28 de julio de 2008
«Provocación» en la frontera de Melilla
ABC - 28/07/08
«Provocación» en la frontera de Melilla
LUIS DE VEGA. CORRESPONSAL EN NADOR/MELILLA.
Lo que ocurre en Melilla es una «provocación» ante la que Madrid no responde, asegura un mando de la Policía Nacional a ABC. Se cumple ahora un mes desde que un grupo de marroquíes tomó la decisión de organizar cortes en el principal paso fronterizo que separa la ciudad autónoma de Marruecos y, según esta fuente, que reclama el anonimato, todos los informes que se han enviado no han servido para hacer reaccionar a la cúpula del Ministerio del Interior. El ministro, Alfredo Pérez Rubalcaba, visitó el miércoles 16 de julio Rabat pero, según su comparecencia ante los periodistas junto a su homólogo marroquí, este espinoso asunto no se abordó.
«No se puede consentir que entre treinta corten una frontera internacional. El Gobierno debe trabajar para que esto no ocurra», declara a ABC Juan José Imbroda, presidente de Melilla. «Hace quince días estaba Zapatero en Uxda... y aquí no pasa nada o qué», se pregunta, refiriéndose a la reunión del presidente del Gobierno con el Rey Mohamed VI el pasado 11 de julio en esa ciudad marroquí, situada a unos 150 kilómetros de Melilla.
Los agentes españoles tienen identificadas a una quincena de personas, entre las que se encuentra Said Chramti, uno de los cabecillas, que, según la Policía, tiene abiertas siete diligencias desde 2007 por desórdenes y altercados en el paso fronterizo de Beni Enzar.
Tregua para Mohamed VI
Los disturbios vivieron una tregua cuando hace unos días Mohamed VI pasó una semana en Nador. También hubo un breve paréntesis cuando los manifestantes fueron recibidos por el gobernador de esa ciudad situada junto a Melilla. Pero de nuevo han retomado su ritmo, sobre todo por la noche, cuando se aprovecha para el paso de mercancías.
A diferencia de Ceuta, Melilla cuenta con aduana comercial con Marruecos, por donde entran a diario frutas, verduras, pescado y áridos destinados a las obras, básicamente arena y cemento. «No dejamos entrar a los camiones con material destinado a la construcción», reconoce abiertamente a este diario Chakib al Khayari, otro de los manifestantes identificados por las Fuerzas de Seguridad españolas y portavoz de una ONG de derechos humanos.
El Cuerpo Nacional de Policía se queja de la «absoluta impunidad» con la que actúan estas personas, que han llegado a pedir pasaportes a la gente que atravesaba la frontera o a fotografiarse mientras preparaban el té delante de la verja cerrada ante la mirada de los agentes marroquíes, como puede observarse en la página de Internet nadorcity.com, una de las plataformas de las protestas. «Me preocupa la pasividad del Ministerio del Interior marroquí», dice Imbroda. «Una llamada de ministro a ministro debe acabar con todo esto», añade. «Reclamamos una investigación por parte de Madrid de los abusos contra los derechos humanos y las arbitrariedades que se comenten en la frontera», añade Khayari, mientras advierte de nuevas medidas más contundentes que las actuales.
Gracias a un acuerdo de Madrid y Rabat, los marroquíes de la vecina provincia de Nador no necesitan visado para pasar a Melilla. En teoría les basta con su pasaporte o su documento de identidad. Los organizadores de los cortes se quejan sin embargo de que a algunos la Policía les pide el visado. Los marroquíes exigen además que se deje entrar a las mujeres en avanzado estado de gestación para que den a luz en territorio español atendidas por la Sanidad pública y que no se marquen con una cruz o rompan los pasaportes de aquellos que hayan intentado «colarse» en España.
Juan José Imbroda reconoce que esas protestas están haciendo daño a la ciudad española, pero advierte también de que el efecto bumerán puede acabar siendo más perjudicial para los marroquíes. «Será más caro, pero nos queda la vía de Málaga, Motril o Almería, donde también hay gente dispuesta a abastecernos», afirma el presidente melillense.
