1 de octubre de 2009

Israel se frota las manos

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Jueves, 1 de Octubre de 2009

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Israel se frota las manos

REUTERS Jalili, encargado de representar a Irán en la reunión de Ginebra, ayer en el aeropuerto de Teherán
G-5+1, catorce meses de «silencio»
G-5+1
Los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EE.UU., Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania, discuten con Irán el control y seguimiento de su programa nuclear.

Javier Solana
El alto representante de Política Exterior de la UE preside la reunión de hoy, que se celebra en una villa de la localidad de Genthod, a unos 3 kilómetros de Ginebra. Por parte del G-5+1, los «directores políticos» de cada país asisten a la reunión.

Said Jalili
El negociador iraní, Said Jalili (un fiel a Ahmadineyad), debe dar explicaciones a sus interlocutores sobre las razones por las que Teherán ha mantenido en secreto la construcción de una segunda planta de enriquecimiento de combustible nuclear, en los alrededores de Qom.

EE.UU.
La delegación de Washington, dirigida por el subsecretario de Estado William Burns e irritada por la ocultación de la planta de Qom y por la ineficacia de estas reuniones —la última se celebró en julio de 2008—, acude con la exigencia de que Teherán aporte garantías de que su programa es «civil».
LAURA L. CARO | JERUSALÉN
Ni en sus peores pesadillas podría haber imaginado Mahmmud Ahmadineyad que iba a ayudar tanto a Israel, hasta empezar casi a cumplir el sueño del primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, de poner en el centro de la diana internacional su obsesión por Irán. Porque precisamente ahora -cuando por primera vez en 14 meses se reúne en Ginebra el llamado G-5+1 para intentar retomar el diálogo sobre el programa nuclear iraní-, ya todo el planeta sabe que Ahmadineyad ha estado desarrollando en secreto una segunda planta para enriquecer uranio. O lo que es lo mismo, que Israel y su Gobierno tenían razón al advertir de forma persecutoria de que en el programa atómico de los ayatolás también hay fines militares.
Tarde, pero el mundo ha despertado a la verdad, subrayan con satisfacción los altos funcionarios de Tel Aviv, y la orden en privado de Netanyahu, filtrada por el diario Israel «Hayom», es clara: ha llegado el momento de que los super poderosos del planeta «den los pasos para frenar a Teherán». Que sean ellos quienes tomen el testigo y hagan el trabajo. Israel pasa a un segundo plano.
Perfil bajo, es la consigna. Por eso, ninguna voz oficial israelí se ha alzado en una semana para responder a la revelación de la nueva central de Qom. Las amenazas de un ataque contra Irán, que siempre «ha estado sobre la mesa», se han extinguido de repente.
«Ahora no cabe una operación militar, -señala a ABC Efraim Kam, vicedirector del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv y experto en Irán-, es tiempo de incrementar las sanciones y la presión por la vía diplomática». La intención de Netanyahu es demostrar a Obama, -y al frente formado por Reino Unido, Francia y Alemania, China y sobre todo Rusia-, que esto es una tarea de equipo, y que Israel también querría agotar las opciones no bélicas, ahora que Washington ha visto la luz. Pero no todo es sentarse a esperar. Dice el «New York Times» que Netanyahu no para de moverse para lograr su propósito actual: unas «sanciones bestiales» contra Irán.