29 de febrero de 2012

La AUGC denuncia que se exige a guardias civiles ejercer de peluqueros

DEFENSA | En lugar de desarrollar su profesión

La AUGC denuncia que se exige a guardias civiles ejercer de peluqueros

  • La Asociación Unificada de Guardias Civiles recuerda la 'escasez de agentes'
  • Pese a ello, los agentes acaban siendo utilizados para 'otros oficios'
  • Recuerda las 'reducidas promociones' que salen cada año de la academia
  • Sólo alcanzan a cubrir una de cada 10 bajas en el Instituto Armado
  • Ironiza con si el agente que realice 'un trasquilón' será sancionado
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha alertado hoy sobre la «"absoluta estafa»y el despilfarro" de agentes de la Benemérita a los que se les emplea y se les requieren conocimientos teórico-prácticos en peluquería, fontanería y otros oficios.
Desde la AUGC critican en una nota que los agentes sean utilizados para labores de pintores, electricistas, mecánicos y otros oficios, una "esperpéntica situación que choca frontalmente con la escasez de agentes»y que se está incrementado de «forma alarmante» en los últimos años". «
"Por ser necesario para conocimiento del jefe de la UFSP, interesa conocer si existe personal en nuestra unidad con conocimientos teórico-prácticos en peluquería, dichos conocimientos deberán ser acreditados. Solicita máxima difusión entre el personal y contestación antes del 12 de marzo a las 10:00 horas", es el anuncio que la AUGC ha localizado en el Puerto de Barcelona.
Asimismo, han advertido de que la situación se agrava si se tienen en cuenta las reducidas promociones»salidas de la academia, que sólo alcanzan a cubrir una de cada 10 bajas producidas en el cuerpo.
De esta forma, consideran que el director general de la Guardia Civil«debe tomar cartas en el asunto para "acabar de una vez por todas con esta anacrónica situación".

'Trasquilón al mando de turno'

Irónicamente, se preguntan si se aplicará el Régimen Disciplinario Militar al agente que realice "un trasquilón al mando de turno".
Ante esta "increíble" situación, recuerdan que en España "estamos sufriendo duros recortes como consecuencia de la grave crisis económica", por la que numerosos peluqueros "estarían encantados de poder optar a un puesto de trabajo para el que han sido formados".

Los obispos piden rechazar el aborto y la eutanasia

MANIFIESTO ANTE LAS ELECCIONES ANDALUZAS

Los obispos piden rechazar el aborto y 

la eutanasia

EUROPA PRESS 29/02/2012
 Los Obispos de las diócesis de Andalucía han emitido este miércoles una nota titulada 'Ante las Elecciones al Parlamento Andaluz' en la que piden, como "orientaciones" generales a los católicos y "a cuantos quieran escucharnos", que se "rechace el aborto y la eutanasia" y se defienda el matrimonio como "unión estable de un varón y una mujer" a la hora de ejercer el voto en los comicios autonómicos del próximo 25 de marzo.
   En esta nota, los obispos andaluces llaman la atención sobre la importancia de "participar responsablemente" en estas elecciones y de "cumplir con el deber moral que todo ciudadano tiene en la búsqueda y afianzamiento del bien común de la sociedad en todo momento". Con esta intención, según justifican en su escrito, ofrecen unas "orientaciones sin otra pretensión que ofrecer elementos morales de juicio a la hora de decidir el voto, del cual depende la consecución del bien común de la sociedad, fundado en los derechos fundamentales de las personas y grupos sociales".
   Entre esas recomendaciones se incluyen las de "discernir en los programas de los partidos la garantía del derecho a la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural", es decir, rechazar "el aborto, la eutanasia y el abandono de los ancianos, sin olvidar el apoyo a las mujeres que viven la espera de un hijo en situaciones difíciles"; o la de proteger "legal y económicamente el matrimonio como institución social, fundado en la unión estable de un varón y una mujer, y de la familia como ámbito natural de la crianza y educación de los hijos". "Esto supone la promoción del trabajo y de la vivienda, así como la puesta en práctica de un programa de inserción laboral de los jóvenes en la sociedad, de especial urgencia en la situación social actual de crisis económica", explican los obispos.
   Mención especial hacen también de la educación, para la que defienden "la libertad de enseñanza y el derecho a la educación religiosa según las propias convicciones morales y religiosas de los padres, prevista en la Constitución". Según los obispos, "hoy es particularmente necesario promover una educación que valore el aprendizaje y la formación humana mediante el esfuerzo y la disciplina, que promueva la búsqueda y el conocimiento de la verdad, así como los valores morales en los que se funda una vida honrada y la convivencia pacífica, y las virtudes que la hacen posible".

