23 de mayo de 2008
Moratinos se escuda en la ONU para justificar que no se atacara a los piratas
ABC - 23/05/08
Moratinos se escuda en la ONU para justificar que no se atacara a los piratas
CRUZ MORCILLO
MADRID. «No hubo ataque por un argumento de coherencia: el objetivo del Gobierno era liberar sanos y salvos a los tripulantes del «Playa de Bakio». No podíamos desarrollar un operativo de combate sin cobertura legal de Naciones Unidas». Tras el fin del secuestro del atunero vasco y la consiguiente lluvia de críticas y especulaciones -huida de los piratas, eventual pago de rescate- este fue el único argumento esgrimido por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para justificar que los secuestradores «desaparecieran» pese a tener a la fragata Méndez Núñez pegada a sus espaldas en aguas somalíes. De manera indirecta, apuntó que la actuación de Francia semanas antes con los captores de un velero galo había dado pistas a los piratas sobre cómo actuar y eludir el ataque.
Cinco buques y dos aviones
No obstante, ninguno de los grupos parlamentarios incluidos los tres (PP, PNV y Grupo Mixto) que habían pedido la comparecencia del ministro en el Congreso le otorgaron mayor importancia. Los populares se empecinaron -lo justo- con el pago o no del rescate por parte del Ejecutivo, duda que por supuesto quedó sin despejar, y el resto se contentó con reclamar seguridad para los barcos españoles en esa zona de cara al futuro.
La esperada comparecencia en comisión sobre el «Playa de Bakio» y los siete días de horror que vivieron sus 26 tripulantes se sustanció en el anuncio de Moratinos de que España se ha ofrecido a liderar la fuerza internacional «casi permanente» que previsiblemente se creará en cuanto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte la resolución contra la piratería en Somalia.
Según el titular de Exteriores, esa resolución podría estar lista para el próximo 2 de junio y permitirá que una flota internacional proteja de los piratas a los barcos que navegan y faenan en las peligrosas aguas somalíes. Moratinos se refirió a un mando rotatorio, que podría asumir nuestro país en primer lugar, y consideró que serán precisos al menos un buque de mando, tres patrulleros, un barco de apoyo y dos aviones de patrulla marítima y abordaje. Una comisión interministerial trabaja ya en cuál será la contribución española al dispositivo en el que podría estar interesada la OTAN, según avanzó el ministro.
El titular de Exteriores agradeció el «apoyo, discreción y prudencia» de los grupos parlamentarios durante la crisis y se ufanó del desenlace, un resultado que atribuyó, como hace un mes, «a la diplomacia, el armador y la cooperación internacional, especialmente de EE.UU. y Francia». Ni una palabra respecto de si alguien pagó, cuánto o en qué manera se hizo pese a que el portavoz del PP en la comisión de Exteriores le interrogó dos veces sobre la «presencia, actuación o mediación del Gobierno ante el pago del rescate».
Moratinos dejó claro que el Ejecutivo espera como agua de mayo la resolución de Naciones Unidas, que comenzó a gestarse a raíz del secuestro del atunero y en cuya elaboración España está colaborando estrechamente con Francia y Estados Unidos.
Mientras llega, el Gobierno prepara un plan de de lucha contra la piratería, centrado en el torbellino somalí, pero que podría ir más allá. En ese marco se incluye impulsar una reforma de la legislación penal y procesal para luchar contra esta delincuencia de los mares; determinar cuál será la contribución de nuestro país a la fuerza internacional que velará por los barcos amenazados o ayudar a los países afectados a vigilar sus costas.
Moratinos eludió si hubo o no pago, pero no hará lo mismo el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que tomará declaración los próximos 13 y 20 junio a los trece tripulantes españoles del «Playa de Bakio». El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 se desplazará hasta el País Vasco y Galicia para la toma de declaración. El magistrado investiga un supuesto delito de piratería, competencia de la Audiencia Nacional, así como si se pagó o no un rescate por la liberación.
