1 de junio de 2010
La sintaxis como valor moral
EL PAIS
La sintaxis como valor moral
El director de la RAE denuncia el "deslenguamiento unisex" y el "vulgarismo lingüístico" en un seminario sobre el uso del español en los medios de comunicación
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - San Millán de la Cogolla - 01/06/2010
Felipe II tardó un mes en recibir la noticia de que en Lepanto había vencido la Liga Santa, "la OTAN de entonces", es decir, de 1571. Hoy sucede todo lo contrario. Cualquiera que eche un vistazo a las ediciones digitales de los periódicos antes de salir de casa por la mañana comprobará al llegar al quiosco que lo que viene en primera página de los diarios ya es "una fábula". El periodista y escritor Manuel Vicent utilizó ayer este ejemplo para hablar del vértigo actual de la información durante la lección inaugural del seminario "Los periodistas como maestros del español", organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Fundación San Millán de la Cogolla en el monasterio riojano que da nombre a esta última.
Después de recordar que la información es, por lo que tiene de fuente de poder, uno de los derechos humanos más vulnerables, Vicent quitó importancia al hecho de que esta circule en uno u otro soporte. Terminará imponiéndose, dijo, la ley del mínimo esfuerzo. ¿Cuándo desaparecerán los periódicos de papel? "Cuando el papel sea menos cómodo". Pero advirtió: No por eso cambiará la sustancia de las cosas ni desaparecerán los testigos ni la necesidad de estar informado seguirá siendo un derecho fundamental. Además, "a la hora de contar los hechos, el verbo seguirá siendo el rey". "Un periodista ya es un escritor si se demora 10 segundos en cambiar una palabra", dijo el autor de Tranvía a la Malvarrosa.
Sobre la relación entre periodismo y literatura, Vicent recordó que, de Larra a Pla pasando por la generación del 98, "la mejor literatura española de los últimos siglos se publicó primero en hojas de periódico". Los libros llegarían después. La cuestión, se preguntó el escritor, es si Internet dará también su Julio Camba y su Chaves Nogales.
"No hay palabra vulgar si nace del genio del idioma como nueva semilla de un árbol bien plantado", apuntó Manuel Vicent. El problema surge cuando el árbol de la lengua se ve sometido a los vientos de la urgencia y el amarillismo. Sobre esos riesgos y sus encarnaciones en Internet y la prensa del corazón debatirán hasta mañana en San Millán de la Cogolla lingüistas y periodistas españoles y latinoamericanos como José Manuel Blecua, Daniel Samper, Jorge Fernández Díaz, Isaías Lafuente, María Eugenia Yagüe o Magí Camps.
El significado de las faltas de ortografía
En la sesión inaugural, presidida por la princesa Letizia, Álex Grijelmo, presidente de la Agencia Efe, lanzó un aviso: "En los genes de la auténtica profesión periodística se incorporaron hace muchísimos años la investigación honrada, el combate contra la corrupción, la defensa de los débiles, la crítica destinada a mejorarnos, la información veraz", eso sí, "los cromosomas de la profesión periodística no transmiten -o al menos no con el mismo vigor- la obligación de cuidar la principal herramienta que manejamos: el idioma". Para Grijelmo, "el problema de muchos periodistas no son las faltas de ortografía o de sintaxis, sino lo que significan".
Del mismo hilo había tirado antes el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, para quien el "deslenguamiento unisex" de los programas del corazón y el "vulgarismo lingüístico" reflejan "un embotamiento de la sensibilidad social y un empobrecimiento de los valores". Tras recordar que en la elaboración de la nueva gramática académica se habían utilizado 307 periódicos, García de la Concha subrayó que los periodistas se encuentran a diario con "normas emergentes" que tardarán en llegar a la Academia. De ahí su gran responsabilidad y la necesidad, dijo recordando a Ortega, de que actúen como "aristócratas en la plazuela".
Metido en faena, el director de la RAE, pidió a los presentes que se animaran a no repetir machaconamente en las crónicas políticas la fórmula "este país", a llamar "informal" a la mal llamada ropa "casual" y a difundir el acuerdo al que llegaron el jueves pasado las 22 academias de la lengua española para traducir ebook por libro electrónico, un sintagma que designaría a la vez el continente y el contenido. Ahora solo falta leer la noticia en los periódicos.
No parece mucho pedir en un tiempo en el que como dijo Daniel Samper: "Belén Esteban ha asumido el papel que antes tenía Azorín".
