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15 de diciembre de 2017

Uno de cada cinco jóvenes manifiesta una posición ideológica extrema

Uno de cada cinco jóvenes manifiesta una posición ideológica extrema

Un 77% confiesa que los políticos no tienen en cuenta sus inquietudes y, según un estudio, se ha incrementado el éxodo hacia posturas radicales

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En los últimos 30 años ha cambiado mucho el panorama político de nuestro país, y la opinión al respecto de los jóvenes de 15 a 24 años, también. En la actualidad se detecta un mayor interés por parte de la juventud en este asunto, aunque todavía un 43% suscribe que «no tiene nada que ver conmigo, ni me afecta», según apunta el informe «Jóvenes españoles entre dos siglos (1985-2017)», presentado ayer en Madrid por la Fundación SM.
Sin embargo, el creciente atractivo por la política «contrasta con su falta de acción –puntualiza el sociólogo Juan María González-Anleo, y también autor de este estudio realizado en colaboración con el Observatorio de la Juventud en Iberoamérica–, en parte motivado porque el 77% cree que los políticos no tienen en cuenta las ideas e inquietudes de los jóvenes. Consideran que buscan antes sus propios intereses, los de su partido, los de las multinacionales, bancos o grandes grupos de presión por encima del bien de los ciudadanos».
Lo que resulta muy llamativo para este sociólogo es que en las últimas tres décadas ha aumentado la cifra de jóvenes con una posición ideológica extrema, de forma que ya son uno de cada cinco los que se confiesan radicales de izquierda o de derecha. «Pese a que aún no puede hablarse de brecha generacional –explica– y que los chicos continúan posicionándose en el centro del espectro político,se ha incrementado el éxodo hacia posturas radicales, pasando del 10% de 1989, al 15,1% actual en el caso de la extrema izquierda. El aumento ha sido más moderado en el de la extrema derecha, que se sitúa en el 2,8% frente al 2,2% de hace 30 años».
La tercera parte de los entrevistados se casaría, pero conviviendo antes con su pareja (32%)
En cuanto a la valoración que realizan sobre las instituciones, solo las organizaciones de voluntariado consiguen generar mucha confianza para el 23% de los jóvenes. Le sigue la Policía (19%), las Fuerzas Armadas (17%), el sistema de enseñanza (15%), las grandes empresas y multinacionales (8%). Sin embargo, pierden considerablemente puntos en esta escala de valores las cortes del Estado, la prensa, la monarquía, el parlamento de su comunidad autónoma y los sindicatos.

La salud, lo primero

Por el contrario, el valor al que conceden mayor importancia en su vida es la salud (en el 84% de los casos). Eso sí, le sigue muy de cerca la familia (80,6%) y a una distancia considerable, (de más de 20 puntos porcentuales) los amigos y el trabajo. Según José Antonio López-Ruiz, sociólogo y coautor de este informe, el hecho de que la familia ocupe un lugar tan relevante es porque para los encuestados se ha convertido en «un gran referente para entender el mundo y encontrar un lugar en él».
Actualmente, la institución familiar es para el 62% de los jóvenes el lugar donde se dicen las cosas más importantes en cuanto a ideas e interpretaciones del mundo, citándola por encima de los amigos, centros educativos, libros o medios de comunicación.
La reciente crisis económica –matiza– ha ayudado a que la institución familiar cobre mayor protagonismo, «puesto que la juventud ha sido testigo de cómo ésta ha dañado a los hogares, y las familias han sabido reaccionar para salir airosa de situaciones muy complicadas. Por este motivo –apunta–, más que sentir directamente la crisis, han vivido resguardados de la misma por la familia, por el superministerio de bienestar dentro de una sociedad que relega en ella esta función, en lugar de ser asumida como algo prioritario por el Estado y las instituciones».
Tres rasgos predominantes definen en la actualidad a la juventud: es consumista, rebelde e independiente
Valoran también otras cualidades que reciben de sus padres: buenos modales, tolerancia y respeto con los demás, sentido de la responsabilidad, honestidad, características todas ellas valoradas también por los jóvenes en 1984, aunque la más citada entonces fue el sentido de la responsabilidad.