Moratinos se escuda en la ONU para justificar que no se atacara a los piratas
CRUZ MORCILLO
MADRID. «No hubo ataque por un argumento de coherencia: el objetivo del Gobierno era liberar sanos y salvos a los tripulantes del «Playa de Bakio». No podíamos desarrollar un operativo de combate sin cobertura legal de Naciones Unidas». Tras el fin del secuestro del atunero vasco y la consiguiente lluvia de críticas y especulaciones -huida de los piratas, eventual pago de rescate- este fue el único argumento esgrimido por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para justificar que los secuestradores «desaparecieran» pese a tener a la fragata Méndez Núñez pegada a sus espaldas en aguas somalíes. De manera indirecta, apuntó que la actuación de Francia semanas antes con los captores de un velero galo había dado pistas a los piratas sobre cómo actuar y eludir el ataque.
Cinco buques y dos aviones
No obstante, ninguno de los grupos parlamentarios incluidos los tres (PP, PNV y Grupo Mixto) que habían pedido la comparecencia del ministro en el Congreso le otorgaron mayor importancia. Los populares se empecinaron -lo justo- con el pago o no del rescate por parte del Ejecutivo, duda que por supuesto quedó sin despejar, y el resto se contentó con reclamar seguridad para los barcos españoles en esa zona de cara al futuro.
La esperada comparecencia en comisión sobre el «Playa de Bakio» y los siete días de horror que vivieron sus 26 tripulantes se sustanció en el anuncio de Moratinos de que España se ha ofrecido a liderar la fuerza internacional «casi permanente» que previsiblemente se creará en cuanto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adopte la resolución contra la piratería en Somalia.
Según el titular de Exteriores, esa resolución podría estar lista para el próximo 2 de junio y permitirá que una flota internacional proteja de los piratas a los barcos que navegan y faenan en las peligrosas aguas somalíes. Moratinos se refirió a un mando rotatorio, que podría asumir nuestro país en primer lugar, y consideró que serán precisos al menos un buque de mando, tres patrulleros, un barco de apoyo y dos aviones de patrulla marítima y abordaje. Una comisión interministerial trabaja ya en cuál será la contribución española al dispositivo en el que podría estar interesada la OTAN, según avanzó el ministro.
El titular de Exteriores agradeció el «apoyo, discreción y prudencia» de los grupos parlamentarios durante la crisis y se ufanó del desenlace, un resultado que atribuyó, como hace un mes, «a la diplomacia, el armador y la cooperación internacional, especialmente de EE.UU. y Francia». Ni una palabra respecto de si alguien pagó, cuánto o en qué manera se hizo pese a que el portavoz del PP en la comisión de Exteriores le interrogó dos veces sobre la «presencia, actuación o mediación del Gobierno ante el pago del rescate».
Moratinos dejó claro que el Ejecutivo espera como agua de mayo la resolución de Naciones Unidas, que comenzó a gestarse a raíz del secuestro del atunero y en cuya elaboración España está colaborando estrechamente con Francia y Estados Unidos.
Mientras llega, el Gobierno prepara un plan de de lucha contra la piratería, centrado en el torbellino somalí, pero que podría ir más allá. En ese marco se incluye impulsar una reforma de la legislación penal y procesal para luchar contra esta delincuencia de los mares; determinar cuál será la contribución de nuestro país a la fuerza internacional que velará por los barcos amenazados o ayudar a los países afectados a vigilar sus costas.
Moratinos eludió si hubo o no pago, pero no hará lo mismo el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que tomará declaración los próximos 13 y 20 junio a los trece tripulantes españoles del «Playa de Bakio». El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 se desplazará hasta el País Vasco y Galicia para la toma de declaración. El magistrado investiga un supuesto delito de piratería, competencia de la Audiencia Nacional, así como si se pagó o no un rescate por la liberación.