La sintaxis como valor moral
El director de la RAE denuncia el "deslenguamiento unisex" y el "vulgarismo lingüístico" en un seminario sobre el uso del español en los medios de comunicación
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - San Millán de la Cogolla - 01/06/2010
Felipe II tardó un mes en recibir la noticia de que en Lepanto había vencido la Liga Santa, "la OTAN de entonces", es decir, de 1571. Hoy sucede todo lo contrario. Cualquiera que eche un vistazo a las ediciones digitales de los periódicos antes de salir de casa por la mañana comprobará al llegar al quiosco que lo que viene en primera página de los diarios ya es "una fábula". El periodista y escritor Manuel Vicent utilizó ayer este ejemplo para hablar del vértigo actual de la información durante la lección inaugural del seminario "Los periodistas como maestros del español", organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Fundación San Millán de la Cogolla en el monasterio riojano que da nombre a esta última.
Después de recordar que la información es, por lo que tiene de fuente de poder, uno de los derechos humanos más vulnerables, Vicent quitó importancia al hecho de que esta circule en uno u otro soporte. Terminará imponiéndose, dijo, la ley del mínimo esfuerzo. ¿Cuándo desaparecerán los periódicos de papel? "Cuando el papel sea menos cómodo". Pero advirtió: No por eso cambiará la sustancia de las cosas ni desaparecerán los testigos ni la necesidad de estar informado seguirá siendo un derecho fundamental. Además, "a la hora de contar los hechos, el verbo seguirá siendo el rey". "Un periodista ya es un escritor si se demora 10 segundos en cambiar una palabra", dijo el autor de Tranvía a la Malvarrosa.
Sobre la relación entre periodismo y literatura, Vicent recordó que, de Larra a Pla pasando por la generación del 98, "la mejor literatura española de los últimos siglos se publicó primero en hojas de periódico". Los libros llegarían después. La cuestión, se preguntó el escritor, es si Internet dará también su Julio Camba y su Chaves Nogales.
"No hay palabra vulgar si nace del genio del idioma como nueva semilla de un árbol bien plantado", apuntó Manuel Vicent. El problema surge cuando el árbol de la lengua se ve sometido a los vientos de la urgencia y el amarillismo. Sobre esos riesgos y sus encarnaciones en Internet y la prensa del corazón debatirán hasta mañana en San Millán de la Cogolla lingüistas y periodistas españoles y latinoamericanos como José Manuel Blecua, Daniel Samper, Jorge Fernández Díaz, Isaías Lafuente, María Eugenia Yagüe o Magí Camps.
El significado de las faltas de ortografía
En la sesión inaugural, presidida por la princesa Letizia, Álex Grijelmo, presidente de la Agencia Efe, lanzó un aviso: "En los genes de la auténtica profesión periodística se incorporaron hace muchísimos años la investigación honrada, el combate contra la corrupción, la defensa de los débiles, la crítica destinada a mejorarnos, la información veraz", eso sí, "los cromosomas de la profesión periodística no transmiten -o al menos no con el mismo vigor- la obligación de cuidar la principal herramienta que manejamos: el idioma". Para Grijelmo, "el problema de muchos periodistas no son las faltas de ortografía o de sintaxis, sino lo que significan".
Del mismo hilo había tirado antes el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, para quien el "deslenguamiento unisex" de los programas del corazón y el "vulgarismo lingüístico" reflejan "un embotamiento de la sensibilidad social y un empobrecimiento de los valores". Tras recordar que en la elaboración de la nueva gramática académica se habían utilizado 307 periódicos, García de la Concha subrayó que los periodistas se encuentran a diario con "normas emergentes" que tardarán en llegar a la Academia. De ahí su gran responsabilidad y la necesidad, dijo recordando a Ortega, de que actúen como "aristócratas en la plazuela".
Metido en faena, el director de la RAE, pidió a los presentes que se animaran a no repetir machaconamente en las crónicas políticas la fórmula "este país", a llamar "informal" a la mal llamada ropa "casual" y a difundir el acuerdo al que llegaron el jueves pasado las 22 academias de la lengua española para traducir ebook por libro electrónico, un sintagma que designaría a la vez el continente y el contenido. Ahora solo falta leer la noticia en los periódicos.
No parece mucho pedir en un tiempo en el que como dijo Daniel Samper: "Belén Esteban ha asumido el papel que antes tenía Azorín".