Principales discusiones

A pesar de esta valoración tan positiva de la familia, los jóvenes encuestados (un total de 1.250) reconocen que discuten ligeramente más con sus padres que los de hace unos años. «La mitad lo hace con cierta frecuencia por cuestiones relativas a la falta de colaboración en las labores domésticas; algo más del 40% por asuntos referentes a los estudios, y un 39% mantiene conflictos por dinero», explica José Antonio López-Ruiz.
Un dato llamativo que señala el informe es que el trabajo y los estudios de los sondeados no llegan a alcanzar la importancia que podría parecer esencial para la vida futura. Siguen sin ser percibidos como verdaderas alternativas de emancipación. «Ya en el año 2005, y con anterioridad, no se tenían en cuenta como una salida realista, y ahora influye la falta de alternativas profesionales, no solo reales, sino también plenas y con un auténtico valor integral para los jóvenes. Sigue pesando –se insiste en el informe– la idea del Dorado de la construcción y de la hostelería, una de las razones más importantes de las estratosféricas tasas de abandono escolar españolas».
En cuanto a sus perspectivas de futuro para crear una familia, cerca de la tercera parte de los entrevistados se casaría, pero conviviendo antes con su pareja (32%); uno de cada cinco jóvenes afirma que vivirá en pareja sin casarse (20%), mientras que casi un 30% no sabe aún lo que hará. Con respecto al deseo de vivir en pareja sin casarse, se mantiene similar al observado en 2010, en torno al 20% en ambos casos.
Casi en la misma medida, aumenta la cantidad de jóvenes indecisos, que no saben lo que harán y dudan si casarse o no, algo que señalaban el 17% de los encuestados en el año 2005 y alcanza en la actualidad un 29%. «Sin duda –apuntaba José Antonio López-Ruiz–, la crisis económica desempeña un papel determinante para explicar este dato, dado el alto índice de desempleo juvenil y las enormes dificultades con las que se encuentran para la emancipación, que queda retrasada en la mayoría de los casos, hasta pasados los 25 años».
El capítulo religioso sigue ocupando uno de los últimos lugares en la escala de valores de la juventud española, a pesar de que un 40% se define como católico. En comparación con 2010, desciende el número de encuestados que señalan estar de acuerdo con la frase: «soy miembro de la Iglesia católica y pienso continuar siéndolo». Se ha incrementado, incluso, el porcentaje de los que opinan que «incluso sin la Iglesia puedo creer en Dios».

Principales rasgos

Desde la perspectiva histórica que la Fundación SM ha realizado en los diferentes estudios sobre la juventud a lo largo de los últimos 30 años, el último informe que se acaba de presentar destaca tres rasgos predominantes que la definen en la actualidad: es consumista, rebelde e independiente. Además está demasiado preocupada por la imagen que proyecta y es algo egoísta.
Para José Antonio López-Ruiz, los jóvenes no son tan diferentes a sus padres, nacidos en la década de los 80. «Los de entonces tuvieron más distancia con sus progenitores, mientras que los jóvenes de ahora se sienten más cercanos y con mayor libertad. Esa sensación la tienen porque pasan más tiempo solos por la falta de conciliación laboral y familiar y porque sus padres se preocupan de darles esas “alas” que ellos no tuvieron en su juventud».

Fuentes de influencia


Juan María González-Anleo destaca que aunque el informe indica que asuntos como el terrorismo, la violencia de género, causar destrozos en la calle o aceptar un soborno no están justificados, «los jóvenes tienen falta de referentes morales en la sociedad. El problema –concluye este experto– es que los padres, por estar muy ocupados, pasan esta “patata caliente” a los educadores y estos a los medios de comunicación. Al final, sus verdaderas fuentes de influencia son los youtubers, que desgraciadamente, no son un buen referente moral».

