Con este artículo, queremos llamar la atención de los lectores de Adelante la Fe sobre un hecho que a menudo es soslayado: La crisis en la Iglesia no ha empezado con Francisco, asienta sus cimientos fuertemente en los mismos textos del Concilio Vaticano II, y no sólo en interpretaciones exageradas del mismo -que también las hay-, con serías dudas que la propia jerarquía no es capaz de aclarar con solvencia, y mientras este “núcleo” de la crisis de la Iglesia no sea abordado, la situación por lógica no podrá sino empeorar.
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Dignitatis Humanae(n. 2), ¿aún deben considerarse las siguientes proposiciones como errores dignos de condenación: a) “Todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que juzgue verdadera guiado por la luz de su razón.,” y b) “La Iglesia debe estar separada del Estado, y el Estado debe estar separado de la Iglesia,” (papa Pío IX, Syllabus Errorum, nn. 15, 55)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Dignitatis Humanae, ¿aún debe considerarse “impía y absurda” la proposición que establece que “la perfección de los gobiernos y el progreso civil exigen imperiosamente que la sociedad humana se constituya y se gobierne sin preocuparse para nada de la religión, como si esta no existiera, o, por lo menos, sin hacer distinción alguna entre la verdadera religión y las falsas.” (papa Pío IX, Quanta Cura, n. 3)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Dignitatis Humanae, ¿se considera aún válida la enseñanza del papa Pío XI que afirma que “el deber de adorar públicamente y obedecer a Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y gobernantes” (papa Pío XI, Quas Primas, n. 33)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Lumen Gentium (n. 8), ¿debe considerarse aún válida la enseñanza del papa Pío XII que afirma que la “verdadera Iglesia de Cristo – es la Iglesia santa, católica, apostólica, Romana.” (cf Mystici Corporis, n. 13)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Unitatis Redintegratio(n. 3), ¿se considera aún válida la enseñanza de que “la sociedad por Él fundada [el Redentor del género humano]… [es el] único puerto de salvación.” (cf Mystici Corporis, nn. 3, 41)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Unitatis Redintegratio, ¿aún debemos considerar las siguientes proposiciones como “falsa opinión” a) las palabras de Cristo, “Sean todos una misma cosa… Habrá un solo rebaño, y un solo pastor,” (Juan 17: 21, 10:16) meramente “sólo significan un deseo y una aspiración de Jesucristo, deseo que todavía no se ha realizado,” y b) que “la unidad… podrá ciertamente, desearse, y tal vez algún día se consiga, mediante la concorde impulsión de las voluntades; pero entre tanto, habrá que considerarla sólo como un ideal” (papa Pío IX, Mortalium Animos, n. 7)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Unitatis Redintegratio (n. 3), ¿aún deben considerarse las siguientes proposiciones como errores dignos de condenación a) “Los hombres pueden, dentro de cualquier culto religioso, encontrar el camino de su salvación y alcanzar la vida eterna” y b) “Por lo menos debemos esperar con fundamento la eterna salvación de todos aquellos que no se encuentran dentro de la verdadera Iglesia de Cristo.” (papa Pío IX, Syllabus Errorum, nn. 16, 17)?
- Se pregunta si, siguiendo las afirmaciones de Nostra Aetate (n. 4), ¿aún debe considerarse la misión de la Iglesia tal como la expresó Nuestro Señor; puntualmente, bautizar y enseñar a todas las naciones (cf Mt. 28:16-10), aplicable a los judíos de nuestros días como lo fue cuando San Pedro los llamó a la conversión en el día de Pentecostés (cf Hechos 2)?
No hay comentarios:
Publicar un comentario