Nottingham, que cautiva a crítica y afición con sus letras de denuncia cotidiana. Su nuevo disco se llama «Spanish Tapas» y en él se mofan de «la costumbre inglesa de apropiarse de tradiciones extranjeras y destrozarlas».
Las «tapas» de los Sleaford Mods no dejan de ser un síntoma más de algo evidente: la omnipresencia de lo español en el Reino Unido, desde en la calle hasta en los negocios. España es el primer destino de vacaciones para los británicos, con 11,9 desplazamientos anuales de menos de 28 días (en total viajan a España 13 millones, el resto fue para ver a amigos a familiares y solo 344.000 por negocios). A Francia, segundo destino vacacional para los británicos, acuden 4,9 millones de turistas, menos de la mitad que a España.
Imposible caminar una hora por Londres sin escuchar una voz en castellano, el segundo idioma que más estudian los británicos, y sin ver logos de marcas españolas: las oficinas bancarias del Santander, las de telefonía móvil de O2, las tiendas de Inditex y Mango, que arrasan…Ferrovial gestiona el mayor aeropuerto del país, Heathrow, y Anea el de Luton. Ferrovial es la dueña de la eléctrica escocesa.
El brócoli, las fresas, los arándanos y las naranjas del supermercado son españoles y se venden simulacros para el microondas de «paella con chorizo» y «patatas bravas». La cerveza San Miguel es un clásico y está entrando la Estrella Galicia. Meses atrás se publicó que la marca de vino más vendida en Gran Bretaña era el rioja Campo Viejo. El buen nombre de lo español es tal que a veces se ven como reclamo etiquetas de «Naranjas de Valencia»… con una letra minúscula donde pone entre paréntesis «Marruecos».
Los Reyes de España llegan el miércoles a Londres en visita de Estado, un importante viaje, varias veces pospuesto por las tribulaciones políticas en ambos países, que concluirá en la tarde del viernes en Oxford. Enormes lazos de todo tipo unen a ambas monarquías, las más viejas de Europa en activo. En fecha tan temprana como 1170 la princesa inglesa Leonor Plantagenet, hija de Enrique II, se casó con Alfonso VIII de Castilla. Nuestro Rey e Isabel II son descendientes de la Emperatriz Victoria. La embajada española fue la primera en Londres. Pero aun así las visitas de Estado a Gran Bretaña menudean. La primera fue en 1905 y tuvo aire romántico: un jovencísimo rey, Alfonso XIII, de 19 años, conoció a la princesa Victoria Eugenia de Battenberg, nieta de la Reina Victoria, y se casaron al año.
Pero el gran viaje llegó 81 años más tarde, con los Reyes Juan Carlos y Sofía. El monarca español tenía entonces 48 años (su hijo llega casi con idéntica edad, 49) y España era un país que comenzaba a desperezarse, recién ingresado en el Mercado Común Europeo. Juan Carlos I fue el primer monarca que habló en el Parlamento ante las dos Cámaras, pero la España que representaba distaba de tener la pujanza de la de hoy, la presencia económica española en el Reino Unido era entonces muy menor. Hoy España, que por desgracia tiene 18,9 millones de habitantes menos que el Reino Unido y un grave problema demográfico, gana la partida comercial, con un superávit de 7.968 millones. Y no, no solo exportamos fresas y vino. Nuestras mayores ventas son los vehículos (29,9% del total), seguidos por la maquinaria mecánica (8%).
La pertenencia mutua a la UE, de la que los ingleses se han apeado en una decisión que ya lamentan en las encuestas, ha aumentado también las colonias recíprocas en ambos países. En España viven 296.000 británicos y en el Reino Unido, 116.000 españoles, que en contra de otro tópico no son solo camareros y dependientes. Se trata de una inmigración de nivel, más proclive a trabajar en el sector financiero que los propios británicos. De los 68.200 españoles empelados en el Reino Unido, la mayoría lo hacen en educación, sanidad y la administración pública (19.400). El segundo nicho son la banca y las finanzas (17.000), seguido de distribución, hoteles y restaurantes (16.700). Hay además 5.500 españoles en el sector del transporte y las comunicaciones.
Los ingleses, maestros del ceremonial, han mimado la visita de los Reyes, que tendrá hitos que solo se reservan a las más grandes ocasiones, como el desfile de bienvenida del miércoles en la explanada de House of Guards, con 41 salvas de ordenanza desde Green Park y 61 desde la Torre de Londres. Banquete de Estado en Buckingham para 150 personas, cuya mesa se prepara en la Sala de Baile desde tres días antes, sin que falte nunca un repaso final de la propia Isabel II. Cena también ante las fuerzas financieras de la City, almuerzo del Rey con Theresa May en el Número 10 y recepciones con el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles.
Pero si hubiese que quedarse con un acto, lo más significativo será el discurso de Felipe VI en el Palacio del Parlamento, el miércoles a las cinco y cuarto de la tarde (hora española). Se espera una pieza oratoria importante en estos días inciertos del Brexit y hay curiosidad por si habrá alguna alusión más o menos velada al contencioso de Gibraltar. En 1986, los Reyes de España se alojaron en el Palacio de Windsor. Esta vez se hospedarán en un hotel, como hizo en su pasada visita de Estado el mandatario chino, quien no tuvo problema en comunicar el establecimiento elegido, el hotel Mandarín Imperial, cercano a Harrods. Donde descansarán los Reyes es todavía una incógnita.
El viaje se cerrará en Oxford, un gesto cultural obligado para países que han regalado al mundo a los dos mayores genios literarios, Cervantes y Shakespeare, muertos ambos en abril de 1616.
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