CONTRA LA "MENTALIDAD DE LA SUBVENCIÓN"

   En otro orden de cosas, los responsables de las diócesis de Andalucía reflexionan sobre "el momento histórico" actual y que, a su juicio, obliga "a todos a construir una vida social más justa y pacífica", basada en la necesidad de "promover la estima del trabajo y del sacrificio como medio justo decrecimiento personal y colectivo para el logro del bienestar", frente a "la mentalidad tan extendida del derecho a la dádiva y de la subvención".
   Asimismo, defienden que, "frente a la corrupción y la mentira, urge promover la honradez, el respeto a la ley y la fidelidad a la palabra dada" y "frente al consumismo desmedido, es preciso potenciar el sentido de la realidad y de la austeridad". En esta misma línea, añaden que "frente a la fragmentación y confrontación social, se ha de promover el valor humano y social de la reconciliación, el diálogo y la amistad entre las personas, aun cuando no compartan la misma concepción del ordenamiento social".
   Los obispos también consideran que, debido a la crisis económica y financiera, todos los ciudadanos --"electores y elegidos"-- deben tener "una gran altura de miras más allá de los intereses de partido" y no "escatimar esfuerzos que abran un camino de progreso y esperanza para las nuevas generaciones". Este nuevo camino debe basarse en "la defensa y la ayuda a los sectores más débiles de nuestra sociedad", así como en la promoción de "condiciones que hagan posible la productividad, la creación de nuevos puestos de trabajo sin soslayar el sentido de la justicia y de la solidaridad en la contratación laboral". "Del mismo modo, es urgente la promoción de una opinión pública y una legislación respetuosa con la dignidad de los emigrantes", agregan.
   Por último, los obispos andaluces recuerdan que, a través del voto emitido "con inteligencia, libertad y responsabilidad" se puede edificar "una sociedad más justa y pacífica" y que, por tanto, se debe elegir a los candidatos que "puedan afrontar y resolver mejor los problemas actuales de nuestra sociedad". "Competencia y responsabilidad moral son factores que generan la necesaria confianza de los ciudadanos en quienes han de desempeñar las funciones de gobierno", concluyen.

