Miles de ciudadanos secundan la llamada de los ayuntamientos a la repulsa del terror
J. A. MADRID.
Miles de ciudadanos salieron ayer a las calles del conjunto de la geografía española para condenar con su silencio el asesinato del guardia civil Juan Manuel Piñuel, perpetrado por la banda terrorista ETA. Las concentraciones de repulsa, que habían sido convocadas la víspera por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), se celebraron a las puertas de la totalidad de ayuntamientos.
Especial emoción registraron las de Legutiano y Málaga, aunque también fueron significativas las de Madrid o Mondragón, localidad donde el pasado día 6 de marzo ETA mató a tiros al ex concejal socialista Isaías Carrasco. Numerosos ciudadanos, entre los que se encontraba el consejero de Justicia del País Vasco, Joseba Azkarraga, se congregaron ante la casa consistorial de Legutiano y guardaron quince minutos de silencio para expresar su rechazo a la última barbarie terrorista. El alcalde del municipio alavés, Pedro Berriozabal (EA), señaló que los vecinos del pueblo «están consternados» y destacó que la respuesta del Ayuntamiento (lo componen EA, PNV y PSOE) ha sido «unánime y total».
No muy lejos de allí, en Mondragón (Guipúzcoa), fueron unos pocos los que no quisieron amilanarse ante la amenaza del entramado proetarra y salieron a mostrar su indignación delante del Consistorio, cuya primera edil, Inocencia Galparsoro (ANV), se encuentra en prisión por «contribuir a los fines de ETA». Ese gesto de valientes, que atendieron la llamada de la FEMP, chocaba con la imagen de otros vecinos del pueblo que habían preferido permanecer sentados en las terrazas de la plaza.
Rechazo de la resolución
En la madrileña de Cibeles, medio millar de personas se congregaron con banderas de España y pancartas donde podía leerse: «¡Unidos, ETA no!». El silencio fue interrumpido en algunos momentos con voces a favor de la cadena perpetua y el rechazo por parte de todos los grupos parlamentarios del aval para la negociación con ETA si abandonaba las armas. Una resolución aprobada -pese al rechazo del PP- en la anterior legislatura. Al acto asistieron, además del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón y otros miembros de la corporación municipal, el líder del PP, Mariano Rajoy, y la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor. Por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid, asistió su portavoz, Ignacio González. Al término de los cinco minutos de silencio, la multitud rompió con un enorme aplauso y con gritos de «¡Viva España!» y «¡Viva la Guardia Civil!».
En ese momento, el presidente del PP se dirigió a la prensa para apelar a la unidad de todos los partidos contra el terrorismo y reiteró su ofrecimiento al Ejecutivo socialista con el objetivo de colaborar en la derrota de la banda. No obstante, resaltó que en ese escenario «no se debe producir ninguna negociación política con ETA». «Esta batalla la van a ganar los que tienen que ganarla, que es la inmensa mayoría de los españoles, para recuperar la libertad en el País Vasco y en toda España», añadió.
Asimismo, más de un centenar de personas se congregaron ayer en Málaga, donde dada la vinculación del agente con esta ciudad en la que viven su viuda y su hijo y en cuyo Ayuntamiento trabajan como funcionarios tres familiares suyos, el Consistorio ya convocó el día de la tragedia una concentración silenciosa. El regidor Francisco de la Torre (PP) afirmó que «el pueblo español ha reaccionado frente al asesinato de Juan Manuel Piñuel de una manera solidaria, conjunta y mostrando el rechazo y la condena de todo español bien nacido a este crimen».
Una multitudinaria condena del terror que también se escenificó en otras ciudades españolas como Barcelona, Sevilla, Valladolid o Valencia. En la capital levantina, el mensaje fue contundente por quienes compartieron región con el agente cuando estuvo destinado seis años en la localidad vecina de de Llombai. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, subrayó que en la lucha contra la banda terrorista ETA «no cabe ni una sola ambigüedad».