9 de junio de 2010
Malestar por el «topo» de Palacio
ABC
Malestar por el «topo» de Palacio
La verdad entre la Princesa y Sartorius
BEATRIZ CORTÁZAR
Malestar y preocupación es lo que hay en torno a los Príncipes de Asturias por la sospecha de que puede haber «topos« en Palacio que sean los que «filtren» a los «paparazzi» las salidas privadas que realizan y que luego tantas veces aparecen en los medios. Se cree que alguien del entorno es quien avisa (se supone que previo pago de esa información) a algún reportero para que sepa dónde esquían o dónde pasan los fines de semana. Tal vez por esa preocupación es por lo que los Príncipes nunca dicen nada sobre sus planes familiares o con amigos y hasta la gente que trabaja en su residencia ni saben ni contestan cuando les preguntan por el paradero. Este año se han realizado muchos cambios de personal, sobre todo a nivel de intendencia, y cuantos han pasado por esas dependencias saben que hay discreción absoluta porque, entre otras cosas, salvo los cargos obligados por seguridad, todo el mundo desconoce dónde van y qué hacen.
Desde un primer momento se ha querido diferenciar mucho los actos públicos de la agenda privada, y ya es un soniquete llamar al departamento de comunicación de Zarzuela y escuchar que no manejan ninguna información que no sea la institucional. Pero el malestar ha ido a más en los últimos meses a raíz de la publicación de escapadas privadas como cuando la Princesa fue con su madre y las Infantas a esquiar a Suiza, o ahora la foto con Sartorius. Esta semana la preocupación ha aumentado tras el viaje que Doña Letizia hizo con sus hijas al Algarve donde han pasado el puente del Corpus en casa de unos amigos. Don Felipe viajó ese día a Londres con la Reina para asistir al cumpleaños de su tío Constantino, y más tarde se reunió con su familia en el sur de Portugal. Se tomaron todas las medidas para que nadie supiera el destino, pero unos ágiles fotógrafos han podido captar esas imágenes que veremos en alguna revista previo pago de su precio. Aunque hay quien habla de topos, otros aseguran que no son filtraciones sino pesquisas de los fotógrafos que tienen gargantas profundas en aeropuertos, juzgados y hoteles. Vamos, lo de toda la vida. Si la intención era pasar desapercibidos estos días, no creo equivocarme al decir que lo que se ha creado es una nueva polémica que será pasto de debates sobre lo acertado o no de este viaje.
Malestar por el «topo» de Palacio
La verdad entre la Princesa y Sartorius
BEATRIZ CORTÁZAR
Malestar y preocupación es lo que hay en torno a los Príncipes de Asturias por la sospecha de que puede haber «topos« en Palacio que sean los que «filtren» a los «paparazzi» las salidas privadas que realizan y que luego tantas veces aparecen en los medios. Se cree que alguien del entorno es quien avisa (se supone que previo pago de esa información) a algún reportero para que sepa dónde esquían o dónde pasan los fines de semana. Tal vez por esa preocupación es por lo que los Príncipes nunca dicen nada sobre sus planes familiares o con amigos y hasta la gente que trabaja en su residencia ni saben ni contestan cuando les preguntan por el paradero. Este año se han realizado muchos cambios de personal, sobre todo a nivel de intendencia, y cuantos han pasado por esas dependencias saben que hay discreción absoluta porque, entre otras cosas, salvo los cargos obligados por seguridad, todo el mundo desconoce dónde van y qué hacen.
Desde un primer momento se ha querido diferenciar mucho los actos públicos de la agenda privada, y ya es un soniquete llamar al departamento de comunicación de Zarzuela y escuchar que no manejan ninguna información que no sea la institucional. Pero el malestar ha ido a más en los últimos meses a raíz de la publicación de escapadas privadas como cuando la Princesa fue con su madre y las Infantas a esquiar a Suiza, o ahora la foto con Sartorius. Esta semana la preocupación ha aumentado tras el viaje que Doña Letizia hizo con sus hijas al Algarve donde han pasado el puente del Corpus en casa de unos amigos. Don Felipe viajó ese día a Londres con la Reina para asistir al cumpleaños de su tío Constantino, y más tarde se reunió con su familia en el sur de Portugal. Se tomaron todas las medidas para que nadie supiera el destino, pero unos ágiles fotógrafos han podido captar esas imágenes que veremos en alguna revista previo pago de su precio. Aunque hay quien habla de topos, otros aseguran que no son filtraciones sino pesquisas de los fotógrafos que tienen gargantas profundas en aeropuertos, juzgados y hoteles. Vamos, lo de toda la vida. Si la intención era pasar desapercibidos estos días, no creo equivocarme al decir que lo que se ha creado es una nueva polémica que será pasto de debates sobre lo acertado o no de este viaje.