El alumno maduro cambia el paisaje de la Universidad

El alumno maduro cambia el paisaje de la Universidad

Los estudiantes mayores de 30 años se duplican en la última década

Suelen trabajar y aportan más diversidad socioeconómica a los campus

Ángel Martínez, de 45 años, estudia en la Universidad de Salamanca. / DAVID ARRANZ
A los 17 años, antes de empezar siquiera el bachillerato, Scherezade Peñil dejó los estudios y empezó a trabajar. Fueron una serie de circunstancias personales las que le empujaron en esa dirección. “Tenía que ganarme la vida”, cuenta por teléfono. Fueron pasando los años y Scherezade encadenó todo tipo de empleos: en hostelería, en tiendas de ropa, como azafata de congresos… “Cosas que no tenían ningún futuro y, como asomaba ya la crisis, pensé que lo mejor era prepararme”. Así es como decidió, con 29 años, estudiar para las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 y empezar una carrera. Ahora, a punto de cumplir 32, está en segundo curso de Estudios Hispánicos en la Universidad Autónoma de Madrid, encantada con su decisión, aunque no siempre es fácil, pues lo de ganarse la vida es una necesidad que no desaparece.
Scherezade es una de esas personas que cada vez más están cambiando el paisaje universitario español. En el curso 2000 -2001, el 9,5% de los estudiantes universitarios de licenciaturas y diplomaturas tenía más de 30 años; 10 años después, el porcentaje es del 18,5%, casi el doble, según el último Datos y Cifras de la enseñanza universitaria del Ministerio de Educación. Y no se trata solo de que los alumnos alarguen tanto la consecución de sus estudios, sino de un número creciente de “estudiantes maduros”, como les llama la investigadora valenciana Inés Soler en el reciente trabajo ¿Universidad sin clases? Condiciones de vida de los estudiantes universitarios en España. Estos estudiantes han retomado los libros tras una etapa alejados de ellos, proceden en mayor medida de un entorno familiar con menor nivel educativo y suelen compaginar estudios y trabajo.
“Entre los hijos de padres con niveles educativos universitarios, el 70,4% tiene menos de 24 años. En el otro extremo, el de los hijos de padres que no han continuado tras la educación obligatoria, el 45,8% tiene más de 25”, continúa el estudio. “Es posible que muchos de los estudiantes procedentes de entornos sociales desfavorecidos hayan accedido a la Universidad más tarde que el resto, cuando ya eran personas independientes económicamente de sus padres. Una transición retrasada de este colectivo explicaría la diferencia de edad. Otro posible motivo es que los estudiantes de origen humilde se hayan visto obligados a trabajar en mayor medida que el resto, dedicándose con menor intensidad al estudio y alargando así los años de carrera universitaria”.
El 56% de los universitarios de más edad está en campus presenciales
Para ilustrar este último camino puede servir la historia de Alejandro Anuar, de 30 años. De origen sirio, criado en Madrid pero vecino de Valencia desde hace 15 años, lleva trabajando desde los 16. “En mi casa era al revés que en las demás: si no aprobaba, no me dejaban trabajar en verano”. Estudió un ciclo de FP de grado medio, luego otro de grado superior y, en 2006, empezó en la Politécnica de Valencia la Ingeniería Técnica Industrial que ahora está a punto de terminar. Y siempre trabajando: en hostelería, como técnico de mantenimiento y, ahora, con su propia empresa de organización de eventos.
Así, estos estudiantes maduros son los que aportan mayor diversidad socioeconómica en unos campus que aún tienen camino por recorrer hacia la tan buscada equidad. Si bien la igualdad en el acceso ha mejorado enormemente en los últimos 30 años, lo cierto es que los hijos de las personas con menor formación aún están infrarrepresentados en los campus españoles: son algo más de la mitad de la población española, pero solo el 35% de los universitarios.
Muchos estudiantes mayores de 30 años, más de 70.000, eligen la opción de estudiar a distancia, sobre todo en la UNED, pero muchos otros, casi 93.000, están en las universidades presenciales, bien porque no encuentran a distancia las opciones o las carreras que buscan (este tipo de enseñanza requiere una disciplina especial), o simplemente porque quieren experimentar la vida de los campus.
Las facultades están muy enfocadas al joven recién salido del instituto
Pero estos campus, a pesar de algunos esfuerzos de adaptación al nuevo paisaje y a la nueva máxima de Universidad para toda la vida, siguen estructurados para atender sobre todo a un alumnado más joven, que llega del instituto. Para ellos, aunque con niveles de entusiasmo y dedicación diferentes, la tarea principal es la de ser estudiantes. Así lo explica el catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia Antonio Ariño, que firma el análisis que acompaña a este texto. Ariño ha dirigido junto a Ramón Llopis el trabajo sobre las condiciones de vida de los estudiantes citado más arriba, como parte del proyecto Eurostudent, que tiene como objetivo recopilar todo tipo de información sobre los universitarios europeos.
