15 de mayo de 2008

Bush reafirma en Jerusalén la alianza con Israel frente a un Irán nuclear

El País

Bush reafirma en Jerusalén la alianza con Israel frente a un Irán nuclear

El presidente de EE UU asiste al 60º aniversario de la creación del Estado judío

NAIARA GALARRAGA - Jerusalén - 15/05/2008

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El Estado de Israel celebró ayer su 60º cumpleaños con el invitado que más podía desear. El presidente estadounidense, George W. Bush, viajó a Jerusalén pese a que los avances en las negociaciones de paz palestino-israelíes son, en todo caso, mínimos. Y pese a que el primer ministro hebreo, Ehud Olmert, es investigado, de nuevo, por corrupción. "El objetivo de EE UU es apoyar a nuestro mayor aliado y nuestro mejor amigo en Oriente Próximo. Y, simultáneamente, hablar de un futuro esperanzador", declaró al aterrizar. Bush no viajará a Cisjordania. Verá al presidente palestino, Mahmud Abbas, en Sharm el Sheij (Egipto) este fin de semana.
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Para Bush, Israel es "una democracia que está siendo desafiada por terroristas y extremistas". Y quien esté en esas circunstancias le tendrá a su lado, aseguró tras su reunión con Olmert: "Estaremos con las naciones democráticas contra el terrorismo, estaremos con Israel contra la amenaza existencial de un Irán nuclear, y con el Gobierno de [Fuad] Siniora en Líbano contra Hezbolá, que ha apuntado sus armas a su propia gente". Bush no hizo ninguna referencia al proceso de Annapolis.
La visita a Israel -la segunda en cuatro meses a una región que no pisó hasta su último año de mandato- es para los palestinos una ofensa porque coincide con el aniversario de la fundación del Estado judío. Un acontecimiento que denominan la Nakba (la catástrofe, en árabe), pues significó la huida o expulsión de unos 700.000 palestinos.
La presencia de Bush trajo a Jerusalén un despliegue de seguridad enorme (14.000 policías) e incontables molestias para los vecinos por el cierre del centro al tráfico. Pero ningún cambio en la rutina cotidiana de violencia. Una incursión israelí en Gaza mató a dos civiles palestinos y a dos milicianos. Y un cohete lanzado desde la franja dejó tres israelíes heridos graves, incluidos un niño y un bebé, en un centro comercial de Ashkelon.
Casi seis meses han pasado desde que israelíes y palestinos anunciaron, con Bush como anfitrión en la cumbre de Annapolis (EE UU), el reinicio de las negociaciones de paz tras un parón de siete años. Allí se pusieron un objetivo: intentar firmar un acuerdo para la creación de un Estado palestino. Y también un plazo ambicioso: el fin del mandato del estadounidense, en enero de 2009. Un proceso del que Hamás, el movimiento islamista que controla Gaza desde hace casi un año, está excluido. Las reuniones Olmert-Abbas han sido bastante regulares, pero los avances son hasta ahora nulos o invisibles. Y eso que la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, ha viajado a Jerusalén casi una vez al mes.
Sobre el terreno existen más bien retrocesos. El Gobierno israelí ha aprobado la construcción de miles de viviendas en varios asentamientos judíos en Cisjordania. La última ampliación, anunciada ayer mismo. Bush, no obstante, era optimista hace unos días: "Creo que podemos [alcanzar un acuerdo]. Lo creo de verdad". Su secretaria de Estado, en cambio, dejó entrever cierto escepticismo anteayer: "Puede ser improbable, pero no es imposible". Y aseguró que entre bambalinas se ha progresado más de lo que trasciende. Una idea que comparte Israel pero no los palestinos, que recalcan que aún "existen desacuerdos en todos los asuntos".