27 de noviembre de 2017

El 60% de los votantes del PSC quiere un acuerdo con Ciudadanos y PP

El 60% de los votantes del PSC quiere un acuerdo con Ciudadanos y PP
Ocho de cada diez catalanes quieren encontrar una fórmula de gobierno que restañe las heridas

Periodista de El País. Sección política.

EL PAIS -  Barcelona 27 NOV 2017 - 05:35 BRST

Un lustro largo de proceso independentista en Cataluña ha provocado una sensación de hastío en los catalanes. La constitución de un bloque constitucionalista que pueda gobernar es la opción preferente para el 35% de los catalanes, siendo los del PP los más motivados en este sentido, el 100%. También apuestan por esta vía el 91% de los votantes de Ciudadanos y el 60% de los del PSC.

GRÁFICO: Sondeo sobre la situación política en Cataluña
pulsa en la fotoGRÁFICO: Sondeo sobre la situación política en Cataluña
En los últimos meses han sido muchas las expresiones que han indicado que en Cataluña el proceso independentista ha provocado un deterioro de las relaciones en familias, grupos de amigos y compañeros de trabajo. Aunque los independentistas suelen ser más reacios a admitir esta situación, el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS indica que la voluntad de encontrar una fórmula de gobierno que restañe las heridas alcanza al 80% de los catalanes y es mayoritaria también entre los votantes de los partidos independentistas.

SOLO EL 24% QUIERE SEGUIR CON EL 'PROCÉS'
Pese a que no es seguro que la correlación de fuerzas en el nuevo Parlamento catalán cambie totalmente, la mayoría de catalanes quiere aparcar el proceso independentista que comenzó en 2012 tutelado por el expresidente Artur Mas. Solo el 24% de los encuestados quiere seguir adelante con la estrategia rupturista. Lógicamente no lo quiere el electorado de los partidos constitucionalistas pero también se refleja un gran cansancio entre el independentismo. Continuar con la estrategia de los últimos cinco años solo seduce al 56% de los votantes de la CUP y al 58% de los de Junts per Catalunya, la lista del expresidente Puigdemont. En el caso de ERC los partidarios del procés alcanzan el 63%.

Con todo, es entre los partidarios de las formaciones constitucionalistas donde más se nota ese deseo. Prácticamente todos los votantes de Ciudadanos (99%) y del PSC (96%) creen necesario que se opte por un gobierno cuya prioridad sea restablecer la convivencia. En el otro extremo, aunque también con porcentajes mayoritarios, los votantes de la CUP (58%) y los de Junts per Catalunya o ERC (dos de cada tres) se inclinan por esta fórmula, aunque sin indicar qué partidos deberían formar parte de esta coalición.

Los electores y los partidos catalanes saben que el trabajo que llegará tras las elecciones del 21 de diciembre es volver a poner en marcha un gobierno tras haber sido destituido el que había hasta el 27 de octubre en aplicación del artículo 155 de la Constitución.

La principal novedad de estas elecciones es la gran movilización que se intuye en el bloque constitucionalista. Ello hace que muchos de sus votantes piensen ya en una eventual coalición de Ciudadanos, PSC y Partido Popular. En total defienden esta fórmula de gobierno el 35% de los catalanes, siendo el 100% de los del PP los motivados en este sentido. También apuestan por esta vía el 91% de los votantes de Ciudadanos, mientras que un destacado 60% de votantes del PSC darían apoyo a esta fórmula.

En cualquier caso, la búsqueda de una solución negociada figurará, con fórmulas diversas, tanto en los programas de la nueva marca del PDeCAT, Junts per Catalunya, como de ERC. Y sus votantes avalan mayoritariamente esta vía. Los únicos que se muestran seriamente divididos —al 50%— serían los de la CUP. Todo ello no implica que el independentismo se haya diluido. Pese a caer en intención de voto, un 40% de la población catalana sigue apostando por un gobierno formado por ERC, Junts per Catalunya y la CUP o, en su defecto, por aquellos partidos que quieran seguir adelante con el proceso independentista, sean los que sean (39%).