La estudiante Scherezade Peñil conoce las opciones que dan las universidades para matricularse a tiempo parcial, destinadas a alumnos que estudian y trabajan a la vez, pero no le sirven, asegura. “No me interesa, no me merece la pena estar ocho años haciendo la carrera”. Cuenta que prefiere tener trabajos a media jornada, aunque gane poco, y compaginarlos lo mejor que pueda con la carrera. Ahora está cobrando el desempleo, pero antes, cuando ha estado trabajando, se ha ido apañando con cada profesor. “Depende de cada uno, los hay que son muy estrictos con la asistencia, dicen que las normas son así y que no hay excepciones; otros, sin embargo, son más flexibles”, cuenta. En general, la recién estrenada reforma universitaria para adaptar los estudios a Europa (el plan Bolonia) impone una mayor presencia en las aulas.
Además, el número de plazas en primer curso a las que se puede acceder por la vía de los exámenes de acceso para mayores de 25 y 45 años a veces se queda corta. Por ejemplo, Scherezade cuenta que su idea en principio era cursar Estudios de Asia y África, pero no lo consiguió: solo había una plaza en esa carrera por la que tenían que competir los alumnos del examen para mayores de 25. En la última década, el número de alumnos que llega a los campus por estas vías se ha cuadruplicado: ha pasado de 8.596 en 2001 a 25.973 en 2011, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El acceso para estudiantes
mayores de 25 años se ha
cuadriplicado desde 2001
Los especialistas explican que es muy difícil aventurar cómo está impactando ahora mismo la crisis económica en ese nuevo paisaje universitario, pero creen que puede crecer ese perfil de estudiantes de más de 30 que sienten la necesidad de reciclarse. Y para ese colectivo será fundamental mantener e, incluso, reforzar y flexibilizar la política de becas y ayudas, dice María José Romero, vicepresidenta del Consejo de Estudiantes Universitario del Estado.
Una de las principales críticas que han hecho los estudiantes al recienteanuncio del ministro de Educación, José Ignacio Wert, sobre becas —quiere endurecer los criterios académicos para obtener y mantener una beca universitaria— es que los más perjudicados serán los alumnos que estudian y trabajan a la vez. Más aún, cuando la cuantía de las becas en muchas ocasiones no llega a cubrir realmente las necesidades, con lo cual los beneficiarios se ven abocados a tener que trabajar igualmente.
Ángel Martínez Sánchez, de 45 años, no trabaja —tuvo que dejarlo hace cinco años por una enfermedad que le afecta a la rodilla—, pero es gracias a las becas como puede estudiar Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca, pues su pensión de algo más de 900 euros le llega a duras penas a él, a su pareja y a sus dos hijos. Su familia vive en Valladolid y él tiene alquilada una habitación en Salamanca, donde pasa de lunes a viernes.
“Las oportunidades ahora son peores”, dice un informático
de vuelta a las aulas
Martínez estudió FP de electricidad en la adolescencia y, desde los 18 años, trabajó de electricista, de instalador de suelos, de fontanero, en el campo... Pero siempre le gustó estudiar inglés, y se le da bien, asegura. Así que cuando dejó de trabajar, decidió prepararse las pruebas para mayores de 25. Ahora, a punto de terminar la carrera, su objetivo, su ilusión, es trabajar como intérprete para Naciones Unidas. “Lo voy a intentar”, cuenta por teléfono.
Los perfiles universitarios se multiplican según los alumnos van teniendo más años. A partir de los 40 o 45 (ahora hay pruebas de acceso específicas para estas edades) hay muchas personas que vuelven a la Universidad sin expectativas profesionales, para sacarse la espinita clavada de no haberlo hecho cuando eran jóvenes, cuenta Margarita Barañano, exvicerrectora de Estudiantes de la Complutense de Madrid.
“Toda esa diversidad es una riqueza que hay que cuidar como un beneficio y no como un coste”, dice Barañano, que habla de un “proceso de segundas oportunidades” que debe ofrecer la Universidad y que es precisamente el camino al que apuntan las universidades europeas. “Creo que la adaptación, básicamente, se ha hecho con modelos semipresenciales, a distancia...”, asegura. Pero admite que quizá se ha hecho más con los másteres, en los que casi uno de cada tres alumnos tiene más de 30 años, y un 9,2% tiene más de 40.
Casi uno de cada tres alumnos de máster tiene más de 30 años
David Sánchez, de 28 años, cuenta que ha elegido una universidad privada —la Pontificia de Salamanca, que le cuesta 5.000 euros— para encontrar una opción semipresencial —acude a clase los fines de semana— que le permita terminar Ingeniería Informática. Sánchez estudió una FP superior de Desarrollo de Aplicaciones Informáticas y, cuando terminó, se matriculó en la Ingeniería Técnica Informática (las antiguas carreras cortas de tres años). A mitad de los estudios, los interrumpió para aprovechar una beca de un año en Bruselas, pero al volver tenía claro que debía terminar la titulación antes de buscar en el mercado laboral. Ahora “que las oportunidades de trabajo de informático no son tan buenas, y las condiciones que ofrecen son peores”, ha decidido cursar el año que le falta para conseguir el título de grado (las nuevas licenciaturas adaptadas al plan Bolonia). Eso sí, en el modelo semipresencial que le ofrece una privada.

