7 de junio de 2010
La Armada planea vender barcos por falta de fondos ante los próximos recortes
ABC 07/06/10
La Armada planea vender barcos por falta de fondos ante los próximos recortes
Editorial: La Armada, de saldo
Armada española
Patrulleros de vigilancia
Son de los barcos más pequeños de la Armada -33 metros de eslora- y tienen como misión la vigilancia de las costas, el apoyo a los pesqueros y la lucha contra el contrabando
Patrulleros de altura
ntiguas corbetas reconvertidas para misiones de apoyo en alta mar. La Armada ha recurrido a los patrulleros de la clase «Descubierta» para enviarlos a la «Operación Atalanta» contra la piratería.
Buques de asalto anfibio en vez de fragatas para Somalia
La Armada ha impuesto sus tesis y en el próximo relevo de los barcos enviados a aguas del Índico para luchar contra la piratería será un buque de asalto anfibio, el «Galicia», el que releve este verano a la fragata «Victoria». Tiene más capacidad para llevar helicópteros y unidades de Infantería de Marina y, además, puede patrullar las aguas con un consumo menor de combustible.
ÁNGEL COLLADO | MADRID
Lunes , 07-06-10
Los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno en los dos últimos años al Ministerio de Defensa -un 12 por ciento, 940 millones de euros en total-, más la incertidumbre ante el próximo ejercicio creada por el anuncio de más restricciones han hecho que en los Estados Mayores empiecen a estudiar nuevas medidas de austeridad para mantener un mínimo de operatividad con unos fondos cada año menguantes. En el caso de la Armada ya se plantea la posibilidad de vender barcos porque el presupuesto será insuficiente para mantener, reparar y modernizar toda la flota.
Desde 2009, la Armada adelanta las bajas de los barcos más antiguos; ahora se trata de tantear a otros países para colocar algunos navíos como mercancía de segunda mano, e incluso como simples cesiones. Más que por los fondos que podrían aportar a Defensa, el objetivo que se busca es el ahorro en mantenimiento o amarre. De entrada, se busca comprador para dos patrulleros, el «Dragonera» y el «Conejera», que llevan 28 años en servicio y operan desde los puertos de Huelva y Almería respectivamente.
Ambos patrulleros tienen como misiones la vigilancia marítima en aguas territoriales, el apoyo y control de la flota pesquera y la colaboración con otras Instituciones del Estado para funciones de salvamento y persecución del contrabando. El «Conejera» participó en julio de 2002 en el control del espacio marítimo durante el conflicto del islote de Perejil.
Un lujo de inversión
Los patrulleros de la clase «Conejera» son de los más antiguos y pequeños -32 metros de eslora, 103 toneladas de desplazamiento- con que cuenta la Armada y están en la fase final de su vida. Ante la escasez de fondos, en Defensa se considera un lujo invertir más dinero en mantenerlos.
Pese al retraso en las entregas de los llamados Buques de Acción Estratégica (BAM) que van a relevar a buena parte de los patrulleros, los recortes presupuestarios aplicados en los dos últimos años ya han obligado a la Armada a adelantar las bajas de ese tipo de barcos durante 2009 y 2010, medida drástica de austeridad necesaria concentrar esfuerzos en el Grupo de Combate, las fragatas y los buques de asalto anfibio, necesarios para las operaciones en el exterior y la cooperación con la OTAN.
La Armada tiene patrulleros más grandes, llamados de altura, que son antiguas corbetas reconvertidas y también con casi 30 años de servicio. Son los 5 patrulleros de la clase «Descubierta», que ahora empiezan a ser empleados en la Operación Atalanta contra la piratería en el Índico. Gastan menos que las fragatas, tienen 88 metros de eslora y desplazan 1.500 toneladas, pero no pueden llevar helicópteros a bordo, un medio fundamental para la vigilancia de áreas tan grandes como como las asignadas a Atalanta.
El patrullero «Victoria» tiene previsto regresar mañana de esa misión y será relevado por el «Infanta Cristina». Además, este verano será el buque de asalto anfibio «Galicia» el que releve a la fragata «Victoria» en la misma misión. Con capacidad para llevar más helicópteros e Infantería de Marina, tiene también la ventaja añadida de que su mantenimiento resulta más barato que la fragata.
Las fragatas más antiguas, las F-80, están pasando ahora por los necesarios procesos de renovación que necesitan todos los barcos de guerra cuando cumplen alrededor de 20 años. Son programas muy costosos. La renovación de las F-80, cuando arrancó en 2003 alcanzaba los 254 millones de euros.
La inmediata entrega a la Armada, prevista para este verano, del Buque de Proyección Estratégica «Juan Carlos I», el mayor barco de guerra construido en España y futuro buque insignia, coincide precisamente con la obligatoria modernización completa que le toca al portaaviones «Príncipe de Asturias» después de 22 años en servicio, un programa millonario que también está en peligro por la falta de fondos. La Armada aspira a que ambos portaaviones convivan durante años en la flota, aunque no puedan operar al mismo tiempo por su alto coste, pero sí relevarse en distintas fases y operaciones. Una vez puesto al día, al «Príncipe de Asturias, le quedaría un mínimo de 15 años de vida útil, igual que a las fragatas.
