6 de abril de 2013
Fraude planetario
EDITORIAL
Fraude
planetario
Una filtración confirma la amplitud
de la evasión practicada a través de paraísos fiscales
La tolerancia de los poderes públicos con los paraísos fiscales ha
quedado de manifiesto, una vez más, al publicarse las primeras informaciones
sobre una filtración masiva de datos referidos a 130.000 evasores fiscales
repartidos a lo largo del mundo, según los medios de comunicación que han
publicado los primeros resultados. Bancos, empresas, políticos y nombres de la
sociedad civil figuran en esos listados, establecidos a partir de 2,5 millones
de documentos robados por antiguos empleados de entidades que trabajan en diez
territorios, como Singapur, Samoa, las islas Cook o las islas Caimán, todos
ellos paraísos fiscales, el último situado bajo la jurisdicción de Reino Unido
—es decir, de un miembro de la UE—.
El monto de los impuestos evadidos se podía haber invertido en empleo,
infraestructuras, salud, educación o investigación, necesidades todas ellas muy
grandes en todas partes, y especialmente en los países afectados por severas
crisis económicas, como ocurre ampliamente en Europa. Los autores de la investigación
sostienen que hay una relación directa entre el enorme volumen de la evasión
fiscal y las causas del aumento del endeudamiento público y privado que atenaza
a estos países. Aunque la lista de evasores se extiende a 170 Estados, son las
democracias avanzadas las más sensibles al fraude cometido a través de
sociedades pantalla que entierran en pequeñas islas los fondos que faltan a los
poderes públicos y, por ende, a los ciudadanos. El fenómeno interpela sobre
todo a los Gobiernos de esas democracias, que se ven prácticamente desasistidas
a la hora de controlar los perniciosos efectos de los paraísos fiscales y la
desestabilización de sus economías.
La revelación de algunas identidades propietarias de esas cuentas ha
comenzado a causar problemas políticos. Por ejemplo, en Francia: porque
Jean-Jacques Augier, que fue el tesorero de la campaña electoral del actual
presidente, François Hollande, es uno de los nombres que figuran entre los
evasores descubiertos por el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación que ha recibido las filtraciones y efectuado las verificaciones
previas a su publicación. Que el tesorero de la campaña se encuentre en esas
circunstancias compromete aún más la situación política de Hollande,
recientemente afectado por el escándalo de su exministro de Hacienda, Jérôme
Cahuzac, conductor de los recortes al presupuesto en su país y defensor de la
política de rigor, a la vez que poseedor de una cuenta en Suiza que se había
permitido negar a lo largo de varios meses.
Los Gobiernos nacionales están afectados, pero la respuesta a un
problema tan grande tiene que ser internacional. En los primeros compases de
esta crisis económica y financiera, los países reunidos bajo el paraguas del
G-20 agitaron la bandera de la lucha contra los paraísos fiscales, sin que
ninguna acción realmente seria se haya llevado a cabo en ese terreno.
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