20 de agosto de 2012
La prima ronda los 470 puntos por la confianza en una intervención del BCE
Los mercados cada vez tienen más confianza en que el Banco Central Europeo (BCE) tomará cartas en el asunto para resolver la crisis de la deuda europea, aunque el procedimiento concreto de esa intervención en forma de compras esté aún por definirse y cuente con la resistencia, como así ha vuelto a manifestar hoy, del Bundesbank. En todo caso, la expectativa, al menos, de una posible solución, se refleja en la relajación de la prima de riesgo de los bonos soberanos españoles a 10 años (exceso de rendimiento que se les exige respecto a los alemanes, que se considera inversión sin riesgos), que hoy ha proseguido la caída de la semana pasada y ha llegado a 458 puntos básicos (4,58 puntos porcentuales), nivel que no registraba desde el 2 de julio, tras acabar el viernes en 494. En las primeras horas de la tarde remontaba hasta situarse alrededor de los 470 puntos.
El rendimiento de la deuda a 10 años, como consecuencia, también se ha cedido hoy hasta el 6,159%, con lo que se aleja del 7%, nivel que se considera insostenible por la carga de los intereses que supone para el erario público y para las empresas privadas, cuya financiación siempre tiene como referencia la del Tesoro Público. El pasado 25 de julio este tipo llegó al 7,751%, el más alto desde que existe el euro.
Más acusado es el alivio de la presión en los plazos más cortos, donde se centraría la acción del BCE, posiblemente a través de compras de bonos en el mercado secundario, según explicó el presidente del instituto emisor tras la última reunión de política monetaria del banco central del pasado 2 de agosto. La rentabilidad de la deuda pública española a dos años ha llegado hasta el 3,358%, nivel que no alcanzaba desde el pasado mayo. Este plazo llegó a escalar hasta un disparatado 7,147% el pasado 25 de julio.
La deuda soberana italiana, que también está sufriendo la presión en el mercado y que también podría ser objeto de intervención por parte del BCE, también vive una jornada de relajación. La prima de riesgo cae a 413 puntos básicos, con lo que también regresa a niveles de principios de julio, y el tipo a 10 años, que el 25 de julio llegó al 6,706%, ha llegado al 5,702%. Los vencimientos a dos años también mantienen su descenso de la semana pasada y ha tocado el 2,912%, aunque luego se situaba ligeramente por encima del 3%. El 25 de julio alcanzó el 5,262%.
La Bolsa, sin embargo, modera el entusiasmo que la pasada semana la llevó a anotarse un avance del 7,28%. Tras iniciar la jornada con un leve avance del 0,31%, lo ha ido ampliando hasta marcar un máximo en 7.645,6 puntos, lo que supone un alza del 1,11% respecto al cierre del viernes. Una hora después del mediodía, sin embargo, el indicador invertía esa tendencias y entraba en pérdidas, con un retroceso del 0,64% poco después de las 14.00 que lo colocaba en 7.512,5 puntos.
Bankia (-6,26%), Popular (-1,79%) y Enagas (-1,77%) encabezan las pérdidas, mientras que Abengoa (+6,71%), Acciona (+3,06%), ACS (2,6%) y Gamesa (+2,43%) son los valores que más suben. Las empresas constructoras y de infraestructuras avanzan desde que la semana pasada Brasil anunciara un plan de inversiones públicas por importe de 133.000 millones de reales (53.300 millones de euros), de los que dos tercios se dedicarán a ferrocarriles y el tercio restante, a carreteras. El plan prevé la construcción en régimen de concesión de 10.000 kilómetros de ferrocarriles y 7.500 kilómetros de carreteras.
Según publicó ayer el semanario alemán Der Spiegel, el BCE baraja establecer un umbral de rentabilidad que sirva de detonante de las compras de bonos soberanos de países bajo presión. El portavoz del Ministerio de Finanzas alemán, sin embargo, ha precisado que esa fijación de objetivos para la intervención por parte del BCE sería "muy problemática desde un punto vista teórico", aunque ha asegurado "no saber nada" sobre ese posible plan.
En su último boletín mensual, el banco central alemán, reitera sus reticencias a la compra de de deuda soberana por parte del BCE,medidas que no gustan a la institución alemana esto que ello bordea los límites del mandato del emisor del euro, y corre el peligro de convertirse en una financiación a Estados miembros, algo expresamente prohibido por el tratado de la Unión Europea. "El Bundesbank mantiene su opinión de que la posibilidad de realizar compras selectivas de bonos soberanos por el Eurosistema debe ser evaluada de forma crítica por los considerables riesgos para la estabilidad que conlleva", señala la institución presidida por Jens Weidmann.
Durante el fin de semana, el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, señaló en una entrevista a Efe que el "procedimiento" de la posible ayuda que el Gobierno debe solicitar al fondo europeo de rescate como condición previa para que el banco central intervenga se definirá a mediados de septiembre.
Guindos estima que el BCE dará a conocer los mecanismos de intervención en el Consejo de Gobierno del 6 de septiembre, día en el que el presidente español y la canciller alemana, Angela Merkel, han programado una reunión en Madrid. Posteriormente, “en el Eurogrupo y el Ecofin que tendrán lugar en la segunda semana de septiembre se definirá cuál es el procedimiento, cuál es el marco. A partir de ahí, el Gobierno español lo considerará, analizará las alternativas disponibles, lo que está ofreciendo el BCE”.
Los líderes europeos han dado por finalizadas las vacaciones estivales y la semana presenta ya una intensa agenda de diplomacia económica. El presidente francés, François Hollande, se reunirá el jueves en Berlín con la canciller alemana Angela Merkel, mientras el primer ministro griego, Antonis Samarás, viajará a la capital alemana el viernes y el sábado a París.
El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo (ministros de Economía y Finanzas de la zona euro) visitará Atenas el 22 de agosto para negociar la petición del Gobierno griego de aplazar dos años el cumplimiento del programa de recortes fiscales.
A principios de septiembre, representantes de los acreedores internacionales de Grecia, la llamada troika forma da por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el BCE y la Comisión Europea, visitarán Atenas para evaluar el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el segundo rescate recibido por el país heleno, que debe aplicar recortes por importe de otros 11.500 millones de euros en 2013 y 2014.
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