España está viviendo un 2012 trágico por el fuego con más de 100.000 hectáreas arrasadas por incendios. La superficie calcinada en 2012 supone un 0,37 por ciento de total de la masa forestal española. Si sumamos los porcentajes desde 2003, en los últimos diez años el terreno quemado es el 4,1 por ciento. Todo este fuego ha generado una España calcinada, un paisaje ceniciento que tardará décadas en regenerarse.
Desde comienzos de año hasta el pasado 15 de julio, se habían quemado 89.980 hectáreas de superficie forestal, según los
últimos datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Desde entonces, solo sumando el incendio de La Jonquera (Gerona) ya se superan las 100.000 hectáreas. En siete meses se han quemado más hectáreas que durante el año completo de cualquiera de los cinco anteriores, si exceptuamos 2009.
Los grandes incendios forestales, esto es, los fuegos que han afectado a más de 500 hectáreas, también han aparecido con más frecuencia. Hasta el 15 de julio hubo 17, muy por encima hasta esta fecha que cualquier año durante este siglo; 2009 es el segundo con 10. Un paisaje gris acumulado que tardará décadas en recuperar su verdor.
[El siguiente mapa muestra los grandes incendios forestales, de más de 500 hectáreas afectadas, ocurridos durante 2012. Pincha en cada icono para conocer el lugar donde se inició el fuego, la fecha y el número de hectáreas afectadas. Está actualizado hasta el 28 de julio.]
Recuperación
«La mayor parte de las zonas quemadas recuperan su
función forestal en un tiempo más o menos largo, en función de la severidad del fuego, del suelo, del clima y de las especies afectadas», explica Emilio Chuvieco, catedrático de Geografía de la
Universidad de Alcalá de Henares, con más de veinte años de experiencia en el estudio de incendios forestales. «Un prado tardará un par de años en regenerarse; un matorral, unos diez; un pinar, entre 30 y 40; y un sabinar en torno a 80 o 100 años».
Después de un incendio se retira la leña quemada para evitar la obstrucción de barrancos, y se construyen defensas contra corrimientos de tierra, puesto que se han perdido los árboles que sujetaban el suelo. Luego se estudia la repoblación, bien por regeneración natural o bien repoblación artificial. «Las áreas que no tienen explotación forestal generalmente se regeneran de modo natural. Si la madera quemada tiene valor económico, suele extraerse y, en esas ocasiones, se ayuda a la regeneración natural, plantando especies similares a las quemadas», explica el catedrático Chuvieco.
Regeneración natural
«Mayoritariamente se aplica la regeneración natural, especialmente en los grandes incendios, porque la repoblación artificial sería muy cara y no siempre garantiza el éxito. En pequeños incendios sí se puede realizar una reforestación agresiva», señala Miguel Ángel Hernández, responsable de conservación de
Ecologistas en Acción. «Después de un gran incendio, los políticos declaran que lo van a reforestar todo, pero lo habitual (y lógico) es que estas acciones no son tan agresivas. El dinero se destina mejor a ayudas socioecónomicas», afirma el ecologista.
La reforestación artificial tiene además, según Hernández, el problema añadido de la plantación de especies de crecimiento rápido, como el pino y el eucalipto, con una madera fácil de arder. «En la Comunidad Valenciana el pino es casi un monocultivo forestal. Se reforesta siempre con pino y eso facilita los grandes incendios», el último, el gran fuego de
Cortés de Pallás, con
60.000 hectáreas arrasadas. El área más frecuente en arder, sin embargo, es el noroeste peninsular, especialmente Galicia. Solo el año pasado se quemó el 1,8% de su masa forestal, otra vez más que en ninguna otra comunidad. «El problema es el uso del fuego para generar pastos para el ganado. Muchas de esas llamas se descontrolan. Y luego está la explotación de pinares y eucaliptales. Es un círculo vicioso», argumenta el ecologista.
El catedrático Chuvieco resume una política de acción para evitar desgracias: «La prevencióndebería ir por la línea de mejorar los sistemas de alerta, por mejorar la gestión de los combustibles forestales, y por facilitar una mayor integración entre las actividades recreativas en el monte y las tradicionalmente agrarias».
Mapa de los últimos cinco años
[El siguiente mapa muestra los grandes incendios forestales en España en los últimos cinco años, desde 2007 a 2011. Pincha en cada icono para conocer la localidad donde se inició el fuego, la fecha, el número de hectáreas calcinadas y el origen de la llama.]