3 de junio de 2010
Cientos de palestinos salen de Gaza tras la apertura de Rafah
EL PAIS
Cientos de palestinos salen de Gaza tras la apertura de Rafah
Políticos y analistas lo interpretan como una respuesta al clamor internacional para poner fin al embargo en la franja de Gaza
ANA CARBAJOSA | Rafah 02/06/2010
Cientos de palestinos han salido este miércoles de la franja de Gaza por el paso fronterizo de Rafah, después de que Egipto decidiera desmarcarse de su aliado israelí y abrir de forma indefinida la única frontera de Gaza que no controla el Estado hebreo. Políticos y analistas interpretan la decisión egipcia como respuesta al clamor internacional para poner fin al embargo en la franja de Gaza. Como los expertos, los palestinos de a pie temen sin embargo que la apertura se trate de un gesto político reversible por parte de El Cairo.
A las seis de la mañana salieron de la ciudad de Gaza los autobuses con aquellos con derecho a cruzar a Egipto, es decir, los que figuran en los listados del ministerio de Interior del Gobierno de Hamás. Con este mecanismo, el Gobierno quiso evitar avalanchas en la frontera. Enfermos, palestinos con pasaporte o visados de terceros países y estudiantes son los únicos que de momento pueden acceder a los permisos de salida. El Gobierno y la población de Gaza aspira a que se amplíe a todo tipo de supuestos. Junto a los agraciados, entraron también por primera vez en más de un año mercancías que no distintas de comida o material médico, como generadores eléctricos o colchones.
"Las autoridades egipcias nos han informado de que se trata de una apertura indefinida, pero para cierto tipo de ciudadanos. Esperemos que esta desgracia [el abordaje israelí a la flotilla] suponga el fin del bloqueo y que todo el mundo pueda entrar o salir para siempre", expresaba ayer a las puertas de Rafah Gazi Hamad, responsable del Gobierno de la franja para los pasos fronterizos. Allí, los autobuses entraban y salían de un país a otro con una normalidad que constituye una auténtica rareza en este rincón del planeta.
En el edificio del control de pasaportes, los elegidos por Interior esperan sentados su turno. La mayoría eran enfermos y tenían mala cara. Najdi Namad, de 36 años era uno de ellos. Lleva un mes esperando para cruzar. Tiene una herida en la cuenca del ojo artificial que lleva y en Gaza no le puede curar. Cuando el martes escuchó en la televisión que abrían la frontera corrió a por un permiso. Ahora espera que el Gobierno egipcio no de marcha atrás en los próximos días y pueda volver una vez curado. La última vez que intentó cruzar, las autoridades egipcias lo devolvieron a Gaza. Varios asientos más allá, en silla de ruedas, espera Ahmad Fayad, de 71 años. Con galabiya blanca y pañuelo palestino rojiblanco en la cabeza dice estar "muy feliz" de poder por fin volver a casa de sus hijos en Arabia Saudí.
Egipto abre periódicamente el paso de Rafah para casos humanitarios. La apertura suele durar dos otros días y últimamente se produce cada dos meses. Esta vez no tocaba una de esas aperturas. Esta vez es diferente, porque no hay fecha de cierre y porque las autoridades egipcias no ponen impedimento ninguno. Ayer no había ni rastro de las habituales horas de espera a la entrada de Rafah. Todo iba como la seda. Muchos lugareños apenas se creían lo que veían. Otros, maldecían al ver lo fácil que podrían ser las cosas y que en Gaza tienden a no serlo. "Ese lacayo [en alusión al presidente egipcio Hosni Mubarak y a su complicidad con Israel para mantener el bloqueo] no habría tenido el coraje de abrir de no ser por las presiones de Turquía", sostiene un barbudo policía de en Rafah, sin dar su nombre.
Cientos de palestinos salen de Gaza tras la apertura de Rafah
Políticos y analistas lo interpretan como una respuesta al clamor internacional para poner fin al embargo en la franja de Gaza
ANA CARBAJOSA | Rafah 02/06/2010
Cientos de palestinos han salido este miércoles de la franja de Gaza por el paso fronterizo de Rafah, después de que Egipto decidiera desmarcarse de su aliado israelí y abrir de forma indefinida la única frontera de Gaza que no controla el Estado hebreo. Políticos y analistas interpretan la decisión egipcia como respuesta al clamor internacional para poner fin al embargo en la franja de Gaza. Como los expertos, los palestinos de a pie temen sin embargo que la apertura se trate de un gesto político reversible por parte de El Cairo.
A las seis de la mañana salieron de la ciudad de Gaza los autobuses con aquellos con derecho a cruzar a Egipto, es decir, los que figuran en los listados del ministerio de Interior del Gobierno de Hamás. Con este mecanismo, el Gobierno quiso evitar avalanchas en la frontera. Enfermos, palestinos con pasaporte o visados de terceros países y estudiantes son los únicos que de momento pueden acceder a los permisos de salida. El Gobierno y la población de Gaza aspira a que se amplíe a todo tipo de supuestos. Junto a los agraciados, entraron también por primera vez en más de un año mercancías que no distintas de comida o material médico, como generadores eléctricos o colchones.
"Las autoridades egipcias nos han informado de que se trata de una apertura indefinida, pero para cierto tipo de ciudadanos. Esperemos que esta desgracia [el abordaje israelí a la flotilla] suponga el fin del bloqueo y que todo el mundo pueda entrar o salir para siempre", expresaba ayer a las puertas de Rafah Gazi Hamad, responsable del Gobierno de la franja para los pasos fronterizos. Allí, los autobuses entraban y salían de un país a otro con una normalidad que constituye una auténtica rareza en este rincón del planeta.
En el edificio del control de pasaportes, los elegidos por Interior esperan sentados su turno. La mayoría eran enfermos y tenían mala cara. Najdi Namad, de 36 años era uno de ellos. Lleva un mes esperando para cruzar. Tiene una herida en la cuenca del ojo artificial que lleva y en Gaza no le puede curar. Cuando el martes escuchó en la televisión que abrían la frontera corrió a por un permiso. Ahora espera que el Gobierno egipcio no de marcha atrás en los próximos días y pueda volver una vez curado. La última vez que intentó cruzar, las autoridades egipcias lo devolvieron a Gaza. Varios asientos más allá, en silla de ruedas, espera Ahmad Fayad, de 71 años. Con galabiya blanca y pañuelo palestino rojiblanco en la cabeza dice estar "muy feliz" de poder por fin volver a casa de sus hijos en Arabia Saudí.
Egipto abre periódicamente el paso de Rafah para casos humanitarios. La apertura suele durar dos otros días y últimamente se produce cada dos meses. Esta vez no tocaba una de esas aperturas. Esta vez es diferente, porque no hay fecha de cierre y porque las autoridades egipcias no ponen impedimento ninguno. Ayer no había ni rastro de las habituales horas de espera a la entrada de Rafah. Todo iba como la seda. Muchos lugareños apenas se creían lo que veían. Otros, maldecían al ver lo fácil que podrían ser las cosas y que en Gaza tienden a no serlo. "Ese lacayo [en alusión al presidente egipcio Hosni Mubarak y a su complicidad con Israel para mantener el bloqueo] no habría tenido el coraje de abrir de no ser por las presiones de Turquía", sostiene un barbudo policía de en Rafah, sin dar su nombre.