8 de julio de 2008
Zapatero ampliará el aborto, retirará los crucifijos y regulará los cuidados paliativos
ABC - 8/7/2008
Zapatero ampliará el aborto, retirará los crucifijos y regulará los cuidados paliativos
GABRIEL SANZ. MADRID
José Luis Rodríguez Zapatero compareció ayer por sorpresa tras la primera reunión de la nueva Ejecutiva Federal del PSOE y confirmó que las propuestas aprobadas en el 37 Congreso Federal del partido se llevarán a cabo en esta legislatura: ampliación del aborto, regulación legal del «testamento vital» y de los cuidados paliativos a enfermos terminales en toda España, y retirada progresiva de crucifijos y todo tipo de símbolos religiosos de edificios públicos y actos oficiales. El presidente del Gobierno no puso plazos a esas reformas, pero sí aclaró que «empezaremos» por lograr los acuerdos con los países de origen para que puedan votar los inmigrantes en las elecciones municipales de 2011.
Rodríguez Zapatero se mostró especialmente esquivo en las respuestas sobre aborto. Contestó un lacónico «sí» cuando se le preguntó si iba a desarrollarlo en esta legislatura. En concreto, sobre la ley de plazos, objeto de numerosas preguntas porque anteayer lo silenció en su discurso de clausura del 37 Congreso, pidió que no haya «impaciencias» y afirmó que la reforma se conocerá «en breve». «Lo tendrán que anunciar los que tienen la responsabilidad en la materia», recalcó el jefe del Gobierno, informado, según dijeron a ABC fuentes próximas al Ejecutivo, de que el Tribunal Constitucional podría «tumbar» una Ley de Plazos si sigue la doctrina que estableció al sancionar la actual ley (1985).
Además, Zapatero sabe que la reforma genera controversia, de fondo, dentro del propio PSOE, como ayer quedó demostrado. El presidente del partido, Manuel Chaves, defendió en una emisora de radio «abrir un debate social para alcanzar un consenso político, social y cívico», mientras la secretaria de Relaciones Internacionales, Elena Valenciano, decía en otra que «aun sin consenso con el PP se hará la ley (de plazos)».
Lo cierto es que la ponencia marco es una solución de compromiso entre las tres tendencias en que está dividido el partido: una minoría católica que no quiere mover nada, y los que, sin estar en contra de la reforma, no la quieren si cuesta más enfrentamiento con el PP. Este segundo es el grupo de Chaves, que quiere cambiar la norma para garantizar seguridad a las gestantes (evitar que sus nombres salgan a la luz, como en el proceso contra el doctor Morín) pero desconfía de que una Ley de plazos suponga una mejora real; y además sabe las dificultades que tendrá que sortear el proyecto en el TC (en este grupo se encuentra la vicepresidenta De la Vega). Y, finalmente, el tercero: buena parte de las asociaciones feministas y mujeres del PSOE, que defienden la tesis de Valenciano.
Locuacidad en inmigración
Ayer, Zapatero optó por salir arremetiendo contra Rajoy por haber tildado de «radicales» las reformas que pretende el PSOE. A su juicio, Rajoy confunde democracia y extensión de derechos con «radicalismo». Su laconismo en ese tema quedó más en evidencia al explayarse cuando fue preguntado si la inclusión de una dominicana, Bernarda Jiménez, como nueva secretaria de Integración, y la extensión del voto, tras haber aceptado la directiva europea sobre inmigración, puede considerarse una política de «garrota y zanahoria» hacia ese colectivo.
«Siempre puede haber más papistas que el Papa», dijo Zapatero, quien defendió que el PSOE es el partido que ha fomentado más la inclusión y ha sido más respetuoso con los derechos fundamentales y la dignidad de los inmigrantes «que ningún otro Gobierno». Precisó que él no habría hecho la directiva europea en su literalidad actual, pero dijo que mejora las condiciones de los inmigrantes en muchos países y «no empeora las condiciones en ningún país». «Por eso, la consideró un avance».
Zapatero aprovechó para hacer balance del 37 Congreso, señalando que ve a su partido «fuerte» y que la inclusión en la nueva Ejecutiva de jóvenes -Eduardo Madina- o el ascenso en la misma de los también jóvenes Leire Pajín, secretaria de Organización, o de Antonio Hernando, secretario de Política Municipal, demuestra que hay una «brillantísima cantera y una permanente actitud de renovación, de incorporación de vitalidad, de nuevos esfuerzos y aportaciones que, sin duda, le hacen más fuerte».
En la línea del discurso final que pronunciara el día anterior, en el sentido de que quien no reconozca la España plural no gobernará, Zapatero volvió a presentar al PSOE como «el gran partido de la cohesión» de la «España plural», que «es la real». El líder socialista afirmó que el partido trabaja por «integrar todas las lenguas e identidades», y «eso es un activo de confianza, de seguridad para los españoles vivan donde vivan y tengan la identidad que tengan».
Por último, José Luis Rodríguez Zapatero fue preguntado por un posible cambio de política en relación a los trasvases, con la inclusión en la ponencia de las «transferencias entre cuencas» socialmente aceptadas, y dijo que no ha cambiado «ni una coma» de lo que ha venido siendo su política.
