4 de septiembre de 2013
Los historiadores rebaten la frase "La República llevó a un millón de muertosguerra civil republica historia
Los historiadores rebaten
la frase "La República llevó a un millón de muertos"
Publicado: 03/09/2013 21:52 CEST
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Unos sonríen mientras muestran con orgullo banderas franquistas. Otros posanenhiestos, brazo en alto, rememorando el saludo nazi. Todos son jóvenes y forman parte de las
Nuevas Generaciones del PP.
Son
fotografías que han vuelto a poner encima de la mesa una pregunta que, en
realidad, se ha planteado en innumerables ocasiones ¿Es el PP un partido que
añora la dictadura de Franco? Sí, replicaban muchos desde sus cuentas en
Twitter o redes sociales. Desde el otro lado se recurre a un argumento ya
bastante habitual: “El PP puede acoger nostálgicos del franquismo, pero en IU o
en el PSOE los hay del estalinismo, que provocó millones de muertos”.
Un brecha
política por la que España sangra desde 1975 —fecha de la muerte del dictador
Francisco Franco— y que desde algunos sectores se niegan a taponar. En este
contexto se sitúan las palabras del portavoz adjunto del PP, Rafael Hernando.
Preguntado por las fotografías de varios de sus cachorros con banderas
franquistas o nazis, respondió que no le gustaban, pero… Pero, por lo mismo,
partidos como el PSOE o IU deberían dejar de ondear la bandera tricolor por ser
igual de “inconstitucional”.
UNANIMIDAD: “ES UNA BARBARIDAD”
¿Qué base histórica tiene la frase de Hernando? “Ninguna”; “Es una
barbaridad”; “Una brutalidad”; “No tiene ningún rigor”, coinciden los
catedráticos de Historia consultados por El
Huffington Post. Ninguno discrepa. “Hernando se ha metido en una camisa de once varas,
la Historia, que no es lo suyo. Ha dicho una barbaridad histórica”, señala Fernando García de Cortázar, catedrático de Historia Contemporánea de
la Universidad de Deusto.
Julián
Casanova, autor del
libro República y Guerra Civil, no comparte las declaraciones de Hernando
ni en cuanto a la responsabilidad de los muertos ni en cuanto a la cifra que
aporta el portavoz del PP. “Los muertos son 600.000. De 100.000 a 130.000
mueren de violencia política en la zona franquista y 55.000 en la zona
republicana. Y después hay contabilizados de 45.000 a 50.000 en la posguerra,
sólo de violencia militar franquista (del 1 de abril hasta agosto de 1946)”.
Casanova,
también catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza,
subraya que las palabras de Hernando son inconcebibles en países como Francia o
Alemania, donde los políticos de la derecha y conservadores y saben no pueden
defender una idea similar: “Ningún conservador alemán asegurará que Hitler subió
al poder por culpa de la República de Weimar. Ninguno”.
Sin
embargo, decir en España que la causante de la Guerra Civil fue la II República
tiene “coste cero”, e incluso puede reportar beneficios “porque la ausencia de
educación histórica de muchos españoles propicia que le compren este discurso
sin dudarlo un segundo”. Y de esos polvos, los lodos en formato libro de
autores como Pío Moa, Ricardo de la Cierva o César Vidal, que con su discurso
revisionista colocan muchos más ejemplares en las librerías que los
historiadores más rigurosos.
“La sombra del franquismo es alargadísima, no en la política, pero sí en
el momento que se habla de historia”, lamenta Casanova con cierta resignación.
“Es muy difícil para un historiador intervenir activamente en este debate
porque lo que dice Hernando, el PP, o quien sea, es una mamarrachada desde un
punto de vista histórico: Pero a ellos les resbala completamente”, remata Ángel
Viñas, autor de
unatrilogía sobre la Segunda República y uno de los historiadores más reputados de
este periodo.
“La pregunta es si una cuestión así no debería ser materia exclusiva de
los historiadores, incluso la labor de contar los muertos”, se plantea García
de Cortazar, que este mes publicará la novela Tu
rostro con la marea. Pese a su tendencia historiográfica más conservadora, coincide con
Casanova en criticar las reflexiones de Hernando: “Es una barbaridad,
terrorífico y absurdo atribuir a la República, que fue la asediada y derrocada
por los conspiradores e insurrectos, la responsabilidad de la Guerra Civil. Me
parece absurdo”, señala. “Sólo se puede justificar en el fragor de una refriega
política”, apunta.
