22 de julio de 2008

El Jemad promete

ABC - 22/07/08

El Jemad promete

D. MARTÍNEZ. MADRID.
En el Patio de Armas del Ministerio y bajo un toldo para defenderse del sol, el general del Aire José Julio Rodríguez Fernández prometió su nuevo cargo de Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad). Ante el crucifijo, la Biblia y la Constitución, se comprometió a actuar con «lealtad», «coherencia», «austeridad» y «liderazgo» para alcanzar el objetivo de modernizar a las Fuerzas Armadas. Sus palabras, algunas en agradecimiento al Gobierno, fueron atentamente seguidas por los nuevos jefes de los estados mayores de los Ejércitos de Tierra, del Aire y de la Armada, los generales Fulgencio Coll y José Jiménez y el almirante Manuel Rebollo, respectivamente, y que, a diferencia del Jemad, juraron sus cargos. Era la ceremonia de relevo de mando en el Ministerio de Defensa presidida por la titular del departamento, Carme Chacón, y que congregó a toda la cúpula militar y ministerial, además de varias autoridades del Estado.
El general del Aire José Julio Rodríguez alcanza la cumbre del Ejército con un «tremendo orgullo» y «una gran satisfacción», y promete defenderla desde «la lealtad y entrega a superiores y subordinados». Entre los «pocos objetivos», como dijo, que marcó en su primer discurso están «seguir la tarea» de sus antecesores, el «trabajo en equipo», en detrimento de la «individualidad», y «crear un entorno en el que sea factible el cambio que nos pide la vertiginosa sociedad en la que vivimos».
Además de las palabras, el general José Julio Rodríguez, de 60 años, protagonizó dos hechos cargados de emoción. El primero, cuando ya retiradas la compañía de honores y la bandera, una de sus hijas, de entre cinco y seis años, corrió hasta estrellarse contra el cuerpo de su padre. El general la levantó, la abrazó y se la comió a besos mientras la pequeña no dejaba de sonreír. La segunda llegó minutos después, en la sesión de fotografías familiares. El Jemad posó junto a su padre, el coronel Rodríguez, de 90 años, que procuró adoptar una posición más marcial que la de su hijo. Al terminar las fotos, el general acarició la cara del coronel con tanto cariño como agradecimiento. De hecho, en su discurso de toma de posesión, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa dedicó las últimas palabras a su padre por haberle transmitido «las virtudes militares».
La ministra Chacón, que en el D7 de ABC se confesó «lectora voraz», comenzó su discurso con Don Quijote -«cada uno es hijo de sus obras»- y lo terminó con el poeta Jorge Manrique -«el muro tiene de valor, las almenas de lealtad». Ambas citas las dirigió al Jemad saliente, el general Félix Sanz Roldán, de quien espera «seguir contando con su consejo sabio y su ayuda leal».
Los retos
Tras destacar la «espléndida preparación» del nuevo Jemad, la ministra señaló los retos de las Fuerzas Armadas: «Avanzar en la integración de los Ejércitos, asumir la innovación como incentivo permanente, reafirmar nuestro compromiso con la paz y la legalidad internacional, y alcanzar así el propósito de hacer que todos los españoles sientan plenamente como suyas nuestras Fuerzas Armadas». Al referirse al Jemad y los Jemes, Carme Chacón afirmó: «Se convierten -os convertís- en el espejo donde todos los militares de España se van mirar».
En su intervención, Sanz Roldán agradeció a la ministra poder despedirse públicamente y dar a los soldados y marineros su última «orden o consejo de un viejo general». Empleó para ello la letra de una canción: «Adelante, por los sueños que nos quedan por cumplir».
Cerrado el acto en el Ministerio, los nuevos mandos de los tres Ejércitos tomaron posesión en sus Cuarteles Generales. El general del Aire José Jiménez Ruiz, tras expresar su «absoluta lealtad» al Rey y al Gobierno, expresó su «confianza» en las capacidades de su Ejército para afrontar los desafíos tecnológicos y cumplir sus misiones, sin olvidar «nunca» los valores de la tradición, la lealtad, el sacrificio y, «por encima de todo», la disciplina. El general de Ejército Fulgencio Coll, que invocó el «orgullo y la vocación de servir a España» de todos los militares, expresó su compromiso «con un Ejército caracterizado por la calidad humana y profesional». El almirante general Manuel Rebollo también destacó sus retos.