Zapatero ampliará el aborto, retirará los crucifijos y regulará los cuidados paliativos
GABRIEL SANZ. MADRID
José Luis Rodríguez Zapatero compareció ayer por sorpresa tras la primera reunión de la nueva Ejecutiva Federal del PSOE y confirmó que las propuestas aprobadas en el 37 Congreso Federal del partido se llevarán a cabo en esta legislatura: ampliación del aborto, regulación legal del «testamento vital» y de los cuidados paliativos a enfermos terminales en toda España, y retirada progresiva de crucifijos y todo tipo de símbolos religiosos de edificios públicos y actos oficiales. El presidente del Gobierno no puso plazos a esas reformas, pero sí aclaró que «empezaremos» por lograr los acuerdos con los países de origen para que puedan votar los inmigrantes en las elecciones municipales de 2011.
Rodríguez Zapatero se mostró especialmente esquivo en las respuestas sobre aborto. Contestó un lacónico «sí» cuando se le preguntó si iba a desarrollarlo en esta legislatura. En concreto, sobre la ley de plazos, objeto de numerosas preguntas porque anteayer lo silenció en su discurso de clausura del 37 Congreso, pidió que no haya «impaciencias» y afirmó que la reforma se conocerá «en breve». «Lo tendrán que anunciar los que tienen la responsabilidad en la materia», recalcó el jefe del Gobierno, informado, según dijeron a ABC fuentes próximas al Ejecutivo, de que el Tribunal Constitucional podría «tumbar» una Ley de Plazos si sigue la doctrina que estableció al sancionar la actual ley (1985).
Además, Zapatero sabe que la reforma genera controversia, de fondo, dentro del propio PSOE, como ayer quedó demostrado. El presidente del partido, Manuel Chaves, defendió en una emisora de radio «abrir un debate social para alcanzar un consenso político, social y cívico», mientras la secretaria de Relaciones Internacionales, Elena Valenciano, decía en otra que «aun sin consenso con el PP se hará la ley (de plazos)».
Lo cierto es que la ponencia marco es una solución de compromiso entre las tres tendencias en que está dividido el partido: una minoría católica que no quiere mover nada, y los que, sin estar en contra de la reforma, no la quieren si cuesta más enfrentamiento con el PP. Este segundo es el grupo de Chaves, que quiere cambiar la norma para garantizar seguridad a las gestantes (evitar que sus nombres salgan a la luz, como en el proceso contra el doctor Morín) pero desconfía de que una Ley de plazos suponga una mejora real; y además sabe las dificultades que tendrá que sortear el proyecto en el TC (en este grupo se encuentra la vicepresidenta De la Vega). Y, finalmente, el tercero: buena parte de las asociaciones feministas y mujeres del PSOE, que defienden la tesis de Valenciano.
Locuacidad en inmigración
Ayer, Zapatero optó por salir arremetiendo contra Rajoy por haber tildado de «radicales» las reformas que pretende el PSOE. A su juicio, Rajoy confunde democracia y extensión de derechos con «radicalismo». Su laconismo en ese tema quedó más en evidencia al explayarse cuando fue preguntado si la inclusión de una dominicana, Bernarda Jiménez, como nueva secretaria de Integración, y la extensión del voto, tras haber aceptado la directiva europea sobre inmigración, puede considerarse una política de «garrota y zanahoria» hacia ese colectivo.
«Siempre puede haber más papistas que el Papa», dijo Zapatero, quien defendió que el PSOE es el partido que ha fomentado más la inclusión y ha sido más respetuoso con los derechos fundamentales y la dignidad de los inmigrantes «que ningún otro Gobierno». Precisó que él no habría hecho la directiva europea en su literalidad actual, pero dijo que mejora las condiciones de los inmigrantes en muchos países y «no empeora las condiciones en ningún país». «Por eso, la consideró un avance».
Zapatero aprovechó para hacer balance del 37 Congreso, señalando que ve a su partido «fuerte» y que la inclusión en la nueva Ejecutiva de jóvenes -Eduardo Madina- o el ascenso en la misma de los también jóvenes Leire Pajín, secretaria de Organización, o de Antonio Hernando, secretario de Política Municipal, demuestra que hay una «brillantísima cantera y una permanente actitud de renovación, de incorporación de vitalidad, de nuevos esfuerzos y aportaciones que, sin duda, le hacen más fuerte».
En la línea del discurso final que pronunciara el día anterior, en el sentido de que quien no reconozca la España plural no gobernará, Zapatero volvió a presentar al PSOE como «el gran partido de la cohesión» de la «España plural», que «es la real». El líder socialista afirmó que el partido trabaja por «integrar todas las lenguas e identidades», y «eso es un activo de confianza, de seguridad para los españoles vivan donde vivan y tengan la identidad que tengan».
Por último, José Luis Rodríguez Zapatero fue preguntado por un posible cambio de política en relación a los trasvases, con la inclusión en la ponencia de las «transferencias entre cuencas» socialmente aceptadas, y dijo que no ha cambiado «ni una coma» de lo que ha venido siendo su política.