Ángel Viñas
va más allá y considera que el fondo de la cuestión es que España como país,
como colectividad social y política, como Estado, “no se ha reconciliado con su
pasado porque no se produjo una ruptura radical con éll pasado”. Se produjo la
Transición, que generó beneficios en muchos sentidos pero que no abordó la
ruptura intelectual con el pasado impulsada desde el Estado. “Los Gobiernos de
Suárez y González tenían otras cosas que hacer, no lo critico”. Y llegó
Zapatero y su Ley de Memoria Histórica. Viñas no es crítico con la iniciativa,
aunque sí, y mucho, con la forma en la que se llevó a cabo: “Se preparó con los
pies, pero era la primera vez que un Gobierno daba un paso minúsculo para
recordar, rememorar y reconciarse con el pasado”. Los resultados, en cualquier
caso, fueron los contrarios a los que aspiraba Zapatero: la brecha por la que sangraban
las dos España empezó a manar en borbotones.
Gran parte
del fracaso de la ley, y que explica las reticencias del PP a romper de forma
definitiva con la dictadura franquista, provino de que el partido hoy liderado
por Rajoy “no podía aceptar esa política pública porque el PP representa el
franquismo sociológico”.
Julián Casanova: “Hubo una guerra y una
larguísima dictadura que mediatizó los recuerdos de la guerra civil porque
dividió España entre vencedores y vencidos. La larga posguerra crea una división
profunda, donde no hay una educación política sobre esa historia. Perdimos tres
décadas de nuestra vida. Mientras otras sociedades se planteaban el porqué del
holocausto , del nazismo o del comunismo, nosotros no pasamos por esa fase. Eso
hace que haya muchas personas que sólo han oído hablar de la historia por las
influencias familiares, afectos o amistades. A esa gente da igual que yo les
diga que lo que ha comentado Hernando es una barbaridad porque no se lo va a
creer. Y dirá que yo estoy opinando.
HUÉRFANOS
Esta idea
engancha con la tesis de Casanova de la orfandad histórica del PP. “No tienen
ningún político que reivindicar. No lo hacen con Franco, ni siquiera con
Cánovas del Castillo porque muchas de las defensas del político conservador
—”el sufragio universal es un desastre y si se implanta y llega el comunismo
para eso está el ejército”— no pueden respaldarse hoy. De ahí que se hayan
producido paradojas como la de Aznar reivindicando la figura de Manuel Azaña.
Ni siquiera
los populares pueden defender la política llevada a cabo por la CEDA, el
partido de la etapa republicana más similar a lo que es hoy representa el PP:
“No, no puede porque la formación de Gil Robles tenía que un plan clarísimo que
pasaba por llegar al poder para cargarse la Constitución”.
El hecho de
que hoy el PP se resista a soltar lastre no significa que en el futuro cambie
de tendencia. Pero, en ningún caso, podrá dar ese paso solo. “Para el PP sería
estupendo que apareciera un partido de ultraderecha que contribuyera a limpiar
su proyecto, su programa e incluso a veces su forma de presentarse ante la
sociedad”, comenta García de Cortázar.
“En España
no hay un partido organizado de extrema derecha, y por eso toda está en el PP.
Lo que sería el Lepenismo español está en el PP. Y la gente como Hernando o la
que se toma fotos brazo en alto lo hace porque nadie les frena”, explica Viñas.
Para Casanova, “no es una ultraderecha política organizada, nada similar a
Hungría o Grecia. Pero cuando les tocas la Historia, surge una ultraderecha
clarísima”.
UNA CUESTIÓN DE BANDERAS
Rafael Hernando sí estuvo
atinado en recalcar que ni la bandera franquista ni la republicana son
constitucionales. Efectivamente, no lo son. Pero incluso en esa cuestión hay
espacio para introducir matices. Como recuerda Viñas, esgrimir la disputa sobre
los símbolos de uno u otro lado es “una distracción o un intento de despiste”
que no contribuye a entender mejor la realidad de la época: “La tricolor no es
una bandera anticonstitucional, sino aconstitucional, porque por ejemplo forma
parte de los símbolos de IU, que es un partido constitucional. No es la bandera
oficial de España, por supuesto. Ahora bien, la bandera con el águila sí es la
bandera de un régimen criptofascista”.
No lo ve de la misma
forma García de Cortazar, quien intentan encontrar un justo medio. Sin negar la
existencia de las fotografías de jóvenes conservadores con la bandera
franquista, sí crítica que muchos medios de comunicación no duden ni un segundo
en criticarlas mientras que eluden hacer lo propio “con banderas que
representan la lucha de clases, como la hoz y el martillo. De eso también
habría que acordarse también”.
“¡Allá cada uno con la
bandera que le hace daño!”, prosigue García de Cortazar, para quien lo
realmente preocupante no es el símbolo, sino “lo que puede haber detrás en uno
y en otro lado”.
Eso es, efectivamente, lo
preocupante.
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