28 de mayo de 2008

El PSOE cree que el crucifijo «está de más» al prometer cargos, pero no lo prohibirá

ABC - 28/05/08

El PSOE cree que el crucifijo «está de más» al prometer cargos, pero no lo prohibirá

M. CALLEJA. MADRID.
El crucifijo que presidía la mesa en la toma de posesión de José Luis Rodríguez Zapatero, y en la de todos sus ministros, en el Palacio de la Zarzuela debió de dejar noqueado a más de uno en la izquierda. Por ejemplo, a Gaspar Llamazares. El coordinador de IU defendió ayer ante el Pleno del Congreso una modificación del protocolo de las ceremonias de acatamiento y promesa o juramento de cargos, para eliminar todo tipo de símbolos religiosos, «como corresponde a un Estado aconfesional».
El de ayer fue uno de esos debates que sirven a los partidos para reafirmarse en sus principios, y poco más. Lo sorprendente fue la postura del PSOE, que hizo auténticos malabarismos para votar en contra de la Proposición No de Ley de IU-ICV, y mostrarse a favor, al mismo tiempo, del fondo del asunto. El Pleno rechazó la propuesta, con 309 votos en contra (PP, PSOE, CiU y CC), nueve a favor (ERC-IU-ICV, BNG, Na-Bai y Rosa Díez) y seis abstenciones (PNV).
El diputado Ramón Jáuregui defendió la postura equilibrista del PSOE. Explicó que su grupo no ve la necesidad de modificar el protocolo del Estado, porque el real decreto que lo regula no habla en ningún lado de los símbolos religiosos. Si hay una cruz y una Biblia es porque lo coloca la Casa del Rey en el lugar donde toman posesión los miembros del Gobierno, y porque cuando se jura -posibilidad que se ofrece junto a la de prometer-, se pone a Dios como testigo. Los socialistas votaron también que no porque deducen que IU pretende prohibir a la Casa del Rey la colocación del crucifijo en la mesa donde los ministros juran o prometen su cargo.
Después del rechazo, llegó la posición auténtica del Grupo Socialista: «En la toma de posesión de los ministros, el crucifijo está de más, pero no haremos una ley para prohibirlo», sostuvo Jáuregui. «Ya hay demasiados signos confesionales en la política», añadió. A su juicio, hay que avanzar en la aconfesionalidad del Estado, pero «sin producir tensiones o rupturas innecesarias».
El PSOE prefiere prácticas «acofensionales naturales y progresivas». Jáuregui lanzó dos preguntas, que se quedaron sin respuesta: «¿Debe imponerse una norma legal o protocolaria para las exequias fúnebres de las víctimas del terrorismo, o las de ex presidentes, como la reciente de Calvo-Sotelo, tienen que ser laicas y no funerales de Estado?». «España es como es», concluyó Jáuregui, quien recordó que los crucifijos han desaparecido de muchísimas aulas, y no ha hecho falta una ley para ello.
Por el PP, Eugenio Nasarre se preguntó qué pensarán millones de españoles al ver qué asuntos cruciales ocupan a los diputados en este inicio de legislatura. «Libertad religiosa, sí; laicidad del Estado, sí, en los términos de la Constitución; continuidad de la realidad histórica de España asumida por la democracia, sí, y sobre todo, concordia en el espíritu del pacto constitucional», resumió.
La nota extravagante la puso el PNV, quien presentó una enmienda para derogar los actos de acatamiento y promesa o juramento de cargos. Quizás tenga que ver que, además de crucifijo, hay una Constitución en la mesa. Ni se votó.
Acuerdos con la Santa Sede
Sus señorías completaron la tarde parlamentaria con otra iniciativa de similar calado. En este caso, el autor era el Bloque Nacionalista Gallego, que pedía revisar y modificar los acuerdos con la Santa Sede, para adecuarlos «al carácter aconfesional del Estado». Estas propuestas siempre suelen ir acompañadas de un guiño al resto de confesiones religiosas. Tampoco falló esta vez. Los nacionalistas pidieron extender las relaciones de cooperación a otras religiones, «según los principios de igualdad de trato y no discriminación».
El Pleno rechazó la proposición no de ley del BNG, que tuvo los votos en contra del PSOE, PP, CiU y PNV. Rosa Díez votó a favor de esta iniciativa. El diputado socialista Jesús Quijano apuntó que la revisión de los acuerdos no está en el programa electoral del PSOE ni en las prioridades del Gobierno, «lo que no quiere decir que estemos cerrados al asunto». De hecho, el PSOE dejó la puerta abierta de par en par al remitirse a la reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. «Este deberá ser el contexto para plantearlo. No adelantemos acontecimientos», advirtió el diputado.
El PP denunció que se pretenda convertir el modelo de «aconfesionalidad cooperativa» recogido en la Constitución por un Estado laico.