«Provocación» en la frontera de Melilla
LUIS DE VEGA. CORRESPONSAL EN NADOR/MELILLA.
Lo que ocurre en Melilla es una «provocación» ante la que Madrid no responde, asegura un mando de la Policía Nacional a ABC. Se cumple ahora un mes desde que un grupo de marroquíes tomó la decisión de organizar cortes en el principal paso fronterizo que separa la ciudad autónoma de Marruecos y, según esta fuente, que reclama el anonimato, todos los informes que se han enviado no han servido para hacer reaccionar a la cúpula del Ministerio del Interior. El ministro, Alfredo Pérez Rubalcaba, visitó el miércoles 16 de julio Rabat pero, según su comparecencia ante los periodistas junto a su homólogo marroquí, este espinoso asunto no se abordó.
«No se puede consentir que entre treinta corten una frontera internacional. El Gobierno debe trabajar para que esto no ocurra», declara a ABC Juan José Imbroda, presidente de Melilla. «Hace quince días estaba Zapatero en Uxda... y aquí no pasa nada o qué», se pregunta, refiriéndose a la reunión del presidente del Gobierno con el Rey Mohamed VI el pasado 11 de julio en esa ciudad marroquí, situada a unos 150 kilómetros de Melilla.
Los agentes españoles tienen identificadas a una quincena de personas, entre las que se encuentra Said Chramti, uno de los cabecillas, que, según la Policía, tiene abiertas siete diligencias desde 2007 por desórdenes y altercados en el paso fronterizo de Beni Enzar.
Tregua para Mohamed VI
Los disturbios vivieron una tregua cuando hace unos días Mohamed VI pasó una semana en Nador. También hubo un breve paréntesis cuando los manifestantes fueron recibidos por el gobernador de esa ciudad situada junto a Melilla. Pero de nuevo han retomado su ritmo, sobre todo por la noche, cuando se aprovecha para el paso de mercancías.
A diferencia de Ceuta, Melilla cuenta con aduana comercial con Marruecos, por donde entran a diario frutas, verduras, pescado y áridos destinados a las obras, básicamente arena y cemento. «No dejamos entrar a los camiones con material destinado a la construcción», reconoce abiertamente a este diario Chakib al Khayari, otro de los manifestantes identificados por las Fuerzas de Seguridad españolas y portavoz de una ONG de derechos humanos.
El Cuerpo Nacional de Policía se queja de la «absoluta impunidad» con la que actúan estas personas, que han llegado a pedir pasaportes a la gente que atravesaba la frontera o a fotografiarse mientras preparaban el té delante de la verja cerrada ante la mirada de los agentes marroquíes, como puede observarse en la página de Internet nadorcity.com, una de las plataformas de las protestas. «Me preocupa la pasividad del Ministerio del Interior marroquí», dice Imbroda. «Una llamada de ministro a ministro debe acabar con todo esto», añade. «Reclamamos una investigación por parte de Madrid de los abusos contra los derechos humanos y las arbitrariedades que se comenten en la frontera», añade Khayari, mientras advierte de nuevas medidas más contundentes que las actuales.
Gracias a un acuerdo de Madrid y Rabat, los marroquíes de la vecina provincia de Nador no necesitan visado para pasar a Melilla. En teoría les basta con su pasaporte o su documento de identidad. Los organizadores de los cortes se quejan sin embargo de que a algunos la Policía les pide el visado. Los marroquíes exigen además que se deje entrar a las mujeres en avanzado estado de gestación para que den a luz en territorio español atendidas por la Sanidad pública y que no se marquen con una cruz o rompan los pasaportes de aquellos que hayan intentado «colarse» en España.
Juan José Imbroda reconoce que esas protestas están haciendo daño a la ciudad española, pero advierte también de que el efecto bumerán puede acabar siendo más perjudicial para los marroquíes. «Será más caro, pero nos queda la vía de Málaga, Motril o Almería, donde también hay gente dispuesta a abastecernos», afirma el presidente melillense.