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La última fórmula de gobierno en grado de preferencia sería un tripartido de la izquierda con Esquerra Republicana, el PSC y Catalunya en Comú, el partido referente de Podemos en Cataluña. Apoyarían esta coalición el 32% de los catalanes. Solo la apoyan de forma mayoritaria (85%) los votantes de Catalunya en Comú y apenas despierta interés en un tercio de los votantes socialistas.

Las expectativas de cambio de estrategia son altas. El 56% de los encuestados considera que gobierne quien gobierne la cuestión territorial se intentará resolver mediante el acuerdo. Lo piensan la mayoría de votantes de fuerzas constitucionalistas, pero también los de Esquerra Republicana (54%), el partido favorito para ganar las próximas elecciones. Los partidarios de la plataforma de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya, y de la CUP, son menos partidarios de esta vía y solo consideran viable un acuerdo el 42%. Evidencia así el estado de ánimo del independentismo el hecho de que solo los votantes de la CUP crean mayoritariamente (54%) que se intentará seguir con el proceso independentista.

Tras meses de decisiones unilaterales por parte del independentismo, también goza de una amplia aceptación popular un eventual gobierno formado por partidos que se centren en buscar una “solución negociada con el Gobierno de España”. Apuestan por esta fórmula todos los votantes de Catalunya en Comú, cuya propuesta estrella ha sido siempre el referéndum pactado, y también una amplísima mayoría de los votantes de PSC, PP y, en menor medida Ciudadanos (75%).

MALA SITUACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA
Con medio gobierno en prisión preventiva por delitos de rebelión, sedición y prevaricación y otros cinco miembros huidos en Bruselas el 80% de los catalanes considera que la situación política solo puede ser valorada como “mala”. Este pesimismo se refleja también en la percepción de la realidad económica de la comunidad. El 54% la considera mala pese a que los indicadores hasta septiembre eran todos positivos.
El 74% del electorado del PSC, el 81% del de Cs y el 83% del PPC definen como mala la situación económica. Y así lo hace también la mayoría (57%/36%) del electorado de Catalunya en Comú.
En cambio —y cabe suponer que como consecuencia de un voluntarismo más o menos consciente pero, en todo caso, inmune a cuanto en este ámbito ha venido sucediendo desde primeros de octubre— siete de cada diez votantes potenciales de ERC, Junts per Catalunya y CUP definen como buena la actual situación económica de Cataluña.

Eso sí, solo el 29% de los votantes cree que se ha informado de forma “suficiente” a los catalanes de las consecuencias que tendría la independencia.


8 de noviembre de 2017

La independencia de Cataluña se convierte en el segundo problema para los españoles

La independencia de Cataluña se convierte en el segundo problema para los españoles
La preocupación se ha disparado del 7,8% de septiembre al 29% de octubre, según el barómetro del CIS


EL PAIS -  Madrid 7 NOV 2017 - 12:57 BRST
 Una estelada frente al Palau de la Generalitat en Barcelona.

Una estelada frente al Palau de la Generalitat en Barcelona. LLUIS GENE AFP
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La independencia de Cataluña se ha convertido en el segundo problema de los tres que más preocupan a los españoles: se ha disparado del 7,8% de septiembre al 29% de octubre, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que se realizó entre los días 2 y 11 de ese mes, tras la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre sobre la independencia de Cataluña. Antes de junio de este año este factor de preocupación, que se empezó a señalar en la encuesta en febrero de 2016, nunca se había colocado por encima del 2%. El primer problema señalado por los encuestados, pese a todo, sigue siendo el paro (66,2%).

