27 de mayo de 2008
España defiende su tesis de no suprimir totalmente las bombas de racimo
ABC - 27/05/08
España defiende su tesis de no suprimir totalmente las bombas de racimo
EFE. DUBLÍN.
El Gobierno español aseguró ayer en Dublín que su oposición a un tratado internacional que prohíba totalmente el uso, fabricación y almacenamiento de bombas de racimo no está condicionada por los intereses de la industria armamentística.
«Un buen tratado debe incluir excepciones a la prohibición total que estén claramente reguladas e inspiradas por preocupaciones humanitarias, no por preocupaciones de carácter militar o industrial», explicó Ignacio Sánchez de Lerín, subdirector general de No Proliferación y Desarme en el Ministerio español de Asuntos Exteriores. Sánchez de Lerín encabeza la delegación que, desde el pasado 19 de mayo, negocia en Dublín, junto a otros 108 países y más de 200 Organizaciones No Gubernamentales (ONG), la redacción de un texto que ponga fin al uso, fabricación, distribución y almacenamiento de este tipo de municiones.
Según fuentes próximas a las conversaciones, el tratado final, que será presentado este viernes, podría incluir excepciones que, de momento, son inaceptables para algunos Gobiernos y para las ONG agrupadas en torno a la llamada Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC).
España defiende su tesis de no suprimir totalmente las bombas de racimo
EFE. DUBLÍN.
El Gobierno español aseguró ayer en Dublín que su oposición a un tratado internacional que prohíba totalmente el uso, fabricación y almacenamiento de bombas de racimo no está condicionada por los intereses de la industria armamentística.
«Un buen tratado debe incluir excepciones a la prohibición total que estén claramente reguladas e inspiradas por preocupaciones humanitarias, no por preocupaciones de carácter militar o industrial», explicó Ignacio Sánchez de Lerín, subdirector general de No Proliferación y Desarme en el Ministerio español de Asuntos Exteriores. Sánchez de Lerín encabeza la delegación que, desde el pasado 19 de mayo, negocia en Dublín, junto a otros 108 países y más de 200 Organizaciones No Gubernamentales (ONG), la redacción de un texto que ponga fin al uso, fabricación, distribución y almacenamiento de este tipo de municiones.
Según fuentes próximas a las conversaciones, el tratado final, que será presentado este viernes, podría incluir excepciones que, de momento, son inaceptables para algunos Gobiernos y para las ONG agrupadas en torno a la llamada Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC).