11 de octubre de 2016
El peculiar experimento que logró moderar a 'halcones' israelíes
El
peculiar experimento que logró moderar a 'halcones' israelíes
Investigadores intervinieron en una ciudad
derechista reduciendo al absurdo sus lemas
el pais - JAVIER SALAS
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Ejemplos de los carteles usados en la campaña. PNAS
Uno de los ejemplos más claros de debate
enconado, de controversia infinita, es la que rodea al conflicto entre
palestinos e israelíes. En numerosas ocasiones se ha tomado como paradigma, o
como parodia, de problema irresoluble. Moderar las posturas de los extremistas,
dadas las circunstancias, parece casi milagroso. Sin embargo, unos
investigadores de varias universidades israelíes han descubierto un pequeño
truco que puede ayudar a limar los argumentos más radicales en este y otros
contextos: la reducción al absurdo.
Durante seis semanas, sometieron a sus habitantes a
esta campaña, con carteles por las calles y anuncios extendidos por la web
En uno de los momentos más caldeados del
conflicto, el pasado mes de septiembre de 2015, este grupo de científicos decidió
intervenir en una pequeña ciudad del centro de Israel, conocida por su alto
índice de voto hacia las opciones más derechistas del espectro político. Su
intención: comprobar si una campaña de pensamiento paradójico podría moderar
las opiniones de los más radicales.
En 2013, este mismo equipo había realizado con éxito un experimento similar, pero en un contexto controlado, en un
laboratorio. Por medio de unos cortos videoclips, sometían a los sujetos a una
delicada reducción al absurdo de sus ideas políticas, exagerando la importancia
del belicismo como eje esencial de la identidad israelí. Tras este experimento,
los votantes más de derechas habían suavizado sus tendencias incluso a la hora
de votar, según explicaban los investigadores. Se trata de un uso práctico del pensamiento paradójico, que obliga a nuestra mente a chocar con
sus propias creencias al convertirlas casi en una parodia.
El reto era el de llevar este experimento
al mundo real, sin controles, para estudiar si se podría influir en los
extremistas con este mismo método. Para hacerlo, eligieron una ciudad pequeña,
con hasta un 63% de voto a los grupos considerados halcones dentro del arco político de Israel. Durante
seis semanas, sometieron a sus habitantes a esta campaña, con carteles por las
calles, objetos de mercadotecnia como globos y camisetas, y anuncios muy
extendidos por la web.
La percepción del conflicto se mantuvo igual salvo
entre loshalcones, que mostraron una disminución significativa del
apoyo al conflicto
Los banners repartidos en numerosos portales, dirigidos
específicamente a ordenadores localizados en ese municipio, llevaban a los vídeos de la campaña. Los mensajes de los carteles y los clips
juegan con ideas y frases como "Sin él nunca seríamos justos... Para tener
justicia, probablemente necesitamos el conflicto" y "Para los héroes,
probablemente necesitamos el conflicto". Los participantes, a los que se
realizarían preguntas sobre sus posiciones políticas, nunca fueron conscientes
de formar parte de un experimento psicológico.
Después de exponerles insistentemente a
esta campaña, se realizaron encuestas para conocer su posición con respecto al
conflicto. Y se compararon con otros estudios que se habían hecho antes de la
campaña y con las respuestas de un grupo de control que no había visto la campaña.
La percepción del conflicto se mantuvo prácticamente igual en todos los grupos
estudiados, salvo entre loshalcones que habían estado expuestos a los carteles
y los vídeos; estos mostraron "una disminución significativa en la
adhesión a las actitudes de apoyo al conflicto a lo largo del tiempo", según el estudio, que se publica en PNAS.
"Los resultados sugieren que la
intervención mediante pensamiento paradójico tuvo un efecto significativo en
las creencias y actitudes de los participantes de derechas", concluyen los
investigadores, con Boaz Hameiri de la Universidad de Tel Aviv al frente.
"Además", continúan, "en comparación con los derechistas del
grupo de control, expresaron menor apoyo a las políticas agresivas, así como un
mayor apoyo a las políticas de conciliación".
Se trata de un uso práctico del pensamiento
paradójico, que obliga a nuestra mente a chocar con sus propias creencias al
convertirlas casi en una parodia
Los investigadores creen que los resultados
muestran "inequívocamente" que esa intervención reduciendo al absurdo
las ideas de los halcones es eficaz para enfriar el afán belicista de los más duros. Además,
señalan, los resultados se obtuvieron en un contexto social que generalmente
bloquea los cambios de actitud, por lo que el éxito debe considerarse mayor.
"Los individuos de derecha tienden a tener una opinión más rígida",
explica por email Hameiri. Y añade: "Esto significa que la intervención
que desea promover una solución pacífica de los conflictos tiende a ser menos
eficaz con estas personas, ya que tienden a resistirse a los mensajes de
promoción de la paz".
Lo más importante es que este tipo de
intervención podría emplearse en todo tipo de situaciones. Eso sí, para ser
eficaces los mensajes tienen que estar en línea con las creencias y actitudes
de los sujetos en los que se quiere influir. Esos lemas deben ser mucho más
extremos que los que estas personas sostendrían, pero dentro de su margen
ideológico, para que no se pongan a la defensiva sino que generen una sensación
de sorpresa y de absurdo. "En estos casos, los mensajes pueden provocar
una sensación de amenaza de la identidad del destinatario y una posterior
despolarización", aseguran los investigadores. Es más, si los mensajes no
ejercen ese efecto, podrían llegar a ser contraproducentes, como ocurrió con un
reducido grupo de participantes centristas cuando examinaron su apoyo en las
políticas de conciliación, reconoce Hameiri. Parece que no captaron lo absurdo
del mensaje y se lo tomaron en serio.
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