Mucho más que una dación en pago

Mucho más que una dación en pago

La resolución del conflicto de esta pareja tiene una importante carga simbólica

Ejemplifica cómo han cambiado las cosas desde que se inició la lucha contra los desahucios

Concentración ante la puerta de Yheinmy Pérez para evitar su desahucio. / EFE
Todo empezó con una llamada a las dos y media de la tarde por parte de la entidad bancaria y la negociación se alargó hasta cerca de las nueve de la noche, horas antes del segundo lanzamiento previsto para Anuar Jalil, originario de Líbano, y Tatyana Roeva, de Bulgaria, la pareja que hace ocho meses —el 15 de junio de 2011— dio el pistoletazo de salida al movimiento contra los desahucios en Madrid. El piso, que adquirieron en 2006, está en el barrio de Tetuán y consiste en un dúplex de 50 metros cuadrados (abajo están el salón y la cocina, diminuta; arriba, el dormitorio y el baño) que se tasó en 250.000 euros. BBVA les concedió entonces un crédito por el 100% del valor de tasación.
La entidad ofreció anoche a la pareja la condonación de toda la deuda pendiente, 269.000 euros, siempre que abandonaran la vivienda hoy mismo. El abogado de la pareja, Rafael Mayoral, aceptó pero pidió que aplazaran la entrega de llaves dos meses, “hasta que puedan buscarse una alternativa, porque ahora mismo no tienen dónde ir”, o que les permitesen quedarse a cambio de un “alquiler social”. La entidad respondió ofreciéndose a pagarles la cantidad equivalente a dos meses de alquiler en otro piso distinto y de características similares. Tras encontrar gracias al boca a boca entre los simpatizantes que ayer les acompañaron una vivienda de alquiler a la que mudarse, la pareja aceptó. Entregarán hoy mismo en los juzgados las llaves del piso.
En la rocambolesca negociación de ayer con Anuar y Tatyana dos cosas quedaron claras: la entidad bancaria estaba dispuesta a echar los restos para evitar la previsible y mediática escena de activistas y afectados enfrentándose a la comisión judicial y lanzando consignas críticas. Pero tampoco iba a permitir que la pareja permaneciera más en un piso que pertenece al BBVA desde hace 30 meses. Anuar y Tatyana, por su parte, no estaban dispuestos a marcharse de la vivienda sin tener un sitio en el que meterse.
Más allá de este caso, lo sucedido tiene una importante carga simbólica. Mucho han cambiado las cosas en los ocho meses transcurridos desde que la pareja pidió ayuda para frenar su desalojo. Tanto por el lado de los afectados como por el de las entidades bancarias. Tatyana y Anuar, que empezaron su lucha como afectados, se han convertido en activistas y líderes del movimiento. Lejos ha quedado la Tatyana nerviosa, tímida y escurridiza con los medios. Ahora la búlgura ejerce de psicóloga de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), atiende a los afectados más deprimidos y ejerce de mediadora en los desahucios. Raro es al que falla.
También ha cambiado la actitud de las entidades bancarias, que en algunos casos están reaccionando ante la alarma social, la indignación y la solidaridad que los desahucios han despertado en la sociedad. En la PAH Madrid lo han notado: en el último mes al menos tres familias afectadas han logrado que la entidad les permita permanecer en el piso a cambio de un alquiler. Hace dos días, el propio presidente del BBVA, Francisco González, afirmaba en una entrevista a EL PAÍS que la entidad “aceptará” el código de buena conducta que ha propuesto el ministro de Economía, Luis de Guindos, para minimizar el impacto de los desahucios en las familias más desfavorecidas. “(...) Somos partidarios de buscar salidas correctas y asumibles para todos. El sector financiero está dispuesto a correr con parte del gasto porque es de justicia, pero hay que evitar que alguien que pueda pagar no lo haga”, dijo.
Hoy a las nueve y media, el abogado de la pareja ha entregado las llaves del piso de la Calle Naranjo a la entidad bancaria. Tatyana Roevo, por su parte, ha asistido, como casi todas las semanas desde hace medio año, a un nuevo desahucio, esta vez en la calle Vicenta Villegas, en el barrio de Lucero, para frenar -casualidades- un desalojo también del BBVA y que en esta ocasión afecta a Yheinmy Pérez. Según la PAH, esta inmigrante vive con su madre y carece de ingresos. Su deuda es de 193.000 euros y no puede afrontar las cuotas de su hipoteca. Unas 150 personas se han concentrado ante la vivienda para evitar su desalojo, con un coche de la policía municipal en las inmediaciones. Los activistas han logrado con su presencia paralizar el desahucio durante 15 días, hasta el 14 de marzo.