La Armada planea vender barcos por falta de fondos ante los próximos recortes
Editorial: La Armada, de saldo
Armada española
Patrulleros de vigilancia
Son de los barcos más pequeños de la Armada -33 metros de eslora- y tienen como misión la vigilancia de las costas, el apoyo a los pesqueros y la lucha contra el contrabando
Patrulleros de altura
ntiguas corbetas reconvertidas para misiones de apoyo en alta mar. La Armada ha recurrido a los patrulleros de la clase «Descubierta» para enviarlos a la «Operación Atalanta» contra la piratería.
Buques de asalto anfibio en vez de fragatas para Somalia
La Armada ha impuesto sus tesis y en el próximo relevo de los barcos enviados a aguas del Índico para luchar contra la piratería será un buque de asalto anfibio, el «Galicia», el que releve este verano a la fragata «Victoria». Tiene más capacidad para llevar helicópteros y unidades de Infantería de Marina y, además, puede patrullar las aguas con un consumo menor de combustible.
ÁNGEL COLLADO | MADRID
Lunes , 07-06-10
Los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno en los dos últimos años al Ministerio de Defensa -un 12 por ciento, 940 millones de euros en total-, más la incertidumbre ante el próximo ejercicio creada por el anuncio de más restricciones han hecho que en los Estados Mayores empiecen a estudiar nuevas medidas de austeridad para mantener un mínimo de operatividad con unos fondos cada año menguantes. En el caso de la Armada ya se plantea la posibilidad de vender barcos porque el presupuesto será insuficiente para mantener, reparar y modernizar toda la flota.
Desde 2009, la Armada adelanta las bajas de los barcos más antiguos; ahora se trata de tantear a otros países para colocar algunos navíos como mercancía de segunda mano, e incluso como simples cesiones. Más que por los fondos que podrían aportar a Defensa, el objetivo que se busca es el ahorro en mantenimiento o amarre. De entrada, se busca comprador para dos patrulleros, el «Dragonera» y el «Conejera», que llevan 28 años en servicio y operan desde los puertos de Huelva y Almería respectivamente.
Ambos patrulleros tienen como misiones la vigilancia marítima en aguas territoriales, el apoyo y control de la flota pesquera y la colaboración con otras Instituciones del Estado para funciones de salvamento y persecución del contrabando. El «Conejera» participó en julio de 2002 en el control del espacio marítimo durante el conflicto del islote de Perejil.
Un lujo de inversión
Los patrulleros de la clase «Conejera» son de los más antiguos y pequeños -32 metros de eslora, 103 toneladas de desplazamiento- con que cuenta la Armada y están en la fase final de su vida. Ante la escasez de fondos, en Defensa se considera un lujo invertir más dinero en mantenerlos.
Pese al retraso en las entregas de los llamados Buques de Acción Estratégica (BAM) que van a relevar a buena parte de los patrulleros, los recortes presupuestarios aplicados en los dos últimos años ya han obligado a la Armada a adelantar las bajas de ese tipo de barcos durante 2009 y 2010, medida drástica de austeridad necesaria concentrar esfuerzos en el Grupo de Combate, las fragatas y los buques de asalto anfibio, necesarios para las operaciones en el exterior y la cooperación con la OTAN.
La Armada tiene patrulleros más grandes, llamados de altura, que son antiguas corbetas reconvertidas y también con casi 30 años de servicio. Son los 5 patrulleros de la clase «Descubierta», que ahora empiezan a ser empleados en la Operación Atalanta contra la piratería en el Índico. Gastan menos que las fragatas, tienen 88 metros de eslora y desplazan 1.500 toneladas, pero no pueden llevar helicópteros a bordo, un medio fundamental para la vigilancia de áreas tan grandes como como las asignadas a Atalanta.
El patrullero «Victoria» tiene previsto regresar mañana de esa misión y será relevado por el «Infanta Cristina». Además, este verano será el buque de asalto anfibio «Galicia» el que releve a la fragata «Victoria» en la misma misión. Con capacidad para llevar más helicópteros e Infantería de Marina, tiene también la ventaja añadida de que su mantenimiento resulta más barato que la fragata.
Las fragatas más antiguas, las F-80, están pasando ahora por los necesarios procesos de renovación que necesitan todos los barcos de guerra cuando cumplen alrededor de 20 años. Son programas muy costosos. La renovación de las F-80, cuando arrancó en 2003 alcanzaba los 254 millones de euros.
La inmediata entrega a la Armada, prevista para este verano, del Buque de Proyección Estratégica «Juan Carlos I», el mayor barco de guerra construido en España y futuro buque insignia, coincide precisamente con la obligatoria modernización completa que le toca al portaaviones «Príncipe de Asturias» después de 22 años en servicio, un programa millonario que también está en peligro por la falta de fondos. La Armada aspira a que ambos portaaviones convivan durante años en la flota, aunque no puedan operar al mismo tiempo por su alto coste, pero sí relevarse en distintas fases y operaciones. Una vez puesto al día, al «Príncipe de Asturias, le quedaría un mínimo de 15 años de vida útil, igual que a las fragatas.