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Entre los ciudadanos que votaron en las últimas elecciones generales, celebradas en junio de 2016, los votantes más preocupados por la independencia de Cataluña son los del PP (38,4 %) y los de Convergència Democràtica de Catalunya (37,5%), hoy conocido como PDeCAT y que forma parte de la coalición independentista Junts Pel Sí. En tercer lugar, se sitúan los que votaron a Ciudadanos (34,1%) y a ERC (32,0%). Entre los electores menos preocupados por la independencia están los de En Comú Podem (20%), primera fuerza en Cataluña en 2016, y los del Partido Nacionalista Vasco (15%).

El desafío independentista inquieta particularmente a jubilados y pensionistas (33,3%), pero también a los directivos y altos cargos, tanto del sector público como del privado (30,4%), seguidos por los cargos medios (30,1%). Los menos preocupados son los agricultores (22,2%) y el personal administrativo, comercial y de servicios (24,2%).

La cuestión catalana preocupa más a los hombres (29%) que a las mujeres (27,4%). Por edades, es un asunto del que están más pendientes los mayores de 55 años (31,3% en el tramo de 55 a 64 años y 32,1% en los mayores de 65) y los adultos de entre 35 y 44 años: un 28,4% de estos lo sitúan como uno de los tres principales problemas, frente al 27,2% de los que tienen entre 45 y 54 años. Aunque decae unos puntos entre los más jóvenes, el interés sigue siendo alto entre ellos: 25,8% para los encuestados de entre 25 y 34 años y 26,2% entre los de 18 y 24 años.

Gráfico de los problemas que más afectan a los españoles.
Gráfico de los problemas que más afectan a los españoles. EL PAÍS
El CIS preguntó sobre los tres problemas más importantes para los ciudadanos en los convulsos días que siguieron a la consulta ilegal del 1 de octubre. El día 3, el Rey Felipe VI compareció en un mensaje televisado a la Nación para hablar de la cuestión catalana. Una semana después, el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, declaró la independencia de Cataluña en el Parlament, pero la suspendió justo después con la intención de buscar un diálogo con el Gobierno, según declaró.

La evolución de la situación política en Cataluña ha incidido también en las opiniones de los ciudadanos preguntados por el CIS sobre el modelo de organización territorial de España. Por un lado, han aumentado desde septiembre los que optan por mantener el actual estado de autonomía en las Comunidades (39,2% frente al 36,%). Por el otro, también ha subido el porcentaje de quienes piden que se reconozca el derecho a decidir sobre la independencia de una Comunidad Autónoma (de 9,6% a 10,2%). En paralelo, han disminuido los que quieren más control del Estado central (de un 18,9% a un 17,5%).

Más preocupación por la política y los partidos
En el último año los políticos y los partidos en general nunca habían preocupado tanto a los españoles como ahora. En la última encuesta, la política se ha situado en el cuarto puesto entre los problemas más señalados (27,5%), siete puntos por encima que en septiembre, dos por debajo que hace 12 meses. En cambio el terrorismo internacional, que se había disparado tras los atentados de Barcelona de agosto, ha caído en el último mes de un 15,6% a un 3,7%.

El primero de los tres problemas que más inquietan a los españoles sigue siendo el paro, aunque la preocupación por el desempleo ha bajado tres puntos (de un 69,5 a un 66,2%) con respecto al barómetro del CIS de septiembre. En el tercer puesto está la corrupción, que inquieta a tres de cada diez ciudadanos, mientras que en septiembre preocupaba a cuatro de cada diez. La corrupción nunca había preocupado a los españoles tan poco desde febrero de 2013.

En las fechas en las que se realizó el barómetro, empezó a producirse la salida de decenas de empresas de Cataluña. El día 7 de octubre, la Audiencia Nacional citó para declarar a Josep Trapero, jefe de los Mossos, y a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, líderes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, entidades independentistas, por un presunto delito de sedición relacionado con los acontecimientos del 20 de septiembre.
Ese día miles de manifestantes protestaron por la detención de 14 altos cargos de la Generalitat, acusados de preparar el referéndum, y trataron de impedir una operación de registros de la Guardia Civil en la Consellería de Economía. Sànchez y Cuixart fueron detenidos de forma provisional el día 16 de octubre.